Esta es la semana de "quiero saber más", en esta ocasión continuamos con el tema "Bacterias gélidas" (clic para ver).
Las bacterias viven en casi todos lados, desde los más inhóspitos desiertos a la cima de los glaciares de alta montaña, se descubrieron viviendo en lagos sepultados por glaciares desde hace millones de años en la Antártida y a 1300 m en lo profundo de la corteza terrestre. Este mes se ha dado a conocer una comunidad viviendo en condiciones extremas, en el sitio más profundo de la corteza terrestre: la fosa de las Marianas.
Bacterias extremas. A) Cyanothece, un género que vive en uno de los sitios más calurosos del mudno, el desierto del Valle de la Muerte, California, EUA. B) Nitrospira, un género que se ha encontrado viviendo en el monte Everest. C) Núcleo perforado en un lago aislado durante millones de años en la Antártida, el lago Vostok, donde se han encontrado bacterias. D) Sitio en el medio del Atlántico donde se han encontrado bacterias a más de un kilómetro de profundidad, bajo la corteza terrestre.
Esta comunidad microbiana contiene bacterias que viven a 11 Km del oleaje en la superficie oceánica y soporta presiones hasta 1100 mayores a las que estamos acostumbrados al nivel del mar. Para sorpresa de los investigadores, estos bichos proliferan en esta trinchera oceánica, mientras que escasean en las planicies abisales circundantes. Pero ¿qué consumen estos bichos? Sabemos que los rayos solares no penetrarían ni de broma esas profundidades y que por tanto no hay productores fotosintéticos, pero ¿habrá quimiosintéticos que usen los vapores exhalados por los volcanes submarinos cierto? Bueno, en realidad la fosa de las marianas no tiene actividad volcánica submarina pues es una zona de subducción, no una dorsal oceánica donde se forma nuevo suelo marino como la dorsal mesoatlántica. Lo que comen estos pequeñines es materia orgánica que llega a la fosa con ayuda de las corrientes marinas, lo que hace que proliferen tan bien, pues la comida se entrega a domicilio.
A la izquierda, localización geográfica de la fosa de las Marianas. Al centro, sección transversal de la fosa de las Marianas, con detalles geológicos. A la derecha, fotografías del sedimento analizado de la fosa (tomadas de Glud et al. 2013).
A pesar de lo pequeño de la fosa en relación a la superficie oceánica global, las bacterias que ahí residen secuestran el carbono capturado por los fotosintéticos en las aguas poco profundas del océano en el fondo del abismo y contribuyen de forma importante al ciclo del carbono y al mantenimiento del clima de la tierra. Así que quizá lo mejor sea no perturbar a estos pequeñines arrojándoles malvados líderes robóticos alienígenas.
EVIDENCIAS:
- Consumo de oxígeno en el sedimento abisal.
- Muestras biológicas.
FUENTES:
Glud, R. N., Wenzhöfer, F., Middelboe, M., Oguri, K., Turnewitsch, R., Canfield, D. E., & Kitazato, H. (2013). High rates of microbial carbon turnover in sediments in the deepest oceanic trench on Earth. Nature Geoscience.
Glud, R. N., Wenzhöfer, F., Middelboe, M., Oguri, K., Turnewitsch, R., Canfield, D. E., & Kitazato, H. (2013). High rates of microbial carbon turnover in sediments in the deepest oceanic trench on Earth. Nature Geoscience.
ScienceDaily. Recuperado el 28 de Marzo de 2013, de:
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