El cáncer es uno de esos padecimientos que solemos agrupar bajo un mismo nombre, pero que en realidad, se trata de una serie de enfermedades distintas que comparten una cosa: el crecimiento anormal de células. Por ende, existen muchos tipos y etiologías del "cáncer". Este grupo de afecciones nos suele llamar mucho la atención porque gracias a los métodos modernos de diagnóstico, nos hemos percatado que es mucho más común de lo habíamos sospechado y porque desde luego, impactan de forma negativa en nuestras vidas. Es por ello que cualquier noticia de cáncer detectado en un fósil suele llamar mucho la atención. Y precisamente de eso va esta nota, como seguramente ya lo notaste.
Cáncer (en amarillo) en una fíbula de Centrosaurus. Modificado de Ekhtiari et al. (2020).
En este mes, la revista The Lancet Oncology ha publicado una nota corta sobre la detección de cáncer en un dinosaurio. Y la pregunta inmediata es ¿cómo lo lograron? Bueno, pues como la lógica nos dicta, el cáncer que se producen en tejidos blandos difícilmente dejará evidencias fósiles, pues estos tejidos no suelen fosilizarse. Sin embargo, si esta afección impactase sobre el tejido mineralizado (huesos o dientes), podríamos ser capaces de detectarla. Y eso fue lo que pasó, pues el tipo de cáncer que presenta el dinosaurio es conocido como un osteosarcoma.
Publicación científica original.
Los osteosarcomas se caracterizan por un desarrollo rápido y grande de neoplasma maligno. El neoplasma es el tejido anormal nuevo y se conoce como maligno cuando éste es metastásico, es decir, que tiene la capacidad de extenderse a otras partes.
Secciones transversales de la fíbula para observar el tejido normal (abajo, izquierda) y el tejido neoplásico (arriba en amarillo). Modificado de Ekhtiari et al. (2020).
El elemento óseo donde fue identificado el osteosarcoma es una fíbula (peroné en humanos) de un Centrosaurus, en el ejemplar TMP 1989.018.0108. Y se localiza en la parte proximal (la más cercana al cuerpo) de la fíbula, misma que se encuentra incompleta, al faltar un tercio de la misma, específicamente la parte proximal.
Esto y la forma del tumor sugiere que este hueso estaba dividido en dos cuando el animal estaba vivo, con lo que la etiología del osteosarcoma puede guardar relación con una fractura y/o una infección bacteriana. Sin embargo, no se puede asegurar este escenario debido a la ausencia del tercio de hueso faltante.
Centrosaurus apertus, reconstrucción de Fred Wierum.
Cabe destacar que esta no es la primera vez que se detecta cáncer en el registro fósil, ni osteosarcomas fósiles (pequeño spoiler: próximamente describiré un tumor y probable osteosarcoma que descubrí en un resto de megafauna pleistocénico). Pero sí que es la primera vez que esto ocurre en un dinosaurio y de ahí la emoción del descubrimiento. Esperemos que la paleopatología siga mostrándonos más y más casos anormales pues éstos suelen ser de lo más interesantes.
Fuente:
Ekhtiari, S. et el. (2020). First case of osteosarcoma in a dinosaur: a multimodal diagnosis. The Lancet Oncology. 21(8): 1021-1022.
¿Cualquier eucariota puede desarrollar una neoplasia?
ResponderEliminarTe mentiría si te dijera que sé la respuesta a esa pregunta. Es muy interesante, pero desconozco.
Eliminar¿Serías tan amable de compartir las referencias sobre los otros casos ya descritos de detección de cáncer en el registro fósil? Es muy interesante. Gracias.
ResponderEliminarMe parece impresionante de verdad que a pesar de seguir ejerciendo tu profesión como Paleontólogo de mamíferos, tomes un pedacito de tu tiempo para la divulgación dedicada con los fans. Gracias.
ResponderEliminarPD: Era cuestión de tiempo para descubrir patologías en fósiles.
Ya se haría muy extraño que no se descubriera algo así.
Eran animales, no superhéroes con inmunidad al cáncer.