Poco sabemos de los hábitos concretos de muchísimas criaturas, pues estos comportamientos rara vez se fosilizan. Podemos asumir que algunas criaturas extintas hacían X o Y actividad porque observamos a sus parientes cercanos vivientes o porque lo inferimos con base en su anatomía. Uno de esos comportamientos es el nado. Se dispone en realidad de muy poca evidencia acerca del nado de los dinosaurios y sin embargo los vemos nadar en películas y documentales.
Dinosaurios nadando. A la izquierda, un Eustreptospondylus en la serie documental Paseando con Dinosaurios. A la derecha, un Spinosaurus en la película Jurassic Park 3. Ambas, reconstrucciones inadecuadas del nado en dinosaurios, pues no nadaban como cocodrilos, sino como aves.
En el caso de las evidencias fósiles de natación, sólo podemos recurrir a huellas en el fondo de algún cuerpo de agua. Este tipo de evidencia existe, pero es escasa y sólo se ha demostrado en repetidas ocasiones con dinosaurios terópodos (carnívoros bípedos). Tal es el caso de un conjunto de huellas halladas en la Cuenca Cameros de la Rioja, España, que datan del Cretácico temprano y de otro conjunto de huellas encontradas en la St. George, Utah, EUA, que datan del Jurásico temprano.
A la izquierda, reconstrucción de nado a partir de las huellas de España (modificado de Ezquerra et al. 2007). A la derecha, huellas de nado de EUA (modificado de Milner et al. 2006).
Estas evidencias representaban algunas pataleadas nadando es decir, no se sabía si los terópodos podían nadar más que un par de metros o si este 'nado' no era en realidad un intento desesperado de salir del agua caminando. La duda queda zanjada hasta ahora, pues se acaba de dar a conocer un rastro de huellas que demuestran que algunos terópodos podían nadar más de 15 m de forma sostenida. Las huellas proceden de la formación Feitianshan, en Sichuan, China, datan del Cretácico temprano y pertenecen a un dinosaurio carnívoro que medía 1 m de altura a la cadera. y cuya identidad específica es desconocida. Gracias a este descubrimiento sabemos que los dinosaurios carnívoros nadan desde hace millones de años casi de la misma forma en la que nadan sus descendientes, las aves y no como sus primos los cocodrilos.
A la izquerda, las huellas natatorias del dinosaurio de China. En medio, reconstrucción artística del dinosaurio que produjo dichas huellas (ilustración de Nathan E. Rogers). A la derecha, la flecha recta indica la posición de las huellas de nado del dinosaurio terópodo; la flecha curva representa un rastro de huellas de un saurópodo ("cuello largo") que caminaba al margen del cuerpo de agua.
EVIDENCIAS:
- Rastros de huellas.
FUENTES:
Ezquerra, R., Doublet, S., Costeur, L., Galton, P. M., & Pérez-Lorente, F. (2007). Were non-avian theropod dinosaurs able to swim? Supportive evidence from an Early Cretaceous trackway, Cameros Basin (La Rioja, Spain). Geology, 35(6), 507-510.
Milner, A. R., Lockley, M. G., & Kirkland, J. I. (2006). A large collection of well-preserved theropod dinosaur swim tracks from the Lower Jurassic Moenave Formation, St. George, Utah. The Triassic-Jurassic Terrestrial Transition. NM Mus Nat Hist Sci Bull, 37, 315-328.
Xing, L., Lockley, M. G., Zhang, J., Milner, A. R., Klein, H., Li, D., ... & Ebi, J. A new Early Cretaceous dinosaur track assemblage and the first definite non-avian theropod swim trackway from China. Chinese Science Bulletin, 1-9.
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