Bienvenidos a la primer entrada del año en el blog. Debido a múltiples actividades, no he tenido el tiempo que quisiera para escribir en este espacio. Pero más vale empezar ¿no?
En fin, el tema que quiero abordar es complejo, pero absolutamente indispensable. Se trata de las plumas en los dinosaurios. Todos parecen tener una opinión al respecto, pero pocos se detienen a meditar sus posturas. Para iniciar, existe la postura de "no me gustan las plumas en los dinosaurios" (con todas sus extravagantes variantes). A todos los que tienen esta idea les digo: qué lástima, a la naturaleza le importa un bledo lo que le parezca o no a un humano. La realidad es independiente de nuestros deseos. Las cosas son y punto. Así que si nos gustan los reptiles lagartijoides sólo porque guardan un lugar especial en nuestro corazón, lástima, esos no son los dinosaurios reales y negarlo es estar en "guerra" con la realidad y con la ciencia de los dinosaurios. Si tu eres de estos personajes, pregúntate ¿realmente me gusta la paleontología o sólo los dinosaurios de las películas? No hay nada de malo en que te gusten los monstruos del cine, pero esos mi querido lector, no son los dinosaurios que respiraron y caminaron en nuestro mundo.
Las aves del terror son consideradas (con las manos en la cintura) como temibles depredadoras que no dan risa, no se ven absurdas y no parecen pavos, faisanes, u otros apelativos "ofensivos", sólo hay que mirar su nombre común: "aves del terror". Arte por Andreas "elperdido1965".
Además, la postura de que las plumas "no dan miedo" tiene otra arista aparte de negar la realidad y la hipocresía del ejemplo aves del terror. Cuando alguien dice eso, estoy 100% seguro que nunca ha estado cerca de un ave rapaz grande sin una reja de por medio. Un águila es mucho más pequeña que muchos dinosaurios no avianos emplumados y es aterrador estar sosteniendo una, después de todo, pueden desgarrar fácilmente nuestra piel. Además, tenemos a las ratitas (avestruces, emúes, ñandúes y parientes) y especialmente a los casuarios que ya han cobrado víctimas humanas (y eso que no son cazadores).
"Cuidado con el casuario"... Imagen tomada de este sitio.
Pero, ¿cómo saber qué aspecto real tenían criaturas que desaparecieron hace millones de años? Simple, no podemos hacerlo al 100%, pero la mejor herramienta a mano es la ciencia. Y la ciencia que nos acerca a la realidad de los dinosaurios es la paleontología (y ciencias afines relacionadas como la anatomía comparada, la biología del desarrollo, la biología molecular, etc.). Y a pesar de que muchos piensan que los paleontólogos andan adivinando el look de los dinosaurios o que "les ponen plumas por moda", en realidad no es así.
Caricatura que pretende ridiculizar el trabajo de reconstrucción de las criaturas extintas, pero sólo muestra la ignorancia del proceso real. Caricatura de autor desconocido.
Al ser una
ciencia, la paleontología tiene
métodos para indagar a partir de objetos de estudio. Aquí
el objeto a estudiar son los
fósiles y el método es el de toda ciencia, el
hipotético-deductivo. Este último es vital no solo para entender cómo funciona la ciencia, sino para entender por qué se le "
ponen" plumas a ciertos dinosaurios. Ya antes había tocado el tema (
clic aquí para ver), pero en síntesis:
para saber algo, no se necesitan hacer todas las observaciones (que es desde luego, imposible),
se observa/analiza una parte del universo de estudio, la denominada
muestra. De esta muestra se extraen
patrones generales y éstos se extrapolan a la totalidad del universo estudiado (con cautela, claro).
El argumento "hasta que no se descubra a un T. rex emplumado, no creeré que tenían plumas" es igual de ridículo que pensar que el 99% de los mamíferos del registro fósil eran pelones porque no hay evidencia de pelos en casi todos sus fósiles... Como es el caso de este dientes de sable. Fotografía por Clstaudt.
Ahora un ejemplo paleontológico usando el método hipotético-deductivo. Queremos saber cuántos dedos tenían en las manos los Tyrannosaurus rex. No necesitamos (y jamás podríamos) ver todos los esqueletos completos de T. rex que hayan existido (que serían varios millones, al haber existido millones de estos animales en los millones de años que existieron). Lo que hacemos es observar los esqueletos conocidos que tengan conservados los dedos de las manos y deducir (a partir del examen de una muestra) que los T. rex tenían sólo dos dedos. Este es el método científico y no el método del siglo XVII que implicaba tener todas las observaciones para poder hacer afirmación alguna. Hay varios sujetos que piensan que eso es la ciencia (tener todos los datos), pero se aferran a pensamientos caducos hace siglos en ciencia (¡de hace unos 400 años!) , lo que convierte los argumentos derivados de este pensar en pseudociencia (y sólo en ciencia real si volvieran en el tiempo algo así como medio milenio). Así pues, demandar el encontrar fósiles de todas las especies de dinosaurios con plumas es un absurdo científico, pero digno de alguien de la edad media.
Berrinches como estos son dañinos cuando se esparcen más allá de los confines de quienes no entienden cómo funciona la ciencia. Fotografía de este sitio.
Entonces ¿como es que los paleontólogos ponen plumas en los dinosaurios? Primero que nada, no son ficción, no. Todo ello parte de las evidencias. Y de estas hay dos tipos: directas e indirectas. Las directas involucran el descubrimiento de fósiles con plumas. A la fecha, conocemos muchas especies que cumplen con esta condición. Les proporciono una lista con imágenes (dejando de lado a los dinosaurios que pudieran ser avianos como Archaeopteryx o Xiaotingia):
1. Sinosauropteryx prima, descubierto en 1996. Fotografía por Sam/Olai Ose/Skjaervoy.
2. Protarchaeopteryx robusta, presentado en 1998. Fotografía de Qiang et al. (1998). Por si no ves las plumas, te comparto este acercamiento. Barra de escala a 5 cm.
3. Caudipteryx zoui, descrita en 1998. Fotografía de Quiang et al. (1998). También, por si no ves las plumas, te comparto este acercamiento. Barra de escala a 5 cm.
4. Shuvuuia deserti, con filamentos estudiados en 1999. Fotografía de los filamentos en microscopio electrónico tomada de Schweitzer et al. (1999).
5. Sinornithosaurus millenii, descrito en 1999. Fotografía por Dinoguy2.
6. Beipiaosaurus inexpectus, holotipo de 1999 con plumas. ¿No las ves? No te preocupes, haz clic aquí para un acercamiento. Fotografía tomada de Xu et al. (1999).
7. Caudipteryx dongi, descrito en el año 2000. Las plumas están principalmente en los brazos de este fósil. Si no las ves claramente, haz clic aquí para un acercamiento. Imagen tomada de Zhou et al. (2000).
8. Microraptor zhaoianus, descrito en el año 2000. En esta mala foto es difícil ver las plumas, pero puedes verlas haciendo clic aquí. Fotografía tomada de Xu et al. (2000).
9. Yixianosaurus longimanus, descrito en el ahora lejano 2003. Fotografía de Xu y Wang (2003). Las plumas están por todos los brazos.
10. Microraptor gui, descrito en 2003 y vuelto famoso por tener 4 alas. Imagen tomada de Xu et al. (2003).
11. Dilong paradoxus, llegado a nosotros en el 2004. Imagen tomada de aquí. Si quieren ver la foto original que aparece en el artículo, pueden hacer clic aquí.
12. Jinfengopteryx elegans, descrito en 2005 (hace ya 10 años). Fotografía de Laikayiu. *Las plumas mejor definidas están en la cola.
13. Juravenator starki, descrito en 2006 y estudiado a detalle en 2010. Fotografía de Chiappe y Göhlich (2010). ¿No nota las plumas? Descuide, no son nada fáciles de notar, se necesita luz especial para verlas. La única foto de ellas está en este link.
14. Sinocalliopteryx gigas, descrito en 2007. Fotografía de Shu'an et al. (2007). Imagen más grande en este link (se recomienda ver la zona de la cola).
15. Similicaudipteryx yixianensis, descrito en 2008 y con plumas confirmadas (¡hasta en diferentes etapas de desarrollo!) en 2010. Imagen tomada de Xu et al. (2010).
16. Yutyrannus huali, descrito en 2012. Fotografía de Xu et al. (2012). El fósil es tan grande que se requieren de acercamientos para poder ver las plumas (después de todo, este es un tiranosauroide de unos 6-8 m de largo). No se preocupe, ellas aparecen en el siguiente link.
17. Sciurumimus albersdoerferi, descrito en 2012. Fotografía tomada de este sitio. Ampliación de las plumas aquí.
18. Ornithomimus edmontonicus, descrito desde 1933, aunque las plumas se descubrieron en 2012. Arriba, un juvenil. Abajo, un adulto. Ambos tomados de Zelenitsky et al. (2012).
19. Ningyuansaurus wangi, descrito en 2012. Este conserva impresiones de plumas en cuello y cola. Perdón por la foto, pero es la única disponible (y al parecer esta es la primera vez que se sube esta imagen a la red). Tomada de Ji et al. (2012).
20. Jianchangosaurus yixianensis, un bichín descrito en 2013. Imagen tomada de Pu et al. (2013). Acercamiento a las plumas en este link.
21. Changyuraptor yangi, descrito en 2014 y el dinosaurio con las plumas más largas conocidas. Imagen tomada de Han et al. (2014). Barra de escala a 10 cm.
A la fecha, disponemos de 21 especies distintas de dinosaurios no avianos (sin posiciones taxonómicas inciertas) con evidencias directas de plumas. ¿Es eso poco? No, ni de cerca. Hay más dinosaurios conocidos con plumas que mamíferos del Pleistoceno de Norteamérica con evidencia directa de pelo... Aún con todo esto, hay quienes (por motivos completamente irracionales) alegan sobre la veracidad de las plumas en estos fósiles. Contra ellos, ni 300,000 mil cuatrillones de toneladas harían algo, han renunciado al pensamiento racional y a la ciencia.
Caricatura del genial Bill Watterson.
Existe otro tipo de evidencia de plumas en los dinosaurios, la evidencia indirecta. ¿En qué consiste? Bueno, en que no tienes las plumas pero tienes estructuras que las revelan. A estas evidencias indirectas, las manejaré como de "primer orden". Veamos una lista de ellas (con imágenes y de nuevo, sólo se exploran aquellos taxones que estamos seguros no son avianos):
1. Avimimus portentosus, con protuberancias para la inserción de plumas en el antebrazo. Notadas en 1987 y debatidas y descritas mejor en 2002. Una disculpa por la foto, es la única que existe de la ulna de este dinosaurio. Imagen tomada de Vickers-Rich et al. (2002).
2. Nomingia gobiensis, con una estructura llamada pigóstilo (clic aquí para ver qué es eso y una foto [la estructura indicada por el número 2] de uno en un ave moderna [foto de pigóstilo tomada de aquí]). Esta estructura (señalada con las flechas rojas) se descubrió en el año 2000, cuando se describió a este oviraptórido. Imagen modificada de Barsbold et al. (2000). Detalle de pigóstilo de este dino en este link (tomado de Persons et al. [2014]).
3. Velociraptor mongoliensis, en éste dinosaurio se descubrieron bultos para inserción de plumas en sus antebrazos en el año 2007. Imagen tomada de Turner et al. (2007). A) Fósil de ulna de V. mongoliensis. B) Detalle del área señalada en rojo. C) Bultos para inserción de plumas en el ave moderna Cathartes. D) Ulna de Cathartes con plumas en su lugar. E) Detalle de los cañones de las plumas removiendo una para mostrar el bulto óseo en la ulna. F) detalle con pluma flexionada para ver la extensión de fijación al bulto óseo.
4. Similicaudipteryx yixianensis, de nuevo, pero antes de descubrirse las impresiones de plumas, se descubrió un pigóstilo en 2008. Imagen del pigóstilo (últimas vértebras fusionadas) tomada de Xu et al. (2010).
5. Ornithomimus edmontonicus, lo vimos antes, pero resulta que en ese mismo año (2012). Los investigadores se percataron de evidencias indirectas en forma de marcas en el antebrazo de un espécimen adulto que eran consistentes con los bultos para plumas de Velociraptor. A) Esqueleto de adulto, barra a 50 cm. B) Fotografía de la zona en A, barra a 2 cm. C) Esquema de las marcas, barra de escala a 1 cm. Imagen tomada de Zelenitsky et al. (2012).
5. Combo Citipati osmolskae + Conchoraptor gracilis. En estos dinosaurios se conocen pigóstilos desde hace un rato, pero fue hasta el 2014 que se vincularon con la presencia de plumas, gracias en parte a Similicaudipteryx. Imagen modificada de Persons et al (2014). Cit. osmolskae arriba, Con. gracilis abajo.
6. Deinocheirus mirificus, sip él también. Su pigóstilo fue descubierto en 2014 con la publicación de los nuevos esqueletos descubiertos. Imagen tomada de Lee et al. (2014). Barra de escala a 5 cm.
Hagamos un recuento. Tenemos
21 especies con
evidencias directas de plumas y
8 especies con evidencias indirectas de primer orden. Ese número no es nada despreciable. Ok. Tenemos dinosaurios con plumas pero ¿a qué grupos biológicos pertenecen? Esta tabla ayudará a clarificarlo.
Tabla con los dinosaurios de los que se sabe tenían plumas. Los asteriscos indican evidencia indirecta de primer orden. Los signos de interrogación indican duda sobre su ubicación taxonómica. Imagen propia.
Entonces como vimos, los paleontólogos no les ponen plumas a los dinosaurios
por moda o a lo tonto. Lo hacen por la
evidencia disponible para darnos una
mejor imagen de cómo eran en
realidad estas criaturas. De estos fósiles emerge un patrón. ¿Ya lo reconociste? Bueno, todos estos dinosaurios son celurosaurios es decir, miembros del grupo denominado
Coelurosauria. Este clado ha probado en repetidas ocasiones ser una agrupación natural (una que contiene a todos los descendientes de un mismo ancestro común), por lo que el hecho de que las plumas estén en éstos dinosaurios nos indica que su ancestro común debió tenerlas.
Cladograma de las plumas en dinosaurios (basado en Senter [2007]). El grupo en negro tiene representantes emplumados en TODAS sus ramas hasta llegar a las aves (sensu Avialae). Arriba de cada silueta (tomadas de Phylopic) se presentan los taxones con evidencias directas (en azul) e indirectas (en verde) de cada grupo (con el número de las mismas). El signo de interrogación en las aves indica que no se sabe exactamente cuántos taxones se conocen con registro fósil de plumas, pero no creo que alguien quiera discutir sobre aves calvas ¿o sí? Imagen propia.
Ya vimos la
evidencia directa (encontrar un fósil con plumas) y la
indirecta de primer orden (encontrar fósiles con indicativos de plumas, pero no las plumas mismas). ¿Existe otro tipo de evidencias? Si. Las
evidencias indirectas de segundo orden. Estas consisten en la utilización de una herramienta de carácter hipotético-deductiva para señalar potenciales futuros hallazgos. ¿Es esto ciencia? Claro... es más, es uno de los requisitos de la ciencia:
poder hacer predicciones. Y desde que este método se implementa (desde más o menos el 2010), los hallazgos confirman que es efectivo. Se llama "
Phylogenetic bracketing" (
horquillado filogenético o
soporte filogenético [no confundir con medidas de soporte para análisis filogenéticos]). Este método no es nuevo, pues surgió en 1995 y fue creado por el paleontólogo
Lawrence Witmer (que "sólo" sistematizó lo que se venía haciendo desde el siglo XIX pero de forma un tanto intuitiva).
El Dr. Witmer, creador del método de horquillado filogenético. Fotografía por John Sattler.
El método se usa efectivamente en ciencias biológicas, no sólo en paleontología, pero en esta ciencia es capaz de deducir mucho acerca de los tejidos blandos. Y bueno, antes del Dr. Witmer, se empleaba todo el tiempo, pero sin sistematización de algún tipo. Es más, es muy lógica. Consiste en lo siguiente: "
si se conoce uno o más carácteres homólogos en dos clados, el ancestro común de dicho clado debió de haber presentado ese carácter y los miembros monofiléticos de ese clado posiblemente también poseen ese mismo carácter". Pero nada mejor que una imagen, veamos.
Tres casos de horquillado filogenético. De la A a la H taxones hipotéticos. CASO 1: el carácter 1 (representado por cuadros naranjas) aparece en los taxones A y D. Dicho carácter se presenta conteniendo a todo un clado (((A+B)+C)+D), por lo que de ser homólogo (del mismo origen evolutivo), es probable que esté presente en los taxones B y C, pues son descendientes del mismo ancestro común que A y D (representado por el círculo naranja). CASO 2: el carácter 2 (cuadros azules) es homólogo y aparece en los taxones E y F, pero estos taxones no contienen al clado (((H+G)+F)+E) [se presentan como marginales] y por ello, es incierto si los taxones G y H tienen o no el carácter 2, pues pudo haber surgido una innovación evolutiva (autapomorfía) en el ancestro común de G y H, donde se pierde el carácter 2 (pérdida representada por el círculo morado). CASO 3: el carácter 3 (en verde) aparece en los taxones A y D (como en el caso 1), pero aparece además en el taxón H. En este caso, se podría cometer el error de asignar el carácter a todo el clado de la imagen (A, B, C, D, E, F, G y H) desde el ancestro común de todo el grupo (representado por el círculo amarillo). Sin embargo, el caracter 3 no es homólogo, pues podría derivar de evolución convergente y por lo tanto la deducción de horquillado filogenético para los taxones B, C, D, E, F y G para el carácter 3 sería incorrecta. Si le resulta difícil, piense en el caracter 1 como pelo. En el carácter 2 como oviparismo y en el carácter 3 como cuernos.
El horquillado filogenético y no el
capricho es lo que hace que
los dinosaurios coelurosaurios se representen con plumas. Entonces ¿los científicos afirman que todos los celurosaurios estaban emplumados?
No. Lo que dicen es que
es altamente probable dado que
las plumas son un carácter homólogo y no convergente. ¿Cómo sabemos esto último? Por
parsimonia (la explicación que requiere el menor número de pasos es generalmente la correcta). Son estructuras demasiado complejas como para haber surgido de forma independiente varias veces. Pero consideremos algo antes. Como en el esquema anterior,
un carácter puede modificarse (o perderse), lo que significa que más de un grupo dentro de Coelurosauria
pudo haber perdido las plumas. ¿Cómo saber si algunos grupos las perdieron?
No podemos saberlo, hasta tener evidencias de ello. ¿Estoy diciendo que la ciencia funciona como un juzgado
i.e. eres inocente hasta que se pruebe lo contrario? No, eso sería ser anticientífico. ¿Entonces el horquillado filogenético me dice qué dinosaurios estaban emplumados con una confianza del 100%? No, lo que nos indica es que es
altamente probable que las plumas estuvieran presentes en todos los celurosaurios (al menos en alguna etapa de su vida).
La "pregunta del siglo": ¿estaba el Tyrannosaurus rex cubierto de plumas? La respuesta científica: es altamente probable. La respuesta anticientífica: No, porque no me gusta. La respuesta pseudocientífica: No, hasta que se demuestre que lo estaba. Arte por Damir G. Martin.
Argumentos contra el método del horquillado filogenético sobran, pero la mayoría son de "
niño-pavo" y
no están fundamentados. Otros son argumentos serios que ameritan un tema aparte, pues es muy interesante analizarlos. En fin... la
hipocresía y la
doble moral funcionan en los
niños-pavo al 100% cuando rechazan los resultados del horquillado filogenético para plumas en los celurosaurios, pero aceptan sin problemas su aplicación (correcta) hacia los pelos en la mayoría de los mamíferos. Que dicho sea de paso éstas estructuras (los pelos) aparecen esporádicamente en el registro fósil. Si siguiéramos la lógica del
niño-pavo representaríamos a la inmensa mayoría de los mamíferos del registro fósil como criaturas calvas, imagina un félido dientes de sable calvo... ¿Horrible cierto? ¿Entonces por qué tiene que ser menos horrendo un
Therizinosaurus,
Tyrannosaurus,
Gallimimus u
Oviraptor sin plumas?
El típico niño-pavo... aquél que cree cosas sobre los dinosaurios no por la evidencia, sino por revistas, películas y otros medios con tremebundos errores conceptuales (aunque lo trate de disfrazar como que no es así). Captura propiedad de Universal Studios.
Ya que estamos en el tema del horquillado. ¿Recuerdan a
Kulindadromeus zabaikalicus? Si no lo conoces, te recomiendo hacer
clic aquí e ir al número 1 del top 10. Resulta que, de ser correcta la interpretación de algunas de sus estructuras como homólogas a las plumas, entonces la herramienta del horquillado nos indica que TODO el clado Dinosauria debería poseer plumas.
Representación artística de Kulindadromeus zabaikalicus por Andrey Atuchin.
Antes de desmayarse o ponerse a orar... Esta noción tiene sus alternativas:
1) Las 'plumas' de
Kulindadromeus en realidad son
convergentes con las de los celurosaurios y no son plumas "verdaderas",
i.e. los dinosaurios se
salvan de emplumarse toditos y sólo se quedan emplumados los celurosaurios.
2) Las plumas de
Kulindadromeus son plumas, pero se desarrollaron de manera
paralela (tienen el mismo mecanismo genético y de desarrollo embrionario), pero éstos mecanismos se apagaron en el ancestro común de los dinosaurios (o en otro punto dela filogenia), produciendo dos clados emplumados con orígenes independientes (
i.e. los dinos se salvan de nuevo de emplumarse toditos y se vuelven a quedar emplumados los celurosaurios más
Kulindadromeus).
3) Las plumas de
Kulindadromeus son plumas
homólogas a las de los coelurosaurios, pero varios grupos de dinosaurios
perdieron las plumas en eventos evolutivos independientes por razones desconocidas (
i.e. sólo algunos dinosaurios estarían emplumados, como los celurosaurios,
Kulindadromeus y afines, pero no tendríamos idea de cuáles estarían emplumados y cuáles no, por lo que la herramienta del horquillado sólo serviría en casos con más evidencia, como el de los celurosaurios). ¿Cuál de estos escenarios es el más probable según el estado actual del conocimiento?
El número 3.
¿Están los científicos afirmando que reconstrucciones como esta son hechos? No. Ese tipo de argumentos e imágenes para ridiculizar son del mismo tipo y estrategia que usan los creacionistas cuando tratan de ridiculizar a la evolución con el patodrilo, un simplón caso de "hombre de paja" que se incendia fácilmente con el fuego del conocimiento. "Lorosaurio" por Guido Kuip.
Supongamos por un segundo que no existe el horquillado filogenético. ¿Qué otros argumentos en contra de las plumas existen? Las
pieles de dinosaurio. Resulta que quienes rechazan las plumas de forma patológica nos presentan siempre las "
evidencias" de "
calvicie" en dinosaurios en forma de impresiones de piel. La comparación de las dinopieles y las dinoplumas es inválida por
cuestiones tafonómicas (la tafonomía es la ciencia que estudia lo que le sucede a un organismo antes, durante y luego de la fosilización). Para empezar, existen diferencias significativas entre la mayoría de las pieles y los dinosaurios con plumas. Las pieles son (por lo general)
impresiones y las plumas se preservan (por lo general) como
fósiles en 3D. De ahí que los paleontólogos hayan buscado células pigmentarias en las plumas y no hayan hecho el intento con muchas de las pieles conocidas (no son tontos, saben cuáles son ).
La mayoría de las plumas del registro fósil se preservan en tres dimensiones, mientras que la mayoría de las pieles lo hacen sólo como impresiones, por lo que los paleontólogos son capaces de observar células pigmentarias en las plumas de los dinosaurios e incapaces de hacer lo mismo en una impresión de piel. Imagen tomada de Li et al. (2012) Reconstruction of Microraptor and the Evolution of Iridescent Plumage.
¿Qué diferencia hace si sólo es una impresión? ¿No debería dejar rastro de las plumas? Depende, si las plumas aún estaban en el cadáver y si el
grano es lo bastante
fino, las plumas podrán quedar registradas
sólo como
impresiones (lo cual es el caso para algunas plumas, pero no para aquellas con eumelanosomas). Lamentablemente, las pieles de dinosaurio rara vez se hallan en granos finos y por lo general muestran alteraciones que son consistentes con una exposición prolongada al medio. Y si uno observa qué le pasa a un
cadáver que ha quedado
expuesto al medio, podrá darse cuenta que el integumento filamentoso (pelos y plumas)
se pierde rápidamente, siendo imposible que si de ese cadáver se forma una impresión, queden registradas las plumas.
El "monstruo de Rhode Island" fue una sensación de internet y nadie sabía qué era... Hasta que llegaron los aguafiestas, quienes notaron que era un mapache que había perdido el pelo debido al intemperismo. Imagen tomada de Wikimedia Commons.
De tal forma que, una
impresión de piel no garantiza que ese taxón presentara
ausencia total de plumas. Esto es debido a que no se conoce piel 3D o una impresión en grano fino que sea de todo el cuerpo (la mayoría de los dinosaurios con impresiones de piel eran gigantes, trata de imaginar un animalote de ese tamaño en la misma postura y estado de preservación que un
Microraptor). Y aún cuando se encuentre, se tendrá que analizar lo que le sucedió al animal antes del entierro (durante la fase de
bioestratinomía, dentro del proceso tafonómico). Puesto que
hay casos en los que un animal se puede preservar
en 3D y no sólo eso, sino además permanecer en
algo mejor que sedimentos y aún así quedar
despojado de casi todo pelo. Ahora imagina que de ese animal no lo encuentras completo, sino sólo algunas partes. ¿Te atreverías a asegurar que no tenía integumento filamentoso?
Ningún científico lo haría. Ahora te presento ejemplos de este tipo de caso:
CASO 1. "Blue babe", un espécimen congelado de bisonte de la estepa (Bison priscus) ¿nos prueba que estos bisontes eran pelones? No, sufrió alteraciones antes de llegar a su entierro. La pintura rupestre nos muestra que eran bastante peludos. Foto del bisonte por Bernt Rostad, foto de la pintura por Rameessos.
CASO 2. "Espécimen de Starinunia", un rinoceronte lanudo (Coelodonta antiquitatis) congelado. ¿Otra evidencia de que eran pelones? No, también fue modificado antes de ser enterrado en el permafrost. La pintura rupestre nos muestra un relato de testigos oculares que dice que eran bastante lanudos. Foto del rino por Paul Hudson, foto del arte rupestre tomado de este sitio.
CASO 3. "Lyuda", la mamut lanuda (Mammuthus primigenius) que demuestra rotundamente que sus congéneres sufrieron alteraciones tafonómicas de cuando en cuando, perdiendo la capa de pelo antes de ser sepultada por los hielos del ártico. El artista que pintó a su especie tenía claro que no eran para nada pelones. Foto de Lyuda por National Geographic, foto del arte rupestre de este sitio.
Como pueden ver, un cadáver puede ser intensamente alterado y si no analizamos a detalle su historia, nos puede estar contando una
mentira. Y hablando de mentiras, circula en la red
un rumor de que se ha descubierto
piel de Tyrannosaurus rex que
demuestra que no tenían plumas. La
tremebunda mentira tiene dos aristas: 1) mucho de lo que se dice o es mentira, o es un mito que de ser verdadero ya estaría publicado, sólo imagina tener el privilegio de publicar la primer piel fósil de
T. rex. y 2) De hecho, si hay publicado un trabajo con piel de tiranosáurido, peeeeeeero esa historia tiene detalles.
Presunta piel de T. rex que se difundió como fuego entre los amantes de lo escamoso y "aterrador". Imagen salida del peor sitio del mundo que pueda tratar sobre paleontología: Carnivorafoum. Así que si te dijeron que el T. rex era escamoso, es casi seguro que se hayan basado en este fósil.
Esta piel de presunto y poderoso tiranosaurio escamoso y no ridículo y lleno de plumitas tiene un detalle maravilloso: la piel
ni siquiera es de T. rex, es de "
Dakota", un
Edmontosaurus regalis de la Formación Hell Creek, hallado en Montana, EUA. Así cae la primer mentira de forma deplorable y casi cómica (yo me estoy riendo mientras escribo). Así mi estimado lector, que no hay rastros de piel fósil de
T. rex, nada. Pero a pesar de esto, muchos alegarán que les dijo "
el primo de un amigo" que leyeron/escucharon/vieron/profetizaron que está en proceso un artículo de piel de este icónico dinosaurio que echará por tierra de una buena vez las ideas ridículas de esos sucios amantes de las plumas. Pues si también se creyó esto, le tengo
malas noticias... Dicho artículo es mitológico, pues nadie en el ramo sabe nada de ese hallazgo grandioso que "
curiosamente" se mantiene
en secreto.
Captura de una de las páginas del artículo de Manning et al. (2009) donde se describe la piel de "Dakota". Si, esta piel es 3D y no muestra signos de plumas... pero NO podemos descartar su presencia así como así, en todo el animal, pues pudo haber sido expuesto a los elementos (lo que sugiere la pose del animal) o bien, pudo haberlas tenido en otras partes del cuerpo (Dakota no está completamente cubierta en piel) o en otra etapa de su vida (e.g. recién nacida).
Algunos que saben de la "
mentira de Dakota" a manos de los niños pavo, se escudan en otra pieza de evidencia. Cuentan las obscuras leyendas que encontraron
piel de Tarbosaurus bataar y que éstas demuestran rotundamente que los poderosos tiranosáuridos gigantes no parecían horrorosos pollos. Bueno, déjenme contarles
la historia real tas la leyenda. En 2001
Philip J. Currie, Demchig Badamgarav, Eva B. Koppelhus y un equipo de nómadas contratados, re-visitaron el famoso yacimiento de Nemegt, de donde se han reportado numerosos dinosaurios como
Deinocheirus mirificus,
Therizinosaurus cheloniformis,
Tarchia kielanae,
Saurolophus angustirostris, entre otros. Estos científicos descubrieron
huellas en el yacimiento, algo que no se había reportado antes, aunque ya en geólogo Ryszard Gradzinski había mencionado "
depresiones" en los 70's. Resulta que la mayoría de las huellas eran de
Saurolophus (de éstas, incluso una estaba justo por encima de un cráneo de
Tarbosaurus, indicando que el pico de pato pisó el cadáver someramente sepultado del depredador), otras más eran de
Opisthocoelicaudia skarzynskii y las últimas son la de nuestro interés.
Huellas de saurolofo en proximidad con restos de Tarbosaurus. La huella que estaba por encima del cráneo no se muestra en el diagrama. Diagrama modificado de Currie et al. (2003).
Entre las huellas de los vegetarianos se encuentran dos que fueron descubiertas en una segunda expedición al sitio, conducida en
2002. El dueño de las huellas era un terópodo grande que con mucha probabilidad, fue
Tarbosaurus bataar, el primo asiático de
Tyrannosaurus rex. De las dos huellas, sólo una está preservada con la calidad suficiente como para mostrar algo maravilloso, un
molde de piel de la planta del pie del terópodo. Si, leyó usted bien, la famosa "piel de tarbosaurio" no es otra cosa que "piel" de la planta del pie, un lugar que nadie ha dicho que tuviera plumas. Ahora algunas cosas interesantes: la piel en realidad sólo es una
impresión. Ésta muestra una piel escamosa, similar a la de un ave, con
tubérculos escamosos.
La huella de Tarbosaurus bataar en cuestión (MPD 100F/12). La zona ampliada corresponde a la imagen de la derecha. Imagen modificada de Currie et al. (2003).
Un lector cuidadoso y con recursos podrá leer el artículo y decirme que hay otra impresión de piel. Y es cierto. Se las presento:
La impresión de piel de Tarbosaurus recuperada que no es una huella. Tomado de Currie et al. (2003).
Este fragmento es piel obtenida de
Bugiin Tsav, una zona un poco al norte de donde se recuperó la impresión de la huella. El hallazgo de este espécimen está rodeado de intervención ajena a los investigadores y el esqueleto de
Tarbosaurus asociado a la impresión de piel fue saboteado por otras personas. Este fragmento presuntamente procede del
tórax, pero debido a la
intervención humana, es difícil saber si en efecto procede de esa zona y yo añadiría que es difícil saber siquiera si es de
Tarbosaurus. Supongamos que es del torso de un tarbosaurio. ¿Esto prueba que no tenían nada de plumas?
NO. ¿Por qué? Bueno, 1) se trata de una impresión, 2) pudo haber sufrido alteraciones tafonómicas como el mapache de Rhode Island, o los mamíferos congelados que mostré, 3) pudo haber pertenecido a una zona sin plumas (como las "escamas" del pie que vimos en la huella), 4) pudo haber pertenecido a una zona sin plumas o bien, 5) a un estado de desarrollo sin ellas. Finalmente, los autores de este artículo nos dicen además que existen otras impresiones de piel de
Albertosaurus,
Daspletosaurus y
Gorgosaurus, pero no nos dan ninguna fuente ni alguna fotografía por lo que creerles así como así sería imprudente.
Tiranosáuridos con presuntas evidencias de impresiones de piel. Arriba, Gorgosaurus libratus, fotografía por Sebastian Bergmann. En medio, Daspletosaurus torosus, fotografía por Scott Robert Anselmo. Al fondo, Albertosaurus sarcophagus, fotografía por James St. John.
Así es que, una impresión no es fiable para decirnos si un animal no estaba emplumado (por alteraciones tafonómicas, la zona de la impresión y la edad del animal). De hecho sólo es fiable para decirnos que sí estaba emplumado y sólo cuando hay impresión de plumas. Pero ¿qué pasa con esas escamas raras de
Tarbosaurus? Si alguien presta atención, notará que son
extremadamente similares a las de los pollos desplumados en vez de ser las típicas
escamas reticuladas que presentan las pieles de dinosaurio que sí se preservan en tres dimensiones, como la de Dakota y muchas otras especies. No estoy diciendo que es exactamente el caso, pero es
muy tentativo considerarlo y es más tentativo porque, de ser cierto, esas impresiones no están en contra, sino ¡a favor de la hipótesis de las plumas! Un
estudio tafonómico ayudaría a responder esto.
Un pollo (Gallus gallus) con alteraciones tafonómicas antrópicas. Si este cadáver se fosilizara, ¿los paleontólogos del futuro pensarían que este terópodo nunca tuvo plumas? Quizá o quizá no si conocen algo de tafonomía. Imagen propiedad de www.dreamstime.com.
Pero supongamos que no es el caso. Son "
escamas" tal cual estuvieron en vida del animal. ¿Por qué no parecen escamas reticuladas? Porque quizá no lo sean. Pero volvamos a asumir... Así eran estas "escamas". ¿A qué se parecen? A las que tiene
Kulindadromeus zabaikalicus (el ornitópodo emplumado descrito el año pasado) en las patas, donde no hay escamas reticuladas típicas.
El único integumento similar a la impresión de piel de Tarbosaurus son estas escamas reticuladas de Kulindadromeus. Esto sugiere un mecanismo ontogénico similar y más aún con el de las aves. Fotografía tomada de Godefroit et al. (2014).
Pero ¿y si te dijera que las escamas de los pies de las aves son en realidad plumas abortadas? Seguro piensas que ya estoy loco, pero no es así. Diferentes estudios (
e.g. Prin y Dhouailly [2004] y Dhouailly [2009]) han demostrado que
las escamas de las aves no son escamas, sino que son plumas abortadas. Este "
aborto" se produce cuando la plumas en formación no reciben la señalización de la cascada "
Sonic hedgehog" (no es broma, sólo hay científicos nerds que le ponen nombres raros a los genes). Esto ha sido demostrado en experimentos donde no se inhibe esta ruta de señalización y donde deberían aparecer las escamas reticuladas, aparecen plumas. Esto nos enseña algo de suma importancia:
las escamas de las aves no son escamas reales, son plumas re-inventadas. Hay un gran debate sobre la naturaleza de esta modificación, pero eso es "
harina de otro costal".
Escamas en los "reptiles" (1-3) y en las aves (4-7). Ilustraciones por Gerhard Heilmann.
Entonces, para entender sobre las plumas de las aves y las de los dinosaurios, así como para poder negar (
racionalmente) su presencia en dinosaurios terópodos celurosaurios, necesitamos conocer temas específicos sobre:
1) Paleontología
2) Zoología
3) Tafonomía
4) Anatomía / anatomía comparada
5) Embriología
6) Biología evolutiva del desarrollo (evo-devo)
7) Biología molecular
Como pueden ver, no es asunto sencillo. Y aún así, tanto los paleontólogos como los biólogos nos han brindado un acercamiento que pareciera imposible hace unos años. Por último, las plumas en los dinosaurios son un hecho, su negación o "ajuste" para cuadrar con ideas preconcebidas es anticientífico y medieval. La ciencia nos está acercando cada vez más a la vida de estas criaturas y negar sus hallazgos no tiene ningún sentido.
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