lunes, 5 de agosto de 2013

¿Sabías que? Tapires 2


¿Sabías que los tapires son "fósiles vivientes"?

¿Pero cómo es que un organismo "vivito y coleando" puede ser un fósil viviente? Bueno en realidad y como ya he mencionado antes, los fósiles vivientes no existen, pues un fósil tiene por definición más de 10,000 años de antigüedad y generalmente se presenta en forma de fragmento orgánico o bien, una simple huella del paso por el mundo de su dueño. El término correcto es organismo pancrónico. Y en esta categoría incluimos a cualquier criatura que a nuestros primatezcos ojos, nos parezca idéntico a parientes fósiles de la criatura en cuestión.

El cangrejo herradura (Limulus polyphemus), uno de los acusados de ser una piedra con vida.

Y los tapires, por extraño que parezca (o quizá no tanto) son unos hermosos bichos pancrónicos. Para soportar esta afirmación tenemos que salpicarnos un poco en el mar de la evolución de los perisodáctilos (mamíferos con pezuñas impares). El orden Perissodactyla existe desde hace por lo menos 56 millones de años y su centro de origen se disputa entre China y Estados Unidos, que son los lugares con los fósiles más antiguos de estos bichos.

Lugar de origen disputado de los perisodáctilos. Las estrellas rojas señalan los yacimientos más viejos con estos mamíferos. En la esquina inferior derecha, un Hyracotherium, uno de los perisodáctilos más primitivos (reconstrucción de Kawasaki Satoshi).

Podemos dividir a todos los perisodáctilos (vivos y extintos) en dos grandes grupos: Hippomorpha ("con forma de caballo") y Tapiromorfa ("con forma de tapir"). Los hipomorfos incluyen actualmente a todos los caballos, asnos, cebras y onagros vivientes. Y los tapiromorfos incluyen a los rinocerontes y a los tapires vivientes. Si bien, la historia de estos subórdenes es más compleja, no me desviaré del tema: los tapires.

Perisodáctilos actuales. Arriba hipomorfos, abajo tapiromorfos. De izquierda a derecha y de arriba a abajo: caballos (Equus ferus caballus), un asno (Equus africanus asinus), cebras comunes (Equus quagga), un onagro (Equus hemionus), un tapir de Baird (Tapirus bairdii), un tapir malayo (Tapirus indicus), un rinoceronte negro (Diceros bicornis) y rinocerontes de Sumatra (Dicerorhinus sumatrensis).

Entre los tapiromorfos extintos encontramos  una superfamilia que se encuentra totalmente extinta, la Chalicotherioidea ("bestias grava") y el infraorden Ceratomorpha ("con forma de cornudos"). Este se compone de dos superfamilias con miembros vivos, los Rhinocerotoidea, que incluyen a los rinocerontes, así como a sus parientes, y los Tapiroidea, que incluyen a los tapires más al menos 6 familias que incluyen a la de los tapires modernos.

Ejemplos de tapiromorfos. De izquierda a derecha, un calicoterio, rinocerontes blancos (Ceratotherium simum) y un tapir amazónico (Tapirus terrestris).

Los primeros tapiroideos eran muy comunes en el hemisferio norte durante el Eoceno temprano (56 a 48 millones de años). Con el paso del tiempo, diferentes familias surgieron (Helaletidae, Isectolophidae, Lophiodontidae, Deperetellidae y Lophialetidae), casi todas semejantes en su forma corporal, con excepción de los asiáticos deperetélidoslofialétidos que desarrollaron patas delanteras con sólo tres dedos y extremidades largas y esbeltas. ¡Eran las gacelas de los tapiroideos! Desafortunadamente todas estas familias se extinguieron rápidamente y ninguna sobrevivió más allá del Eoceno tardío (34 millones de años).

Representantes de tapiroideos de las familias conocidas. Arriba, izquierda: Helaletes nanus (Fam. Helaletidae). Arriba, en medio: Isectolophus latidens (Fam. Isectolophidae). Abajo, izquierda: Paralophiodon sardus (Fam. Lophiodontidae). Abajo, derecha: Teleolophus medius (Fam. Deperetellidae). Derecha: Lophialetes expeditus (Fam. Lophialetidae). 

En algún punto, los miembros de la familia helalétide dieron origen a la familia tapíride (que contiene a los tapires verdaderos). El tapir verdadero más antiguo conocido data del Oligoceno temprano (al rededor de hace 30 millones de años), se trata de Protapirus, un animal de talla pequeña a media, conocido en diversos yacimientos europeos y norteamericanos.

Reconstrucción de la cabeza de Protapirus por el artista Robert Bruce Horsfall.

Los primeros tapires como Protapirus carecían de la útil e icónica probóscide móvil y su cráneo tenía una forma diferente de la de los tapires modernos, siendo bajo, alargado y con fosas nasales pequeñas y situadas en la punta del hocico. La forma del cráneo de los tapires y la aparición de la probóscide fueron eventos tempranos en su evolución y para finales del Oligoceno (hace unos 25 millones de años), el tapir ya era el narigón de cráneo alto típico.

Cráneos de tapires a escala. Arriba: Tapirus indicus. Abajo: Protapirus simplex. Note que Protapirus tiene un cráneo bajo y con una cavidad nasal reducida. Imágenes de Digital morphology de la Universidad de Texas, EUA.

La clave del por qué los tapires son organismos pancrónicos se encuentra en el resto del esqueleto. Los tapires actuales comparten con los tapiroideos del Eoceno de hace 50 millones de años una dentición primitiva de coronas bajas (braquiodonta), así como el mismo número y posición de cúspides en los molares. Aunque aquí cabe destacar que los tapires modernos innovaron el diseño de sus premolares y los hicieron idénticos a sus molares.

Dientes braquidontos de tapir (izquierda), comparados con los dientes hipsodontos de un caballo (derecha). En gris el cemento, en gris intenso la dentina, en blanco el esmalte. i= incisivo, c= canino, p= premolar y m= molar. Modificado del libro Teeth de Simon Hillson.

Otra de las importantes similitudes en el esqueleto del tapir con aquel de de sus distantes primos eocénicos es la de las patas, pues los tapires son los únicos mamíferos de pezuñas impares que de hecho, tienen pezuñas pares. Las patas delanteras de caballos y rinocerontes tienen sólo uno y tres dedos respectivamente (números impares), pero los excéntricos narigones tienen ¡cuatro dedos en las patas delanteras!

Esquema de las patas de un tapir. Izquierda pata delantera, derecha pata trasera. Tomado del Blog de "The Tapir Preservation Found".

¿Significa eso que son mitad perisodáctilos y mitad artiodáctilos (mamíferos de pezuñas pares)? La verdad es que no. Para hacernos más fácil el diferenciar a un artiodáctilo de un perisodáctilo, los relacionamos con el número de dedos, pero en realidad los diferencian otras características más importantes.

El eje de simetría y no el número de dedos es lo que diferencia los perisodáctilos de los artiodáctilos. Izquierda: pata delantera de caballo. Al centro: pata delantera de tapir. Derecha: pata delantera de cerdo.

El primer tapir del género Tapirus, que es el único género que sobrevive y que contiene a todos los tapires modernos, surgió durante el Mioceno temprano, entre hace 20.43 y 15.97 millones de años en lo que hoy es Norteamérica. Desde entonces todas las especies de Tapirus son variaciones minúsculas del mismo diseño y es tanta su similitud que los presuntos géneros Tapiravus y Tapirella son nombres que no se fijan como válidos, pues no son lo suficientemente distintos del arquetípico Tapirus.

Miembros vivientes del género Tapirus. De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Tapir de Baird (Tapirus bairdii), Tapir malayo (Tapirus indicus), Tapir amazónico (Tapirus terrestris) y Tapir andino (Tapirus pinchaque). Fotografías de ARKive.org.

¿Por qué los tapires no han cambiado casi nada en millones de años? Podríamos argumentar que es porque son mamíferos primitivos y torpes, pero no podríamos meter más la pata. En realidad este diseño (y el de todos los pancrónicos) persistió porque es exitoso. En otras palabras, es tan bueno que no es necesario cambiarlo demasiado. Los primeros perisodáctilos habitaban los bosques del hemisferio norte y aquellos que se aventuraron fuera de la cobertura tuvieron que sufrir grandes cambios, tan sólo pensemos en los caballos, que cambiaron de criaturas del tamaño de un poodle de cinco dedos a las bestias de un dedo de la actualidad.

Tapir andino en su medio natural. Fotografía tomada en Sierra Azul, Ecuador por Fernando Game.

El éxito del tapir consiste en su permanencia como silvícola. Son animales tan arraigados a la floresta que incluso son usados como índice de antiguos bosques. El hecho de que estén hoy en grave peligro es porque los humanos (simios cuyos ancestros alguna vez abandonaron la selva para ir a la sabana) estamos regresando de forma violenta y demoledora al bosque. Estos apacibles vegetarianos requieren de un pacto en el que los monos erguidos de las praderas no intentemos volver al bosque y los dejemos en paz.

FUENTE PRINCIPAL:
Carroll, R. L. (1988). Vertebrate paleontology and evolution. p 530-531.

2 comentarios:

  1. He dado por pura casualidad con su blog, me he encantado, gracias por el conocimiento que comparte, y por esa chispa de gracia con las que lo hace.

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    1. Muchas gracias por contarme cómo es que llegó a este sitio.

      SALUDOS :D

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