domingo, 12 de febrero de 2012

Nuevo supercontinente del futuro: Amasia

Sabemos que los continentes no son inamovibles como alguna vez se pensó, tenemos claro que reposan sobre una o varias placas tectónicas y que estas placas se desplazan a través de la corteza. Sabemos además que los continentes "flotan" sobre el manto debido a que están compuestos (al menos en sus núcleos) de granito, una roca menos densa que la que usualmente forma los suelos oceánicos, el basalto. Existen 14 placas principales, las cuales abarcan en ocasiones más de un continente o la mitad de un continente. Estas placas se mueven a razón de unos 3cm anuales en promedio y en el pasado de la tierra la han configurado de tal forma que si viésemos nuestro planeta en el pasado seguramente no lo reconoceríamos. Finalmente, sabemos que planetas como Marte y Venus, así como la luna de Júpiter Europa tenían placas pero eventualmente su sistema motriz dejó de funcionar.

Figura 1. Placas tectónicas en la actualidad.

Otras cuestiones importantes a tratar cuando se habla de estas placas es que estas configuran la forma en la que la vida asociada a las mismas y el clima evolucionan. Tenemos ejemplos claros de qué sucede cuando todas las placas están juntas (baja diversidad biótica  y gigantescos desiertos internos) o cuando estas se disgregan demasiado (grupos faunicos endémicos y continentes enteros sumidos en una era de hielo permanente). Existen libros completos acerca de cómo es que las placas son importantes para la vida y el clima en la tierra.

Figura 2. Arriba, izquierda: Supercontinente Pangea hace 240Ma. Abajo, derecha: máxima fragmentación de los continentes durante el Fanerozoico, hace 90Ma.

Las placas se mueven, se han movido mucho desde hace millones y millones de años y ahora pudiera parecer que están estáticas pero esto no es así, como dije anteriormente, las placas se mueven aproximadamente 3cm al año y este movimiento produce sismos y actividad volcánica importante en los puntos de presión que se distribuyen a lo largo de las placas en colisión. Ahora bien, si movemos el video de la actividad de las placas algunos millones de años en el futuro terminaremos con una tierra irreconocible, tal y como lo fue hace algunos millones más.


Figura 3. Desplazamiento de las placas tectónicas desde hace 600 millones de años a la fecha (HACER CLIC PARA VER ANIMACIÓN).


Si bien se ha especulado mucho acerca de qué tanto se moverían las placas, no había existido un trabajo donde se hiciera una proyección acerca del qué tanto en términos concretos y utilizando información de dos campos diversos. Esto hasta principios de este año, en el que el Dr. Ross Mitchell y su equipo, de la Universidad de Yale publicaron un estudio donde por medio del estudio del paleomagnetismo y  la dinámica del manto de la tierra, lograron estimar las posiciones continentales en un panorama de 90 a 200 millones de años en el futuro.

Figura 4. El Dr. Ross Nelson Mitchell, autor principal de este estudio.

Anteriormente, se habían hecho proyecciones con dos modelos de ciclo supercontinental (cada cuándo se forma un supercontinente), ambas proyecciones coincidían con la formación de un nuevo supercontinente llamado Amasia; en lo que no concordaban era en la posición geográfica de formación del mismo y en las posiciones de los antiguos supercontinentes. El primer modelo, llamado de introversión, estimaba la posición de Amasia en donde hoy el el este del océano Atlántico; el segundo modelo es llamado de extroversión y lo posicionaba en el oeste del pacífico; lo nuevo de este artículo es que además de ser más preciso estima la posición de Amasia en lo que hoy es el Océano Ártico.

Figura 5. Hipótesis del ciclo de los supercontinentes. Modificado de Mitchell et al. 2012.

Amasia no es el primer supercontinente de gran extensión conocido, ni el último que se formará pues este acabará por fragmentarse tal y como lo hicieron sus predecesores: Pangea de hace 220 millones de años y Rodinia de hace 750 millones de años.

Figura 6. Rodinia y Pangea. Modificado de http://www.uwgb.edu.

Otro de los aportes novedosos de este trabajo es que cambia la posición de Rodinia, antes se pensaba que este supercontinente se había formado en lo que hoy es el este del Atlántico, pero ahora sabemos que en realidad se posicionaba en el oeste del Pacífico, cerca de la actual Australia (véase figura 5).

Figura 7. Amasia en una representación artística.

Sin duda, aportes como este nos enseñarán más sobre el pasado de la vida en al tierra así como sobre el futuro de la misma y de los patrones climáticos en el tiempo profundo. Esperemos que trabajos así de importantes sigan surgiendo conforme pasa el tiempo.


Literatura recomendada:

Mitchell, R. N., T. M. Kilian y D. A. D. Evans. 2012. Supercontinent cycles and the calculation of absolute paleolongitude in deep time. Nature. 482(7384):208-11.

Kious, W. J. y R. I. Tilling. 1996. This Dynamic Earth: The Story of Plate Tectonics. DIANE Publishing. 77pp.

domingo, 22 de enero de 2012

Video musical sobre Evolución

Hola que tal, en esta ocasión me place el anunciar que el proyecto Symphony of Science ha editado un nuevo video que es el primero sobre evolución en general. Lo he traducido y subtitulado, espero les guste.

miércoles, 11 de enero de 2012

Los primeros dinosaurios (Eoraptor & Eodromaeus)

Cuando se habla de la antigüedad de los dinosaurios –y particularmente sobre el más antiguo conocido- generalmente hacemos referencia automática al pequeño Eoraptor lunensis, un dinosaurio de 1m de longitud descubierto en 1991 por Ricardo Martínez, miembro de la expedición paleontológica organizada en conjunto por la Universidad de Chicago y el Museo de Ciencias Naturales de San Juan al Parque provincial de Ischigualasto, mejor conocido como el Valle de la Luna, ubicado en la provincia de San Juan, al oeste de Argentina. El pequeño dinosaurio descrito por Sereno, Forster, Rogers y Monetta en 1993 fue datado en unos 228 a 216.5Ma, esto implica que vivió durante el Triásico superior (Carniense) en el suroeste de Pangea.

Figura 1. Eoraptor lunenesis (reconstrucción de Conty, mapa de http://jan.ucc.nau.edu/, fotografía de Eamezaga)

En el artículo donde se le describe (Sereno et al. 1993) se menciona que es un dinosaurio muy similar a lo que los paleontólogos esperaban fuera el ancestro común de todos los dinosaurios (nunca se afirma que este lo sea), que posee heterodoncia (no tiene todos los dientes idénticos en tamaño y forma) y que está cercanamente relacionado a los terópodos (dinosaurios típicamente carnívoros como el T-rex) debido a varias características, siendo la más notable la posesión de unas manos con tres dedos funcionales.

Figura 2. Eoraptor como la base del árbol de los dinosaurios terópodos (ilustración de Sues et al. 2011).

Al poco tiempo de la publicación de este artículo, varios paleontólogos comenzaron a sospechar de Eoraptor. La heterodoncia que presenta tiende hacia la herbivoría; si prestamos atención al cráneo veremos que al frente del hocico se sitúan unos dientes con aspecto aplanado y aparentemente poco afilados que más corresponden a la dentición de un herbívoro primitivo que a la de un carnívoro, ¿por qué? Simple, sabemos que los dinosaurios evolucionaron de ancestros carnívoros y se esperaría que los dinosaurios que modificaran su dieta hacia la herbivoría presentaran dientes con adaptaciones hacia este tipo de dieta y no conservaran los bordes serrados o la forma curva de los dientes, típicamente usados por los carnívoros para desgarrar la carne de las presas. Cuando se mira el cráneo de frente, advertimos que los ojos están situados lateralmente (como en una vaca) más que frontalmente (como en un lobo) y el cráneo en sí mismo es alto (como en un conejo) más que bajo (como en un gato); esto sugiere que era más una presa que un depredador activo (los ojos a los lados ayudan a cubrir más campo de visión, mientras que los ojos situados al frente sirven para calcular distancias y velocidades con mayor precisión).

Figura 3. Cráneo de Eoraptor (tomado de Martinez et al. 2011).

Estas observaciones no hicieron mella en la posición taxonómica “oficial” de Eoraptor, aunque el paleontólogo Fernando Novas y el autor principal de la descripción de este animalito –Paul Sereno-, propusieron que este no debería ser clasificado como terópodo –grupo al que pertenecen las aves y el tiranosaurio, por ejemplo- sino como dinosaurio basal (pariente en igual grado tanto de terópodos como de sauropodomorfos [cuellos largos] como de Ornitisquios [dinosaurios como Triceratops, Stegosaurus, Iguanodon, etc.]). Hoy en día la sugerencia que Eoraptor podría no ser un terópodo parece recobrar fuerza debido al hallazgo de un nuevo dinosaurio en la misma zona en la que se halló a este dinosaurio.

Figura 4. El recién llegado con Paul Sereno, uno de los autores del artículo donde se le publica.

El recién llegado que inundó la prensa a principios de 2011 con titulares un tanto confusos y sensacionalistas, fue descrito bajo el nombre de Eodromaeus murphi, un dinosaurio carnívoro de 1m de longitud que posee una serie de características tan distintivas para los terópodos que hicieron que Eoraptor cambiase su posición taxonómica, situándose ahora como un prosaurópodo basal (grupo de “cuellos largos” ancestrales).

Figura 5. Eodromaeus murphi (ilustración de Todd Marshall).

Enumeremos las características de Eodromaeus contrastándolas con las de su coetáneo Eoraptor (esto quizá clarifique la clasificación anteriormente descrita). El carnívoro basal (E. murphi) descrito por Martínez et al. (2011) presenta un cráneo bajo y alargado (los prosaurópodos tenían un cráneo alto y más o menos compacto); posee una fenestra anteorbitaria (hueco entre las órbitas oculares y las narinas) larga y con una fosa accesoria (anatomía típica de dinosaurios carnívoros pero ausente en prosaurópodos); los dientes están separados por placas óseas (adaptación para resistir la tensión durante las mordidas a presas móviles), están aplanados lateralmente (como un cuchillo), presentan bordees aserrados con 9 dentículos por mm (los de Eoraptor tienen menos dentículos y son un poco más cónicos) y los más grandes se sitúan en el punto de mayor tensión mandibular, directamente detrás de los dientes más frontales (que es lo esperado para un depredador).

Figura 6. Cráneo de Eodromaeus (tomado de Martinez et al. 2011).

En lo que respecta a otras características, Eodromaeus posee huecos en las vértebras que albergaban sacos de aire (como en las aves y muchos otros terópodos más no así en prosaurópodos), la cola es más larga (lo que sugiere que era de hábitos corredores) y posee vértebras con mayor cinesia (capacidad de movimiento, que junto con la cola larga apuntan a una cola que servía de contrapeso mientras el animal corría); la escápula (homóplato) es alargada (como sucede en carnívoros, los prosaurópodos poseen escápulas más robustas), el húmero exhibe una cresta deltopectoral desarrollada (que brinda anclaje para los músculos del brazo encargados del forcejeo), posee un olecranon (codo óseo) alargado (que ayudaría en rápidos y fuertes movimientos del brazo hacia abajo, pero reduciría la movilidad para acciones como caminar con ella), la mano es alargada y con dedos relativamente esbeltos (como en los dinosaurios carnívoros); la pelvis (íleon) es más alargada en sentido posterior y el pubis posee un pequeño pie púbico (ambas son zonas de anclaje muscular para una mejor y más potente carrera, algo típico de un carnívoro), finalmente, posee una tibia (hueso de la pantorrilla) más largo que el fémur (hueso del muslo), lo que sugiere que era un animal adaptado a la carrera.

Figura 7. Esqueleto de Eodromaeus (tomado de Martinez et al. 2011).

Como podemos ver, Eodromaeus parece estar mucho mejor adaptado a un estilo de vida carnívoro que su contemporáneo Eoraptor; sin embargo, estos dinosaurios NO representan los primeros terópodos y prosaurópodos, sino que simplemente poseen la morfología que debieron de haber tenido los ancestros de estos dos grupos (son pues los miembros más antiguos –descubiertos hasta hoy- de la base de estos grupos). La importancia del hallazgo de Eodromaeus radica en que clarifica no sólo la posición taxonómica de Eoraptor en el árbol evolutivo de los dinosaurios sino que además modifica la forma de la base de dicho árbol. El pertinente estudio filogenético (análisis de las relaciones de parentesco entre las especies) del artículo donde se describe a Eodromaeus revela aspectos interesantes y posiciona a los herrerasáuridos –carnívoros coetáneos- como los terópodos más primitivos. Sin duda, hallazgos posteriores ayudarán a clarificar la posición de estos saurios en el gran árbol familiar de los dinosaurios.

Figura 8. Relaciones evolutivas planteadas en este nuevo estudio (Martinez et al. 2011).



Literatura recomendada
Martinez, R. N., P. C. Sereno, O. A. Alcober, C. E. Colombi, P. R. Renne, I. P. Montañez, B. S. Currie. 2011. A basal dinosaur form the dawn of the dinosaur era in southwestern Pangea. Science.  331: 206-210pp.

Sereno, P. C., & F. E. Novas. 1993. The skull and neck of the basal theropod Herrerasaurus ischigualastensis. Journal of Vertebrate Paleontology 13:451-476.

Holtz, T. R. Jr. & K. Padian. 1995. Definition and diagnosis of Theropoda and related taxa. Journal of Vertebrate Paleontology. 15(3): 35pp.

Cosas que podrían interesarte
Cráneo de Eoraptor en 3D (se necesita tener instalado Quick Time Player)


Paul Sereno hablando de Eodromaeus (se recomienda activar los subtítulos [cc], hacer clic en 'traducir' y seleccionar idioma)

viernes, 23 de diciembre de 2011

¿Elefantes con seis dedos?

Recién se publicó un artículo en la afamada revista Science* donde se afirma que los elefantes poseen un "sexto dedo", oculto bajo las almohadillas de grasa que sustentan sus pies.

Podrá sonar raro, pero en realidad no es un dedo, se trata de una estructura ósea que originalmente forma parte de los huesos de la muñeca y tobillo de estos animales, los llamados huesos sesamoideos (que son huesos que están sujetos a los tendones y se forman a partir de tejido cartilaginoso que poco a poco se osifica). Estos huesos se encuentran expandidos en otros grupos de mamíferos y resulta un ejemplo maravilloso de evolución convergente. Esta expansión es la misma que los pandas poseen para formar su propio "sexto dedo". Al parecer, el material genético de los vertebrados terrestres no posee los genes necesarios para la producción de dedos adicionales, la solución de estos animales para cuando se requieren más dedos es utilizar los huesos ya presentes en la muñeca o tobillos para complementar esta necesidad.


Figura 1. El 'falso' pulgar del panda, comparado con una mano humana y su 'verdadero' pulgar (ilustración de http://evolution.berkeley.edu).

En términos evolutivos, el número máximo de dedos de los grupos de tetrápodos (vertebrados terrestres) se fijó en el así llamado quiridio desde hace aproximadamente 350 millones de años durante el carbonífero inferior cuando los ancestros de todos los tetrápodos optaron por la fijación de un número de dedos en 5, la condición pentadáctila. Curiosamente, los humanos que nos preciamos de ser los "más evolucionados" retenemos esta configuración primitiva tanto en manos como en pies. Otros vertebrados como las aves han fijado su número de dedos en las patas delanteras en tres (aunque fusionados) o algunos como las serpientes, han desaparecido tanto los dedos como las patas delanteras por completo.


Figura 2. Esquema del quiridio (ilustración de http://inakiresa.files.wordpress.com).

El 'sexto dedo' de los elefantes está formado a partir de la osificación de uno de los huesos sesamoideos de las patas delanteras; el recién re-descubierto "dedo" (pues se conoce desde el siglo 18, pero fue relegado como un 'error' de observación) se localiza en la parte trasera de la almohadilla de grasa que se localiza en la parte posterior de la pata (pues los elefantes, como los perros y caballos caminan sobre sus dedos, en vez de caminar con toda la pata, como nosotros y la apariencia de pie plano en los elefantes es complementada con una gran almohadilla de grasa).


Figura 3. Almohadilla de grasa en las patas de los elefantes (ilustración de http://physiologyonline.physiology.org).

El debatido "sexto dedo" se ha estudiado con rayos x, tomografía axial computarizada y disección. Los resultados muestran que entre más viejo y pesado el elefante, el sesamoideo se osifica más y más. Algunos científicos se muestran escépticos y señalan que como únicamente se han estudiado especímenes de zoológicos, probablemente se trate de una malformación producida por el encierro, sólo queda esperar a que se estudien elefantes de vida silvestre. De confirmarse este hallazgo, surgirá la pregunta. ¿acaso los mamutes que son de la misma familia de los elefantes también poseían estos "sextos dedos"? Sin duda un campo interesante para estudiar.



Figura 4. Esquema de las patas de elefantes objeto de estudio, en blanco se indica el 'sexto dedo' formado a partir de la osificación de los sesamoideos.







Literatura recomendada

Ocho cerditos (de Stephen Jay Gould), donde se examina el origen y fijación del quiridio así como la polidactilia de los primeros tetrápodos como Acanthostega e Ichtyostega.

El pulgar del panda (de Stephen Jay Gould), donde se examina el falso pulgar del panda y su significancia biológica.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Titanes mamíferos (actualización)

ACTUALIZACIÓN (12-octubre-2015):
Esta entrada ha quedado casi completamente desactualizada, actualmente trabajo en futuras entradas titánicas. Estén pendientes.

ADVERTENCIA:
Esta entrada fue creada en 2011. Aún hay detalles que corregir. Espere la nueva entrada de titanes mamíferos.

Hace ya un tiempo publiqué la entrada Titanes mamíferos, es la primer parte de una serie que pretende abarcar con las criaturas más grandes que hayan existido en el planeta. Desde ese entonces a la fecha, se han hecho descubrimientos que cambian a algunos titanes, nuevos gigantes emergen de las sombras del registro fósil o de algún rincón de la tierra para ocupar su lugar. También hice una actualización de las imágenes que componen a esta serie, tratando de buscar la mejor representación de estos animales o simplemente porque las nuevas imágenes se ven mejor. Espero sea de su agrado.

El hombre (Homo) más grande: Continúa siendo Homo heidelbergensis (ilustración de Kennis & Kennis).


El primate no humano más grande: Sigue siendo Gigantopithecus blacki (reconstrucción de Roman Uchytel).


El monotrema más grande: Sigue siendo Zaglossus hacketti (imagen de Kennis & Kennis).


El marsupial herbívoro más grande: Aún Diprotodon optatum (reconstrucción modificada de Roman Uchytel).


El marsupial carnívoro más grande: Tylacoleo carnifex ha sido destronado, su lugar lo toma el proboriahiénido (u "osos marsupiales") de América del sur Proborhyaena gigantea del Oligoceno (29-21 Ma), marsupial del que ha sido hallado un cráneo casi completo de unos 60cm de longitud, del que extrapolando las dimensiones a otros parientes de tamaño similar se obtiene una longitud de unos 3.5m, lo que la convierte en el carnívoro marsupial de mayor talla en la historia de la tierra (recostrucción basada en Borhyaena de Roman Uchytel).1


El cingulado (armadillo) más grande: El puesto sigue ocupado por Doedicurus clavicaudatus (recostrucción de BBC Walking with beasts).


El piloso (perezoso) más grande: El rey sigue siendo Megatherium americanum (reconstrucción de Roman Uchytel).


El roedor más grande: Este titán sigue inamovible, se trata del Josephoartigasia monesi (imagen propia, basada en Hycrochoerus hydrochaeris).

NUEVO! El lagomorfo (conejos y liebres) más grande: este titán fue ignorado en ediciones anteriores debido a que carecía de descripción y nombre, era conocido como la "liebre gigante de Menorca", hoy recibe el nombre Nuralagus rex, un lagomorfo gigante de unos 12Kg que vivió desde el Mioceno hasta el Pleistoceno (5-3 Ma) en la isla de Menorca (localizada en el Mediterráneo) hasta que -cuando los niveles del mar retrocedieron y unieron la isla al resto de Europa continental- entró en contacto con una especie de cabra enana (Myotragus balearicus) que desplazó y terminó por extinguir a la liebre (reconstrucción de Roman Uchytel).2


NUEVO/MODIFICADO! El meridiungulñado (ungulados exclusivos de América del sur) más grande: los puestos los poseían Macrauchenia patachonica (un litopternido) y Toxodon platensis (un notoungulado); sin embargo el puesto ha sito tomado por Pyrotherium romeroi, un piroterio de unos 3m de longitud, 1.5m de altura a la cruz y unos 600Kg de peso. Este animal es muy semejante a un probocídeo primitivo, tanto así que fue clasificado como uno hasta que se reconoció como parte del grupo de ungulados únicos de América del sur. Cabe resaltar que su talla y peso es muy semejante a la de toxodon, el antiguo titán (reconstrucciones de Roman Uchytel).


El dinoceronte más grande: este grupo de mamíferos extraños (herbívoros con 3 pares de cuernos y dientes de sable) conserva su titán Uintatherium anceps (Reconstrucción de Roman Uchytel).


El creodonto (pariente de los carnívoros) más grande: este puesto lo conserva el Megistotherium osteothlastes (Reconstrucción de Roman Uchytel).


El félido (gatos, pumas, jaguares, leones, leopardos, cheetas, etc.) más grande: este puesto sigue con su par de titanes: Panthera leo atrox (o león americano) por ser el más largo y Smilodon populator (dientes de sable de América del sur) por ser el más pesado (reconstrucciones de Roman Uchytel).


NUEVO! El hiénido percrocútido (hiena animales feliformes similares a hienas) más grande: Dinocrocuta gigantea fue el hiénido percrocútido más grande que haya vivido, sus restos proceden del mioceno de Asia y su estilo de vida está actualmente en debate, las opciones son que haya sido un poderoso depredador (como lo sugieren restos de rinocerontes mordidos y que sobrevivieron al ataque de este hiena animal) o que haya sido un carroñero especializado (como lo sugieren estudios de estrés mandibular). Como fuere, este animalito era sin duda mucho más grande y terrible que sus congéneres modernos extintos (reconstrucción de Roman Uchytel).


El cánido (perros, lobos, coyotes, zorros, etc.) más grande: El puesto lo conserva el Epicyon haydeni  (reconstrucción de Roberto Díaz Sibaja).


El úrsido (oso) más grande: anteriormente el trono era ocupado por Arctodus simus (u oso de cara corta), del Pleistoceno de Norteamérica sin embargo, este 2011 se describió un oso aún mayor que procede de América del sur, se trata del colosal Arctotherium angustidens, un oso cuyo húmero (hueso del brazo) medía unos 64cm de largo y que extrapolando esta medida obtiene una talla de unos 1.7m de altura a la cruz y unos 3.5m de altura de pie (Reconstrucción basada en Arctodus simus de Daniel Reed).


NUEVO! El prociónido (mapaches, coatíes, micos de noche, etc.) más grande: la familia Procyonidae incluye animales carnívoros (del orden Carnivora, no necesariamente de dieta a base de carne) de tamaños moderados, en esta se incluyen los mapaches, coatíes o tejones, cacomixtle o gato de cola anillada, micos de noche, etc. Las especies de esta familia de por lo menos 20Ma de antiguedad escasamente rebasan los 10Kg y su titán es impresionante. Habiéndolo confundido inicialmente con un oso, el célebre paleontólogo Florentino Ameghino describió los restos de un gran carnívoro del Mioceno-Pleistoceno (de entre 5.3 y 1.8 Ma de antigüedad) al que denominó Chapalmalania altaefrontis, un mapache gigante de aproximadamente 1m de altura a la cruz. Estos gigantes se extinguieron cuando el género de osos Arctodus arribó al continente sudamenricano, quizá por la competencia en el nicho de carroñeros.


El mesoníquido (mamífero con pezuñas emparentado a los ungulados herbívoros, pero de dieta carnívora) más grande: El puesto del mamífero carnívoro más grande de la historia aún le pertenece a Andrewsarchus mongoliensis (reconstrucción de Roman Uchytel).


El hipopotámido (hipopótamo) más grande: el trono de sigue en las patas de Hippopotamus gorgops (reconstrucción de Roberto Díaz Sibaja).


El suido (jabalíes, pecaríes, cerdos) más grande: el puesto lo conserva el "cerdo terminator", Daeodon shoshonensis (reconstrucción de Roman Uchytel).


El camélido (camellos, llamas, alpacas y vicuñas) más grande: El puesto lo conserva (aunque con nombre distinto y nueva cara) el Titanotylopus (Gigantocamelus spatula) (reconstrucción de Roberto Díaz Sibaja).


El jiráfido (jirafas y okapíes) más grande: El puesto sigue siendo superado por un cuello por la Jirafa (Giraffa camelopardalis).


El bóvido (gacelas, cabras, carneros, bisontes, búfalos, vacas, etc.) más grande: el trono sigue siendo del Bisonte gigante (Bison latifrons) (reconstrucción de Sergio de la Rosa).


El cérvido (venados, alces, renos, etc.) más grande: el puesto sigue siendo del rey, el Megaloceros giganteus (reconstrucción de Roman Uchytel).


NUEVO! El brontoterio (pariente de caballos y rinocerontes) más grande: Los Brontoterios fueron animales relacionados a los actuales caballos, rinocerontes y tapires. A pesar de su gran parecido con los modernos rinocerontes (dejando de lado el hecho de que siempre son confundidos con tales), de hecho están más emparentados a los caballos que a los rinocerontes. El puesto de titán lo ocupa el Embolotherium sp., este titán vivió en el actual desierto del Gobi, en Mongolia durante el Eoceno (más o menos hace 50 Ma), lo que lo convierte en el mamífero terrestre más grande que haya vivido hasta ese tiempo (reconstrucción de BBC: Walking With Beasts).


El calicoterio (pariente de caballos y tapires) más grande: el puesto sigue en posesión de Chalicotherium sp. (reconstrucción de Roman Uchytel).


El équido (caballos, cebras, asnos, etc.) más grande: el puesto lo conserva Equus giganteus (reconstrucción de Roman Uchytel).


El paraceraterio (pariente de tapires y rinocerontes) más grande: el puesto lo conserva el titán de los mamíferos, el gigantesco Paraceratherium tienshanense (reconstrucción de BBC: Walking With Beasts).


El rinoceronte más grande: el puesto lo conserva el original unicornio, el Elasmotherium sibiricum (reconstrucción de Roman Uchytel).


El embritópodo (parientes anfibios de los elefantes) más grande: el puesto lo conserva el Arsinoitherium giganteum (reconstrucción de BBC: Walking With Beasts).


El proboscidio (elefantes y parientes extintos) más grande: el puesto sigue tomado por el colosal Mammuthus trogontherii (Reconstrucción de Roberto Díaz Sibaja, basado en Mammuthus columbi de Sergio de la Rosa).


El sirenio (manatíes y dugongos) más grande: el puesto lo conserva Hydrodamalis gigas (reconstrucción de San Diego Natural History Museum).

El pinnípedo (focas, leones marinos, morsas, etc.) más grande: el puesto lo preserva el imponente Mirounga leonina.


El odontoceto (cetáceos ["ballenas"] con dientes) más grande: el puesto le pertenece aún al gran Physeter macrocephalus.


El misticeto (ballenas con barbas) más grande: sin lugar a dudas, el puesto es ocupado aún por la desmesurada Balaenoptera musculus (reconstrucción de OZEANEUM).




BONUS, titanes mamíferos:


FIN (por ahora...)


Literatura citada

1. - Bondesio, P. y R. Pascual. 1983. Nuevos y elocuentes restos craneanos de Proborhyaena gigantea Ameghino, 1897 [Marsupialia, Borhyaenidae Proborhyaeninae] de la Edad Deseadense: Un ejemplo de coevolución. Ameghiniana. 20 (1-2): 47-60.
2. - Quintana, J., Köhler, M., y Moyà-Solà, S.  2011.  Nuralagus rex, gen. et. sp. nov., an endemic insular giant rabbit from the Neogene of Minorca (Balearic Islands, Spain). Journal of Vertebrate Paleontology. 31(2).