jueves, 8 de febrero de 2018

Una mamá muy curiosa

Cuando uno lee acerca de "cuidado parental" en el registro fósil uno imagina vertebrados cuidando a sus crías, dinosaurios empollando a sus huevos u otras estrategias. O bueno, es lo que yo pienso cuando escucho ese binomio. Resulta que recientemente se publicó un nuevo estudio que muestra la primer evidencia de cuidado parental... ¡en cucarachas!

Reconstrucción artística de la cucaracha Piniblattella yixianensis por Dr Chen Wang.

La mayoría de las cucarachas son en realidad buenas madres. Empiezan el cuidado de su progenie desde el huevo, generando una estructura capsular que los mantiene a salvo de infecciones y depredadores. Seguramente has visto alguna de estas estructuras, se denominan ooteca. Sin embargo, cuándo apareció la ooteca y sus variantes de "uso" era un tanto enigmático.

Blatta lateralis poniendo una ooteca. Fotografía de (CC) Happy1892.

Una nueva especie de cucaracha (Piniblattella yixianensis), descrita a partir de fósiles de la formación Yixian, que datan del Cretácico temprano (ca. 126 millones de años) aporta nuevo conocimiento de ootecas fósiles. Pues en Piniblattella yixianensis fue encontrada evidencia de ootecas, pero no cualquier cápsula de huevos, éstas medían entre el 42 y el 62% de la longitud total del adulto, contenían entre 60 y 70 huevos y exhiben evidencias de oviparismo tipo B, que consiste en llevar la cápsula de huevos pegada al cuerpo hasta que eclosionen las ninfas (los bebé cucaracha sin alas). Esta estrategia es típica de cucarachas de las familias Blattidae y Ectobiidae (la familia a la que pertenece P. yixianensis). 

Holotipo (arriba, izquierda) y paratipos de Piniblattella yixianensis. Simbología, cerci: cercos, boundaries: separación entre cámaras de la ooteca y keel: quilla de la ooteca. Modificado de Gao et al. (2018).

Adicionalmente al estudio de los fósiles de estas mamás tan curiosas, los autores del estudio analizaron ootecas fósiles conservadas en ámbar de Birmania, de hace unos 99 millones de años y concluyeron que las ootecas tipo B, evolucionaron en el Cretácico temprano, poco antes de la aparición de P. yixianensis. Pues se sabe que en lo general, las ootecas de cucaracha, aparecieron durante el Jurásico tardío.

Ootecas conservadas en ámbar de hace 99 millones de años. Tomado de Gao et al. (2018).

Esta es la primera vez que se preserva evidencia de la modalidad de reproducción B, cargando las ootecas y esto es lo que pudo haber propulsado el éxito evolutivo de las cucarachas en los ecosistemas terrestres del planeta, mismo que hace que hayan sobrevivido a la catástrofe de finales del Cretácico y que sean tan diversas y adaptables en la actualidad. Hoy por hoy podemos decir que en la era de los dinosaurios, las cucarachas no sólo ya existían, sino que además, eran unas madres muy buenas.

Fuente:
Gao, T., C. Shih, C.C. Labandeira, X. Liu, Z. Wang y Y. Che. 2018. Maternal care by Early Cretaceous cockroaches. Journal of Systematic Palaeontology. DOI: 10.1080/14772019.2018.1426059

viernes, 2 de febrero de 2018

Insecto con pecho asesino

El ámbar es resina fósil que ofrece uno de los escasos medios de preservación excepcional que existen y a diferencia del alquitrán o el hielo, dura mucho, mucho más. Dicha preservación ayuda a poder estudiar nuevos bichos o partes de ellos con gran detalle y de cuando en cuando nos puede sorprender gratamente, tal y como fue el caso recientemente. Resulta que se acaba de describir una nueva especie de insecto conservado en ámbar: Caputoraptor elegans.

Reconstrucción artística del aspecto de Caputoraptor elegans. Tomado de Bai et al. (2018).

Este nuevo bicho fue descubierto en ámbar de Birmania de hace aproximadamente 99 millones de años, lo que corresponde al Cretácico tardío inferior. Según sus descriptores, el insecto pertenece a un grupo extinto llamado Alienoptera ("ala extraña" en griego), miembros transicionales entre las cucarachas y las mantis. La nueva especie fue llamada Caputoraptor elegans, que significa "cabeza ladrona elegante" en referencia al probable estilo de vida de predador del insecto así como a la peculiar cabeza y tórax de la especie que forma una especie de "aparato masticador" y a lo delgado de la parte trasera del cuerpo, precisamente algo "elegante" según sus descriptores.

Holotipo (ejemplar que representa a toda la especie) en A-C y paratipo (ejemplar adicional) en D. En el acercamiento mostrado en D se aprecia el aparato de tijera. Las barras de escala representan 1 mm. Tomado de Bai et al. (2018).

Caputoraptor fue descrito a partir de nueve ejemplares conservados en ochos piezas de ámbar. Entre dichos ejemplares se encontraban sólo hembras (reconocidas por su aparato reproductor) en varios estados de desarrollo, de ninfas a adultas. Lo más peculiar del insecto es su tórax, pues junto con los procesos genales de la cabeza (lo que uno llamaría "mejillas") formaba un aparato en forma de tijera. La función de este aparato es desconocida aunque se proponen dos posibles: sexo y depredación (básicamente para lo que vive todo animal). Y una tercera que es algo rara: la defensa.

Potenciales funciones del aparato de tijera de Caputoraptor. A) la cópula, B) defensa y C) depredación. Tomado de Bai et al. (2018).

Lo curioso es que se proponga que el aparato tijera haya servido para la cópula, porque eso implicaría que las hembras eran las que se aferraban a su pareja. Eso haría de Caputoraptor una especie con hembras empoderadas y muy, muy interesantes. Esperemos que los machos se descubran para poder saber si ese es el caso. Otra función curiosa es la defensa, pues no veo cómo podría funcionar. Y finalmente, de haber servido a la depredación, sería la primera vez que un insecto evoluciona un tórax asesino.

Ubicación de Caputoraptor en el gran árbol familiar de los insectos cucarachoides y mantoides. Esquema modificado de Bai et al. (2018).

Esto hace de este pequeño insecto habitante del follaje Cretácico uno de los descubrimientos más interesantes en lo que va del año, un año que pinta muy bien. Y a ti ¿qué te parece Caputoraptor?

Fuente:
Bai, M., Beutel, R. G., Zhang, W., Wang, S., Hörnig, M., Gröhn, C., ... & Wipfler, B. (2018). A New Cretaceous Insect with a Unique Cephalo-thoracic Scissor Device. Current Biology.