La ciencia de los dinosaurios es una ciencia que cambia a cada día. Se hacen nuevos descubrimientos y éstos salen a la luz en artículos científicos que debemos de analizar con ojo crítico. Hay que recordar: los papers (aunque a algunos no les guste) no pretenden "sellar" el conocimiento, sino exponerlo a la crítica. En la ciencia no hay cosas intocables. Con eso en mente, manoseemos estos descubrimientos.
1. ¿Dinonicos voladores?
El 15 de Abril del presente, se publica en PLoS ONE un artículo titulado "Morphological Variations within the Ontogeny of Deinonychus antirrhopus (Theropoda, Dromaeosauridae)" o en castellano: "Variaciones [sic] morfológicas en la ontogenia de Deinonychus antirrhopus (Theropoda, Dromaeosauridae)". Y en lenguaje simple: "Variación de la forma de Deinonychus antirrhopus mientras se desarrollaba". En este paper se exploran los escasos restos esqueléticos de diferentes etapas del desarrollo de los famosos raptores norteamericanos.
Versión moderna del dinonico. Arte por Rhynn.
Los autores encuentran cambios significativos en la morfología de un juvenil a un adulto. Pero lo que causa el revuelo es que se propone que estas cosas cuando jovenzuelos, tenían ciertas capacidades volantes. Esto se basa en estas evidencias:
1. El espécimen MCZ 8791 tenía una ulna mayor que el radio. Esto indica -según los autores- huesos de la muñeca (carpales) muy desarrollados y capaces de aleteo.
2. El mismo espécimen tenía dedos muy largos. Que según los autores, apoya la idea de una superficie alar más grande que la de los adultos.
3. Este mismo espécimen tenía un tórax delgado. Lo que sugiere o recuerda al cuerpo aerodinámico de otros dromeosaurios volantes.
4. Este mismísimo espécimen tenía una capacidad de flexión del brazo superior. Esta capacidad la asocian a un posible aleteo.
Como pueden ver, la evidencia se basa en el análisis de un espécimen único. El propósito principal del paper no es demostrar el vuelo en los jovenes, esa es una hipótesis derivada del trabajo (lo que indica que es bueno). Pero antes de apresurarnos a concluir tajantemente que los dinonicos juveniles volaban consideremos seriamente algo: ¿Y si MCZ 8791 es de otra especie o un individuo anómalo?
MCZ 8791. El espécimen en el que se basa la hipótesis de vuelo en juveniles. Tomado de Parsons y Parsons (2015).
Esto derrumba la hipótesis que -por coincidencia feliz- la paleoartista Emily Willoughby vaticinó en una obra de arte.
El profético (?) arte de Emily Willoughby con un dinonico juvenil trepado en una rama.
En este espacio podríamos discutir sobre si es factible, sobre si no lo es, etc. Pero como no me gusta mucho que digamos andar especulando, mejor eso se los dejo a la imaginación. Sólo diré que la idea no es muy alocada y hasta cierto punto, lógica. Pero una cosa es que sea una idea y otra que sea un hecho.
2. ¿Dinosaurios bigotones?
Bigote es una palabra fea para ser usada en un dinosaurio (vivo o extinto), a no ser que se trate del Mexicanosaurus (chiste malo del siguiente punto)... Pero en realidad, la palabra hace referencia a plumas denominadas vibrisas (o cerdas). Éstas tienen forma y funciones similares a los bigotes y pestañas de un mamífero. Así que como pueden ver el término es bastante genérico (i.e. las vibrisas o cerdas necesitan nombres más ingeniosos como "bigopluma" o "pestapluma"... ok, no).
Un ave moderna (Rhea americana) con muchas vibrisas en la cara, y "pestañas" que en realidad son un tipo de pluma modificado (así es, las pestañas de las aves y las nuestras evolucionaron convergentemente). Fotografía de David Castor.
El tiránido con bigotes Casiornis rufus... Nah, en realidad muchísimas aves tienen vibrisas en el pico. Fotografía original de Dario Sanches.
La cosa es que el 8 de Abril del presente, se publicó en la revista Evolution un articulo que propone algo interesante sobre el origen de las plumas. Los autores del estudio sugieren lo siguiente:
1. Las plumas tuvieron un origen. Y ese origen es desde luego, evolutivo.
2. Ese origen se suele explicar como una adaptación termoregulatoria. O séase que aparecieron para ayudar a conservar el calor.
3. La aparición de estas plumas debió de ocurrir en masse. Lo que quiere decir que si aparecieron con esta función, para que se "fijaran" como un carácter, debieron de haber aparecido de "un solo golpe" en todo el cuerpo.
4. La aparición en masse es poco probable. A no ser que seas un puntualista férreo de corazón.
5. Por lo tanto, el origen de las plumas se explica con funcionalidad aislada. Esto es, que para que aparecieran y se seleccionaran positivamente, éstas plumas debieron de haber sido útiles en pequeñas concentraciones y las plumas tipo "abrigo" no sirven si no están en bola.
6. Las únicas plumas hoy que cumplen con este requisito son las vibrisas. Eso y que además se encuentran "abajo" en la escala de complejidad, lo que sugiere además de que son plumas simples, son presuntamente primitivas.
Tipos de plumas, de izquierda a derecha en grado de complejidad y aparición. Las cerdas son las que se denominan vibrisas. Imagen por "Osado".
De tal forma que, los autores proponen esta hipótesis para el origen de las plumas: Las plumas no aparecieron con función termorregulatoria, sino con función sensorial.
Un Coelurus fragilis hipotético con vibrisas. Arte por Sydney Mohr.
Esta hipótesis es digna de ser considerada, pues es innovadora, consistente y muy buena. Ahora, muchos están pensando que este artículo lo demuestra, que es un cierre y un "cállese el hocico, así fue", pero en realidad NO. El artículo sólo propone este origen como una hipótesis novedosa, no pretende probarlo. Y es por eso que sólo está en el número 2 de esta lista.
3. ¿El dinosaurio más raro del mundo?
Ayer (ahora anteayer por andar haciendo otras cosas) se publicó una nueva especie de dinosaurio. La cosa me hubiera sudado masivamente la frente de no ser porque el bicho nuevo era raro como una supermodelo en tienda de comics. Se trata de la estrella de los medios, el weonsaurus Chilesaurus diegosuarezi, uno de los pocos dinosaurios conocidos de Chile. Y este dinosaurio es una maravilla, los medios lo llaman "el ornitorrinco de los dinosaurios" en referencia a que, justo como el peludo con trompa de pato, Chilesaurus parece una mezcla de otros dinosaurios.
A toda esta rareza, muchos pensaron que el pobre Chilesaurio era una quimera. Esto es poco probable, pues el holotipo (el espécimen que representa a toda la especie) es un individuo (juvenil) parcialmente articulado (con los huesos en su posición). Otros vieron su apariencia y se apresuraron a encontrarle parentezco (a ojo, de "estampita") con prosaurópodos, oviraptorosaurios, terizinosaurios y otros. Pero esto tampoco es probable, por muchas razones. Casi cada una tiene su listado propio, pero se resumen en: 1) los paleontólogos que publicaron el hallazgo hicieron análisis (filogenéticos y multivariados de morfoespacio) y éstos mostraron que es un terópodo (específicamente un tetanuro primitivo). 2) La mayoría opina a partir de las reconstrucciones artísticas y no a partir de los fósiles.
Pero ¿me estoy creyendo a pies juntillas que es un terópodo? Bueno, pues no a pies juntillas, pero es poco probable que no lo sea. El grupo candidato cercano a ser su "verdadera familia" es el de los prosaurópodos. Los autores del estudio reconocen que este dinosaurio es muy parecido a uno, pero descartan la idea diciendo: "Estas características (el que se parezca a un prosaurópodo) son aquí consideradas como reversiones que podrían estar relacionadas a un modo de locomoción menos cursorial. Además, las características derivadas del dentario y los dientes compartidas por Chilesaurus, sauropodomorfos y terizinosaurios son interpretadas como homoplasias (convergencias) relacionadas a hábitos herbívoros. En este contexto, la retroversión púbica de Chilesaurus puede estar relacionada a una capacidad visceral incrementada para el procesamiento de material vegetal". En resumen: parece prosaurópodo u otra cosa por mera convergencia y no porque en realidad lo sea.
¿Quiere decir esto que es definitivo que sea un terópodo? No. Pero los autores presentaron argumentos para defender su identificación taxonómica. Además, el bicho es del Jurásico tardío, un tiempo en el que su presunta "verdadera familia" llevaba un buen rato extinta. Pero quién sabe, nos podría sorprender.
Algo que quisiera destacar antes de irme, es que yo tengo una predicción cutre sobre qué pasará con este Chilesaurus. Apuesto a que tiene algo que ver con el extraño ceratosaurio Limusaurus inextricabilis.
Y finalmente, este dinosaurio es importante e interesante, pero tampoco es la última cocacola del desierto, esperemos aprender más de él y de la evolución de los dinosaurios. Hasta la próxima.
Composición horrenda del Chilesaurus hecha por un tal Roberto Díaz Sibaja en una deplorable página de "paleoarte", pueden visitar el sitio haciendo clic aquí.
A toda esta rareza, muchos pensaron que el pobre Chilesaurio era una quimera. Esto es poco probable, pues el holotipo (el espécimen que representa a toda la especie) es un individuo (juvenil) parcialmente articulado (con los huesos en su posición). Otros vieron su apariencia y se apresuraron a encontrarle parentezco (a ojo, de "estampita") con prosaurópodos, oviraptorosaurios, terizinosaurios y otros. Pero esto tampoco es probable, por muchas razones. Casi cada una tiene su listado propio, pero se resumen en: 1) los paleontólogos que publicaron el hallazgo hicieron análisis (filogenéticos y multivariados de morfoespacio) y éstos mostraron que es un terópodo (específicamente un tetanuro primitivo). 2) La mayoría opina a partir de las reconstrucciones artísticas y no a partir de los fósiles.
Chilesaurus diegosuarezi por el artista Gabriel Lio. Aquí pueden ver cómo lucía este bicho raro. Tenía: cara de prosaurópodo, cuerpo de ornitomimosaurio, manos de tiranosáurido, caderas de oviraptorosaurio y pies de terizinosaurio.
Pero ¿me estoy creyendo a pies juntillas que es un terópodo? Bueno, pues no a pies juntillas, pero es poco probable que no lo sea. El grupo candidato cercano a ser su "verdadera familia" es el de los prosaurópodos. Los autores del estudio reconocen que este dinosaurio es muy parecido a uno, pero descartan la idea diciendo: "Estas características (el que se parezca a un prosaurópodo) son aquí consideradas como reversiones que podrían estar relacionadas a un modo de locomoción menos cursorial. Además, las características derivadas del dentario y los dientes compartidas por Chilesaurus, sauropodomorfos y terizinosaurios son interpretadas como homoplasias (convergencias) relacionadas a hábitos herbívoros. En este contexto, la retroversión púbica de Chilesaurus puede estar relacionada a una capacidad visceral incrementada para el procesamiento de material vegetal". En resumen: parece prosaurópodo u otra cosa por mera convergencia y no porque en realidad lo sea.
El análisis de parsimonia que resulta en este cladograma fue tomado de Novas et al. (2015).
¿Quiere decir esto que es definitivo que sea un terópodo? No. Pero los autores presentaron argumentos para defender su identificación taxonómica. Además, el bicho es del Jurásico tardío, un tiempo en el que su presunta "verdadera familia" llevaba un buen rato extinta. Pero quién sabe, nos podría sorprender.
Reconstrucción artística del esqueleto de Chilesaurus. Tomado de Novas et al. (2015).
Algo que quisiera destacar antes de irme, es que yo tengo una predicción cutre sobre qué pasará con este Chilesaurus. Apuesto a que tiene algo que ver con el extraño ceratosaurio Limusaurus inextricabilis.
Un ceratosaurio raro que en su momento, fue la cosa más rara del mundo. Reconstrucción de Jaime A. Headden.
Y finalmente, este dinosaurio es importante e interesante, pero tampoco es la última cocacola del desierto, esperemos aprender más de él y de la evolución de los dinosaurios. Hasta la próxima.
FUENTES:
De mis favoritas cuando escribo un texto.
Fuente de Villalongín, Morelia. Foto por Alejandro Linares García.
Fuente de Plaza de Armas, Morelia. Foto por PFKASESOR.
Fuente del callejón del romance, Morelia. Foto por Jessicatena.
LITERATURA CITADA:
1. Parsons, W. L., & Parsons, K. M. (2015). Morphological Variations within the Ontogeny of Deinonychus antirrhopus (Theropoda, Dromaeosauridae). DOI: 10.1371/journal.pone.0121476.
2. Persons, W. S., & Currie, P. J. (2015). Bristles before down: A new perspective on the functional origin of feathers. Evolution. 69(4): 857-862.
3. Novas, F. E., L. Salgado, M. Suárez, F. L. Agnolín, M. D. Ezcurra, N. R. Chimento, R. de la Cruz, M. P. Isasi, A. O. Vargas & D. Rubilar-Rogers. (2015). An enigmatic plant-eating theropod from the Late Jurassic period of Chile. Nature. doi:10.1038/nature14307
3. Novas, F. E., L. Salgado, M. Suárez, F. L. Agnolín, M. D. Ezcurra, N. R. Chimento, R. de la Cruz, M. P. Isasi, A. O. Vargas & D. Rubilar-Rogers. (2015). An enigmatic plant-eating theropod from the Late Jurassic period of Chile. Nature. doi:10.1038/nature14307