"Venenoso" es un término biológico aplicado a los animales que inyectan una sustancia nociva en otros animales, en contraposición a "tóxico" que es un animal que sólo secreta la sustancia sin inyectarla. Un ejemplo de animal venenoso es un escorpión, mientras que un ejemplo de animal tóxico lo encontramos en una rana punta de flecha. Los animales venenosos han evolucionado en mútilples ocasiones a lo largo de la vida en la tierra. Entre los vertebrados tenemos ejemplos en peces, reptiles e incluso, en mamíferos.
Ejemplos de vertebrados venenosos. Arriba, izquierda, un bagre americano (Ictalurus punctatus), en estos animales, el veneno se inyecta a través de una espina modificada, ubicada en la parte anterior de las aletas pectorales y dorsal. Arriba, derecha, una cascabel diamantina del oeste (Crotalus atrox), estas serpientes inyectan su veneno con grandes dientes modificados que se encuentran en el frente del maxilar y que además, son plegables. Abajo, uno de los pocos mamíferos venenosos, el ornitorrinco (Ornithorhynchus anatinus); en estos animales, el veneno es inyectado a través de un espolón ubicado en las patas traseras de los machos. Fotografía de ornitorrinco por Klaus (CC).
Un grupo de animales venenosos poco conocido es el de los solenodóntidos (familia Solenodontidae), comúnmente conocidos como "almiquíes" en Cuba o "solenodontes". Estos animales pertenecen a un grupo denominado Eulipotyphla ("verdaderamente ciegos y gordos"), que incluye a las musarañas, los erizos, los desmanes, los topos verdaderos, entre otros. Actualmente, los solenodóntidos comprenden únicamente dos especies: Solenodon cubanus y Solenodon paradoxus; el primero vive únicamente al este de Cuba y el segundo en la isla de La Española. El registro fósil de estos animales se extiende únicamente al Pleistoceno (al menos los últimos 2.58 millones de años), pero sabemos que deben encontrarse más atrás en el tiempo. Esto último gracias a estudios de ADN.
Solenodon paradoxus, el solenodóntido de La Española. Arriba, un S. paradoxus en su hábitat. Abajo, los incisivos acanalados que usa para inyectar el veneno. Imagen inferior de University of Michigan Museum of Zoology (CC).
Precisamente un estudio de este tipo (con secuencias completas de ADN mitocondrial) señala que el tiempo de divergencia entre las dos especies de Solenodon ocurrió hace tan sólo 180,000 años, en la parte final del Pleistoceno, hasta ahí todo normal. Pero, su tiempo de divergencia del resto de los mamíferos ocurrió hace unos ¡78.2 millones de años!, durante el Cretácico tardío. Esta no es la primera vez que un estudio molecular obtiene resultados similares, en 2004 los genes nucleares sugerían un tiempo de divergencia de 76 millones de años. Esto nos apunta a dos direcciones posibles: 1) realmente tenemos una radiación de mamíferos durante el Cretácico que pasa desapercibida en el registro fósil o 2) necesitamos recalibrar nuestros relojes moleculares (esto último es poco probable).
Solenodon paradoxus. Imagen propiedad de Mammal Watching.
De tal forma que puede ser que durante el Cretácico, los dinosaurios hayan convivido con pequeños solenodontes venenosos o sus ancestros. El tiempo lo dirá, ojalá un día recibamos la noticia de un mamífero solenodontoide del Cretácico. Y tu ¿ya conocías a estos mamíferos venenosos?
Fuente:
Brandt, A. L., Grigorev, K., Afanador-Hernández, Y. M., Paulino, L. A., Murphy, W. J., Núñez, A., ... & María, R. (2017). Mitogenomic sequences support a north–south subspecies subdivision within Solenodon paradoxus. Mitochondrial DNA Part A, 28(5), 662-670.