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sábado, 9 de abril de 2016

El monstruo de Tully reevaluado

"Monstruo" es un calificativo dado a criaturas que nos parecen demasiado dispares a nuestra cotidianidad, a lo raro, lo extravagante. Este mote fue dado a una pequeña criatura fósil, Tullimonstrum gregarium. Este bicho recibió el nombre genérico de su descubridor: Francis J. Tully; mientras que el nombre de especie hace referencia a la numerosa presencia de fósiles del "monstruo" en los lechos fosilíferos de la cantera Mazon, del condado Grundy, Illinois, EUA. Esta cantera es un lagerstätte (yacimiento de preservación excepcional) que data del Pensilvánico medio (Carbonífero tardío), de aproximadamente 300 millones de años de antigüedad.

Fósil de Tullimonstrum gregarium. Fotografía de autor desconocido.

Tras su descripción, en 1966 a cargo de Eugene S. Richardson Jr., paleontólogo del Museo de Historia Natural de Chicago, se propusieron numerosas hipótesis para dar cuenta de su identidad biológica. Inicialmente, Richardson describió a T. gregarium como algún tipo de "gusano". Posteriormente se propuso que pudiera ser un artrópodo, un radiodonto (como Opabinia regalis), un molusco, un conodonto o uno de varios grupos de "gusanos". Este año, un nuevo estudio le da un giro inesperado al monstruo de Tully. Tras analizar más de 1,200 especímenes de este bicho, investigadores de Yale, el Museo Americano de Historia Natural, el Museo Field de Chicago, el Laboratorio Nacional Argonne y del Museo Peabody (también de Yale), dieron con la identidad del monstruo: ¡era un vertebrado!

Reconstrucción artística de cómo pudo haber lucido el monstruo de Tully en vida. Ilustración de Sean McMahon.

Así es, ¡un vertebrado! Y no cualquier clase de vertebrado, se trata de un pariente distante de las actuales lampreas, un petromyzóntido troncal. La palabra "troncal" hace referencia a que no pertenece a grupo vivo alguno de lampreas, sino a grupos extintos. Y es que, tras analizar tantos especímenes, se pueden observar con más probabilidad y repetición estructuras que antes hubieran pasado por alto otros investigadores. Entre las estructuras observadas destacan: una aleta caudal con dos lóbulos (uno dorsal y otro ventral), una probóscide que termina en una boca con dentículos (presuntamente queratinizados como los de las lampreas modernas y que no son homólogos a nuestros dientes), bandas musculares en zig zag (llamadas miómeros), aperturas branquiales en forma de agujero, ojos pares montados en pedúnculos transversales (cual si fuera una delicada lamprea-martillo), un notocordio, cartílagos tectales (formas altamente modificadas del neurocráneo cartilaginoso de las lampreas), etc. Tras analizar estas estructuras y colocarlas en una matriz codificada para un análisis filogenético, resultó que la ubicación del monstruo de Tully en una filogenia, soporta la hipótesis de afinidad a las lampreas, haciendo de la criatura una lamprea troncal (y sorpresivamente no se recupera como una forma primitiva, pues al menos otra lamprea es menos derivada: Mayomyzon).

Anatomía de Tullimonstrum gregarium. Flechas en rojo partes internas, en negro partes externas. a) aleta caudal pareada, b) miómeros y notocorda, c) arcualia (estructuras homólogas a nuestras vértebras), d) barra orbital y ojos, e) cerebro tripartita, f) boca con dentículos queratinizados, g) narina externa y esófago en la probóscide, h) aperturas branquiales. Ilustración de Sean McMahon, Fotos de McCoy et al. (2016).

Así, uno de los misterios más grandes en paleontología del siglo XX ha quedado desvelado: Tullimonstrum gregarium es una lamprea troncal, uno de los vertebrados más raros que jamás hayan existido. ¿Te gustó enterarte de esto? Deja tu respuesta en los comentarios. Hasta pronto.


Artículo nuevo
:

McCoy, V. E., Saupe, E. E., Lamsdell, J. C., Tarhan, L. G., McMahon, S., Lidgard, S., ... & Vogt, S. (2016). The ‘Tully monster’is a vertebrate. Nature. doi:10.1038/nature16992

miércoles, 8 de mayo de 2013

Notas cortas: aletas pares, una historia con mandíbulas

Actualmente podemos dividir a los peces en dos grandes grupos, dependiendo de la arquitectura de sus bocas. Cuando estas no poseen mandíbulas denominamos a los peces 'agnatos' y cuando si poseen mandíbulas, los denominamos 'gnatostomados'. Los peces sin mandíbulas forman un grupo artificial que poco nos dice sobre relaciones de parentesco entre sus miembros. Por otro lado, los peces con mandíbulas representan un grupo natural (todos los miembros del grupo descienden de un único ancestro común) y de estos evolucionaron los primeros vertebrados terrestres; de ahí que tengamos mandíbulas y no una boca permanentemente abierta.

Ejemplos de 'agnatos' modernos. A la izquierda un mixino y a la derecha una lamprea. Note que en ambos la boca es una abertura circular sin mandíbula (en el caso del mixino la boca no es la abertura redonda, es la que se encuentra debajo).

Los peces mandibulados tienen además otra característica clave: tienen aletas en pares. Si observamos una carpa o un tiburón, veremos que tienen un par de aletas pectorales y un par de aletas pélvicas. De estas aletas (en otros peces) evolucionarían los miembros delanteros y traseros, los brazos y las piernas, las alas y las patas. Con respecto al origen de estas aletas, se creía que habían aparecido en el ancestro común de los gnatostomados y que ningún agnato tuvo apéndices pares.

Nombre y ubicación de las aletas en peces gnatostomados representativos. A la izquierda un Tiburón gris (Carcharhinus amblyrhynchos). A la derecha un atún aleta azul del sur (Thunnus maccoyii). En rojo las aletas pares. Fotografías de arkive.org/.

El mes pasado se publicó en la revista científica Biology Letters (Cartas Biológicas), un descubrimiento inesperado. Se trata del primer pez agnato con aletas pares. Contrario a lo que dicta el sentido común, este pez (del género Euphanerops) no tiene aletas pares pectorales o pélvicas, sino un par de aletas anales; los gnatostomados en cambio, tienen una única aleta anal. Este descubrimiento pone de manifiesto que allá por el Devónico, los peces 'experimentaban' con el número de aletas y que estas no evolucionaron de forma dirigida y gradual, sino en un mosaico de formas y funciones de las cuales desconocemos la mayoría.

Arriba, espécimen fósil de Euphanerops, el pez del estudio. Abajo, reconstrucción de Euphanerops según la nueva información. Modificado de Sansom et al. 2013.


FUENTE:
Sansom, R. S., Gabbott, S. E., & Purnell, M. A. (2013). Unusual anal fin in a Devonian jawless vertebrate reveals complex origins of paired appendages. Biology letters, 9(3).