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viernes, 30 de mayo de 2014

Podcast, capítulo 2

Hola que tal mis estimado lectores y ahora podescuchas. Les notifico que los episodios del podcast saldrán (si todo marcha bien) cada viernes. Por ahora, les traigo el segundo episodio de esta serie de podcast que espero les resulte igual o más interesante que el anterior. En esta ocasión hablaré sobre las conchas. No, no el pan, sino las calcáreas que producen algunos invertebrados. Disfruten. 




Canción de fondo: Sea beast released "Bestia marina liberada"
Artista: Porno Galactica.
Licencia: Attribution-Noncommercial-Share Alike 3.0 United States License.


Imágenes de apoyo:

Réplica de Diplodocus en el Museo Británico de Historia Natural. Fotografía por Drow male.

Conchas fósiles excavadas por neandertales. Tomado de Peresani et al. (2013) An Ochered Fossil Marine Shell From the Mousterian of Fumane Cave, Italy.

Los Quinametzin, una raza de míticos gigantes mesoamericanos, inspirados por hallazgos de restos de mamut.

Conchas de algunos moluscos (y una galleta de mar colada). Fotografía por Brocken Inaglory.

Fósil del braquiópodo Cyrtospirifer grabaui. Fotografía por Parent Géry.

Poliqueto en su tubo. Fotografía de autor desconocido.

Exoesqueletos de balanos o percebes de la especie Catomeris polymerus. Fotografía de Jo Taylor y Blair Patullo.

Coquina fósil en Odessa, Texas. Fotografía por Lumasella.

Fósiles de ornato, el ámbar con inclusiones. Fotografía de autor desconocido.

Cloudina, las primeras conchas. En rojo las marcas de depredación.

Réplica de un amonite gigante de Lyme Regis, Inglaterra. Fotografía de Paul Williams.

jueves, 29 de mayo de 2014

Color y metabolismo en dinosaurios

Hace tan solo 10 años, los cánones paleontológicos nos indicaban que el color era imposible de conocerse en un organismo fósil. Todos los que crecimos con esta idea imaginábamos a los dinosaurios como nos daba la gana, algunos los presentaban opacos y otros, muy coloridos. La cosa es que cualquiera podía tener razón, pues no había forma de sondear en los antiguos colores de estas u otras criaturas pretéritas.

Tiranosaurio imaginado de dos formas diferentes. Izquierda, arte de John Sibbick. Derecha, arte de Luis V. Rey.

Pero todo esto cambió cuando la nación del fuego atacó los paleontólogos no sesgados por una visión clásica de la paleontología sondearon en los misteriosos melanosomas. Estas cosas son orgánulos celulares que almacenan principalmente el pigmento conocido como melanina. La forma, disposición y densidad de los melanosomas está vinculada directamente con algunas coloraciones específicas de piel, pelo y plumas. Gracias a este hecho "simple", los paleontólogos han sido capaces de devolver la coloración a antiguas bestias que incluyen dinosaurios (y sus descendientes, la aves), criaturas marinas, pterosaurios, etc.La cosa es que nadie se había puesto a analizar la evolución de esas estructuras.

Algunas criaturas y sus melanosomas. En la columna de la izquierda podemos apreciar el fósil y en la derecha los melanosomas. De arriba hacia abajo tenemos: un lepidosaurio (primo de lagartijas), un pterosaurio, un dinosaurio no aviano (Beipiaosaurus inexpectus) y un ave. Imagen tomada de Li et al. (2014).

Recientemente se publicó un estudio en la revista "Nature" que aborda esta cuestión. Se analizaron un total de 181 especies modernas y 13 especies extintas para ver la evolución de la diversidad de melanosomas. Los investigadores concluyeron que la diversidad de estas estructuras explotó súbitamente en los terópodos cuando aparecieron las plumas pinadas en los maniraptoriformes (grupo que contiene a los alvarezsaurios, oviraptores y "raptores"). Además, sugieren que la forma de estos melanosomas está vinculada a un metabolismo más activo y al potencial origen de la endotermia permanente ("sangre caliente").

Diversidad de los melanosomas en distintos grupos analizados. Los gráficos de arriba indican qué tanto varían de forma (largo vs diámetro), un gráfico con puntos más distribuidos indica mayor diversidad (por ejemplo en aves y mamíferos). El gráfico de abajo es un esquema filogenético donde el color de la criatura representa el tipo de diversidad de melanosomas que tiene. Imagen tomada de Li et al. (2014).

Este estudio resulta interesante y abre nuevas posibilidades a investigar aspectos perdidos de la biología de las criaturas extintas.

FUENTE PRINCIPAL:
Li, Q., Clarke, J. A., Gao, K. Q., Zhou, C. F., Meng, Q., Li, D., ... & Shawkey, M. D. (2014). Melanosome evolution indicates a key physiological shift within feathered dinosaurs. Nature, 507(7492), 350-353.

miércoles, 28 de mayo de 2014

El ave polinizadora más antigua

No con mucha imaginación titular, les presento un nuevo descubrimiento que ha puesto felices a muchos paleofrikis y ornitólogos. Se trata (como dice el título) del ave polinizadora más antigua conocida en el registro fósil. Quizá no sepas qué es eso de la polinización o quizá viste Bee Movie y ya sabes de qué va el asunto. De cualquier forma, les explico. El polen no es otra cosa que los gametos masculinos de una planta espermatofita (aquellas que producen semillas en lugar de esporas). Y las plantas (comodinas como sólo ellas) utilizan "esclavos" para transportar el polen hasta el aparato reproductor femenino de la misma u otra planta (según sea el caso).

Bee Movie, una simpática lección de polinización. Imagen propiedad de DreamWorks.

Ahora, solemos pensar que sólo los tiernos insectos transportan polen, pero nop, nop, nop. Antes de que las plantas "se dieran cuenta" que podían esclavizar insectos, existían otras formas de transportar polen, otros "esclavos". El primero de ellos es el agua y a las plantas que se valen de este medio se denominan "hidrófilas" ("amantes del agua"). El segundo medio es el aire y las plantas que prefieren este medio se denominan "anemófilas" ("amantes del aire"). Finalmente, tenemos a las plantas que usan animalillos, las llamadas "zoófilas" ("amantes de los animales"). Los polinizadores son los animales que transportan el polen a otras flores y entre ellos encontramos insectos (entomofilia), vertebrados pequeños (zoofilia propiamente dicha) y humanos (antropofilia). Polinizadores vertebrados hay muchos, anfibios, reptiles, mamíferos y aves.

Ejemplos de polinización. Arriba izquierda, hidrofilia (fotografía de fmueller.com). Arriba derecha, anemofilia (fotografía de Beatriz Moisset). Abajo, zoofilia (fotografía de Geoff Gallice).

Pero volvamos al descubrimiento. En resumidas cuentas, se trata de una especie descrita desde 1999 y reevaluada en 2008, se llama Pumiliornis tessellatus, procede del famoso yacimiento de Messel en Alemania y data del Eoceno medio (47 Ma aproximadamente). Se supo que esta ave era polinizadora porque presenta en su cavidad estomacal restos muy abundantes de polen y porque tiene la morfología correcta en las patas traseras que le posibilitaba el poder sostenerse mientras consumía polen o néctar de su flor tributaria (el ave presenta zigodactilia facultativa [esto es: poder poner dos dedos hacia atrás y dos hacia delante como los actuales pájaros carpinteros o los búhos]). Por cierto, el estudio del polen sugiere que este simpático pajarillo eocénico polinizaba angiospermas eudicotiledóneas (un grupo relativamente antiguo). 

A) El simpatico Pumiliornis tessellatus, espécimen SMF-ME 11414a. B) Acercamiento de la "última cena" del ave. C y D) Acercamientos del acercamiento, donde se aprecia el polen. Las flechas indican los surcos del polen (colpi). Modificado de Mayr y Wilde (2014).

Ya para terminar. Los autores de su estudio están concientes de que Pumiliornis tessellatus no encaja en ninguna familia de polinizadores avianos actuales, si bien se parece a los cucos. Dado esto, sugieren que la relación planta-ave se dio antes que evolucionaran los actuales grupos de aves polinizadoras.

FUENTE:
Mayr, G. y V. Wilde. 2014. Eocene fossil is earliest evidence of flower-visiting by birds. Biology letters. 10(5). doi: 10.1098/rsbl.2014.0223

lunes, 26 de mayo de 2014

Kiwis, balrog y Súper Mario

No, no es una banda rara de nada, es el anuncio de tres descubrimientos recientes que pudieran resultar interesantes para algunos. Les cuento...

El primero de ellos es un estudio publicado en la revista "Science" (ciencia) y trata sobre la filogenia (relaciones de parentesco) y la biogeografía de las aves ratitas (Ratitae), con especial énfasis en Kiwis y los extintos Pájaros elefante de Madagascar. ¿Qué es una ratita? Es un grupo de aves que incluyen entre sus miembros a las aves gigantes no voladoras clásicas de ayer y hoy. El grupo contiene avestruces, ñandúes, casuarios, emúes, kiwis, pájaros elefante, tinamúes (los únicos voladores del grupo) y moas. En este estudio se utilizó ADN moderno y antiguo de distintos miembros de las ratitas y se llevó a cabo una filogenia. El resultado fue inesperado, pues los pájaros elefante de Madagascar (Aepyornithidae), que son las aves más grandes que ha visto el planeta resultaron ser parientes cercanos de los kiwis (Apterygidae). Esto no sólo cambiará la nomenclatura de los órdenes dentro de Ratitae, sino que además sugiere que los ancestros de todas estas aves eran voladoras. Esto porque según la evidencia molecular, su origen está entre hace 100 y 70 Ma, tiempo en el cual los continentes donde viven hoy estas aves, ya no estaban en contacto.

Izquierda, comparativa de tamaños entre un pájaro elefante (ilustración por Carl Buell) y un kiwi (ilustración de autor desconocido). En medio, análisis filogenético donde se aprecia en rojo el parentesco de los pájaros elefantes y los kiwis (modificado de Mitchell et al. 2014). Derecha, evolución continental y biogeografía de ratitas; en rojo el clado de los kiwis (tomado de de Mitchell et al. 2014).

El otro artículo se publicó en la revista "Historical Biology" (biología histórica) y trata sobre la descripción de un nuevo crocodilomorfo dirosáurido (Dyrosauridae) de Colombia. Los dirosáuridos fueron crocodilomorfos que sobrevivieron como grupo a la extinción de finales del Cretácico y que perecieron hasta el Eoceno tardío. El recién llegado se denomina Anthracosuchus balrogus, que significa "Cocodrilo-carbón Balrog" en honor a la bestia mitológica de Tolkien y al hecho que se descubrió justo por debajo de un estrato de carbón (que es explotado por una mina cercana). El "chatito" data del Paleoceno (58 a 60 Ma) y ocupa un lugar relativamente primitivo en su árbol familiar.

Izquierda, cráneo de Anthracosuchus balrogus (tomado de Hastings et al. 2014). Derecha, balrog tolkeniano (por el artista Rodney Buchemi).

Finalmente, pero no menos importante, se describió una nueva especie de felino. Se trata de un gato que vivió durante el Mioceno tardío en lo que hoy es que procede de Karaslari, en la región de Veles, República de Macedonia. El gato se caracteriza por tener una talla entre un lince y un chita y por poseer un hocico corto y una cabeza ancha, similar a las proporciones de un gato doméstico. Este felino fue llamado Yoshi garevskii, el epiteto específico es en honor al paleontólogo Risto Garevski, quien contribuyera al descubrimiento del gato; mientras que el nombre genérico es por el gato favorito de uno de los autores... aunque todos sabemos que Yoshi es el nombre de otra criatura (¬_¬). Otro de los aportes del trabajo es que reclasifica a "Metailurus" minor a  Yoshi minor (Yoshi menor, jeje).

Izquierda, cráneo de Yoshi garevskii (modificado de Spassov y Geraads,2014), barra de escala a 5 cm. Derecha, reconstrucción de Yoshi garevskii por Roman Uchytel.

Sin duda, estos descubrimientos son interesantes y poseen cualidades nomenclaturales algo inusuales. Espero que el tema les haya agradado, les deseo un buen día.

FUENTES:
Mitchell, K. J., et al. (2014). "Ancient DNA reveals elephant birds and kiwi are sister taxa and clarifies ratite bird evolution." Science 344(6186): 898-900.

Hastings, A.K., J.I. Bloch y C.A. Jaramillo. 2014. A new blunt-snouted dyrosaurid, Anthracosuchus balrogusgen. et sp. nov. (Crocodylomorpha, Mesoeucrocodylia), from the Palaeocene of Colombia. Historical Biology. DOI: 10.1080/08912963.2014.918968

Spassov, N., & Geraads, D. (2014). A New Felid from the Late Miocene of the Balkans and the Contents of the Genus Metailurus Zdansky, 1924 (Carnivora, Felidae). Journal of Mammalian Evolution, 1-12.

viernes, 23 de mayo de 2014

Capítulo 1 ¡Podcast!

En esta ocasión les traigo una pequeña sorpresa. Luego de mucho esperar y gracias a los consejos de un amigo y paleofriki empedernido, he decidido experimentar en un nuevo tipo de medio, el podcast.

Así que les traigo la primera entrega de una serie que espero sea fructífera y que arroje más y más temporadas. Pero les tengo que advertir, mi voz no es la más melodiosa del planeta. Dicho lo anterior (y sobre advertencia no hay engaño), les dejo el episodio 1: Paleontología.





Canción de fondo: Concrete dinosaur "Dinosaurio de concreto"
Artista: Porno Galactica.
Licencia: Attribution-Noncommercial-Share Alike 3.0 United States License.

Versión de Youtube:


miércoles, 21 de mayo de 2014

Homínidos y dimetrodontes

Los homínidos y los dimetrodontes nunca coexistieron, pese a lo que las películas clásicas de "dinosaurios" lleguen a mostrar. Pero estas criaturas hacen su lugar en este tema que toca dos descubrimientos recientes interesantes.

Dimetrodon y niño. Arte de Tiffany Turrill.

El primero tiene que ver con un estudio publicado en la revista Nature communications (comunicados de la naturaleza) y tiene que ver con dimetrodontes. Resulta que se llevó a cabo un estudio sobre los cambios en la dentición de esfenacodóntidos (grupo al que pertenece estos reptiles con vela). ¿Cómo? Mediante un análisis de relaciones de parentesco (filogenia) al cual se le superpuso la información dental. Para nuestra sorpresa, los esfenacodontídos resultaron ser criaturas que evolucionaron rápidamente al cambiar la estructura de sus dientes, pero no la de el resto de su cuerpo. Esto, según sugieren los autores del estudio, podría estar vinculado a un cambio en la dieta de los animales. Y con agrado se presenta evidencia que sugiere que entre los primeros animales en tener verdaderos dientes de cuchillo (zifodontos) estaban los dimetrodontes que evolucionaron esta característica de forma convergente a los terápsidos.

Filogenia calibrada con el tiempo geológico donde se muestran los tipos de bordes dentales de estos reptiles parecidos a mamíferos. Modificado de Brink y Reisz (2014). 

El segundo hallazgo es más reciente en el tiempo geológico. Se trata de las primeras huellas de homínido homínino (los homíninos son una subfamilia que no incluye a los orangutanes, gorilas y chimpancés, sino sólo a los parientes mas cercanos a los seres humanos) fuera de África. Este conjunto de huellas fue encontrado en Happisburgh, Reino Unido. Este lugar no sólo tiene huellas, sino artefactos fabricados por parientes cercanos nuestros del género Homo. Esta zona costera data del Pleistoceno temprano, entre hace 1,000,000 y 780,000 años, lo que bate el récord de los restos más antiguos en Europa ¡por al menos 350 mil años! Los científicos que estudiaron las huellas calcularon la altura de sus antiguos dueños y concluyeron que debieron de medir entre 0.93 y 1.73 m de altura, pues entre las huellas se pueden encontrar jóvenes y adultos que caminaron en las riberas de un antiguo y extinto río.

Imagen vertical del área A en Happisburgh con huellas de homínino fósil. Tomado de Ashton et al. (2014).

Estos hallazgos nos abren la puerta a nuevas preguntas que esperemos, seamos capaces de plantear y responder como especie.


FUENTES:

Brink, K. S., & Reisz, R. R. (2014). Hidden dental diversity in the oldest terrestrial apex predator Dimetrodon. Nature communications, 5. 

Ashton, N., Lewis, S. G., De Groote, I., Duffy, S. M., Bates, M., Bates, R., ... & Stringer, C. (2014). Hominin footprints from early Pleistocene deposits at Happisburgh, UK. PloS one, 9(2), e88329.

martes, 20 de mayo de 2014

En las tierras del mamut ártico

Muchas de las preciosas obras de arte sobre mamutes nos presentan animales viviendo en planicies gélidas del frío norte de la era de hielo. Si bien, existieron muchas especies de mamut y no todas eran de climas fríos, el mamut lanudo es quizá el más icónico de los mamutes. A pesar de todo ello, poco se sabía sobre la composición y evolución de estos ecosistemas, particularmente de su flora.

Mammuthus primigenius por el artista Sergei Kanev.

Recientemente se publicó un trabajo colosal, tanto por su significado como por su esfuerzo (razón por la cual la lista de autores suma 49 personas). Este estudio nos presenta 50,000 años de historia de la vegetación ártica mediante una técnica no muy convencional, el estudio del ADN metagenómico antiguo, además del estudio de la megafauna asociada a aquel ambiente.

Ejemplo del uso de metagenómica para observar la evolución de la diversidad. Imagen modificada de SpyGen®.

Como resultado, los investigadores nos presentan que durante la mayor parte de esos 50,000 años, la vegetación estaba compuesta de plantas herbáceas no gramíneas y que durante el último máximo glacial, acaecido entre hace 25 y 15 mil años, las herbáceas de este tipo declinaron para permitir el ingreso de pastizales donde aparecían por primera vez las gramíneas. Esto permite saber que la típica imagen de tundra con pastos es equivocada y que en su lugar reinaron las plantas herbáceas no gramíneas.

Tundra en Sydkap, al este de Groenlandia, un paisaje que concuerda con lo que sabemos del hábitat de la megafauna ártica. Fotografía de Hannes Grobe.

Este avance permitirá en su tiempo dilucidar si estos cambios en la estructura de la vegetación terminaron por presionar demasiado a las comunidades de megaherbívoros terminando en su extinción.

FUENTE:
Willerslev, E., Davison, J., Moora, M., Zobel, M., Coissac, E., Edwards, M. E., ... & Taberlet, P. (2014). Fifty thousand years of Arctic vegetation and megafaunal diet. Nature, 506(7486), 47-51.

lunes, 19 de mayo de 2014

Noticias de la semana pasada

Por desgracia me he atrasado bastante en cuestión de noticias. La razón es que tengo muchas cosas que hacer. Pero como no quiero dejar desamparado a nadie, mejor hago un resumen semanal. Las noticias no están necesariamente en orden cronológico o de importancia.

1. Descubren y describen nueva especie de dinosaurio diplodócido de Argentina. El recién llegado se llama Leikupal laticauda y procede de la Formación Bajada Colorada (Neuquén). Su peculiaridad es que es el diplodócido más reciente conocido. Es el último de su linaje, pues vivió durante el Cretácico temprano, millones de años después de que sus parientes cercanos perecieran en el resto del globo. Además, tiene dos monerías más guardadas; retrasa el origen de los diplodocoideos al Jurásico medio y podría tratarse del diplodócido más pequeño conocido.

Reconstrucción de Leikupal laticauda luchando contra unos abelisauroideos. Arte de Jorge A. Gonzalez.

Restos fósiles de Leikupal laticauda. Modificado de Gallina et al. (2014).


2. Se llevan a cabo análisis de ADN mitocondrial a los restos subfosilizados de una mujer de 15 años de edad que murió en el cenote "hoyo negro" de Yucatán, México hace aproximadamente 12,000 años. A la joven se le ha puesto de sobrenombre Naia y revela que América fue poblada en un evento único y no en varios como se sostenía previamente. La razón por la que los paleoantropólogos pensaban que esto había sucedido es que la morfología de los primeros habitantes del continente no se parecía a la de los habitantes posteriores (indígenas autóctonos). Sin embargo, el análisis del ADN de Naia permite corroborar que en efecto ella es pariente cercana de los pobladores recientes del continente americano y que la morfología de los nativos americanos es diferente por un fenómeno de adaptación local posterior.

El cráneo de Naia tal cual fuera hallado.

Alberto Nava (izquierda) y su colega recuperando los restos de Naia. Fotografía de Paul Nicklen.


3. Descubren en la Antártida una nueva especie de temnospóndilo gigante, los científicos encargados de su publicación lo llamaron Antarctosuchus polyodon. Como característica peculiar tenía dientes muy pequeños, lo que sugiere pudo no haber sido un hipercarnívoro, sino un gigante que se alimentaba de invertebrados y/o vertebrados pequeños. Vivió durante el Triásico medio, entre hace 247 y 237 Ma. Este gigantón era una de dos especies endémicas a la Antártida conocidas en aquel tiempo. Aunque sus restos sólo comprenden un cráneo, podría ser un gigante de talla considerable. Su estudio además permitió establecer que el intercambio faunístico de temnospóndilos hacia la Antártida era muy limitado y no tan extendido como el de otros grupos.

Cráneo de Antarctosuchus polyodon. Tomado de Sidor et al. (2014).

Reconstrucción de la cabeza de Antarctosuchus polyodon. Fotografía de Christian Sidor.


4. Descubren en Argentina un dinosaurio titanosaurio que según estimados, era mayor que Argentinosaurus (el mayor dinosaurio conocido). El nuevo dinosaurio aún no ha sido descrito formalmente, pero se estima que pesaba 77 toneladas y medía 40 m de largo (7 toneladas y 5 m más que Argentinosaurus). El descubrimiento estuvo a cargo de los Doctores José Luis Carballido y Diego Pol del Museo de Paleontología Egidio Feruglio. Esta noticia debería ser considerada con recelo, pues la publicación formal no ha sido publicada en alguna revista científica y el estimado de su talla es preliminar. Podría ser mayor o menor que el actual campeón de pesos pesados.

Excavación del dinosaurio gigante. Fotografía de BBC news.

El fémur del animal sobrepasa los 2 m de largo. Fotografía de BBC news.


Estos descubrimientos nos acercan a unas cuantas líneas más en el gran libro que es la historia de la vida en la tierra. Esperemos que pronto se añadan nuevas líneas a esta maravillosa historia.

FUENTES:

Gallina, P. A., Apesteguía, S., Haluza, A., & Canale, J. I. (2014). A Diplodocid Sauropod Survivor from the Early Cretaceous of South America. PloS one, 9(5), e97128.

Chatters, J. C., Kennett, D. J., Asmerom, Y., Kemp, B. M., Polyak, V., Blank, A. N., ... & Stafford, T. W. (2014). Late Pleistocene Human Skeleton and mtDNA Link Paleoamericans and Modern Native Americans. Science, 344(6185), 750-754.

Sidor, C. A., Steyer, J. S., & Hammer, W. R. (2014). A new capitosauroid temnospondyl from the Middle Triassic upper Fremouw Formation of Antarctica. Journal of Vertebrate Paleontology, 34(3), 539-548.

James, M. 2014. 'Biggest dinosaur ever' discovered. BBC news. News Science and Environment. Consultado en línea el 19/05/2014.

miércoles, 14 de mayo de 2014

La marsopa rayadora

Una marsopa es un cetáceo que pertenece a la familia Phocoenidae. Sus dimensiones son las más reducidas de entre todos los cetáceos modernos. Existen seis especies que están repartidas en tres géneros diferentes. Si miramos sus rostros notaremos que son muy reducidos en comparación con los de otros cetáceos. Como todo odontoceto, estos adorables pequeñines se alimentan de carne. Ésta la obtienen al forrajear (buscar comida) cerca del fondo marino y se compone de crustáceos y cefalópodos principalmente. Si bien, sus dientes están particularmente adaptados para esa función, hasta ahora no se había reportado ninguna marsopa con alguna adaptación especial en las mandíbulas.

Marsopas actuales a escala. Ilustraciones tomadas de whales.org.au. De izquierda a derecha y de arriba a abajo, marsopa sin aleta (Neophocaena phocaenoides), marsopa común (Phocoena phocoena), vaquita marina (Phocoena sinus), marsopa de anteojos (Phocoena dioptrica), Marsopa negra o espinosa (Phocoena spinipinnis) y Marsopa de Dall (Phocoenoides dalli).

El último día de Marzo de este año, la revista Biología Actual (Current Biology) publicó el trabajo de un equipo de investigadores de Estados Unidos y Nueva Zelanda, donde se describe a una marsopa inusual. Se le dio el nombre científico de Semirostrum ceruttii, que significa "Rostro medio de Cerutti", en honor a Richard A. Cerutti, el paleontólogo que colectó el holotipo (espécimen representativo de la especie) y otros materiales fósiles usados en la descripción de Semirostrum. La nueva marsopa procede de la Formación San Diego, fechada entre hace 4.2 y 2.6 Ma; así como de la Formación Purisima, que tiene una antigüedad de entre 5 y 2.5 Ma. Ambas formaciones se localizan en California, EUA y datan del Plioceno.

Reconstrucción esquelética, cráneo y mandíbula de Semirostrum cerutti. Barra de escala en el esqueleto a 50 cm. Barra de escala debajo de la mandíbula a 6 cm. Modificado de Raicot et al. (2014).

Lo interesante de esta marsopa es que posee una adaptación única y nunca antes vista en otra marsopa, cetáceo o mamífero. Se trata de una sínfisis mandibular (la región en la que se unen los huesos pares que conforman la mandíbula inferior) alargada en extremo, de forma análoga a la del ave conocida como rayador o picotijera. De forma convergente a estas aves, Semirostrum cerutti poseía una serie de canales que presuntamente estaban involucrados en una función sensorial potenciada. Es decir, esta marsopa podía sentir con la mandíbula. Los autores de su descripción presentan evidencia de desgaste dental y anatómica que sugiere un estilo de dieta único, Semirostrum se alimentaba "rayando" el fondo marino.

Reconstrucción de Semirustrum cerutti por Bobby Boessenecker.

Este descubrimiento pone de manifiesto cuán poco sabemos de los cetáceos y de las formas de vida pretéritas en general, así como la imperante necesidad de saber más sobre ella.

FUENTE PRINCIPAL:
Racicot, R. A., Deméré, T. A., Beatty, B. L., & Boessenecker, R. W. (2014). Unique Feeding Morphology in a New Prognathous Extinct Porpoise from the Pliocene of California. Current Biology, 24(7), 774-779.

martes, 13 de mayo de 2014

¿Dónde nos informamos?

Vivimos en la era de la información, de eso nadie tiene dudas. Con las herramientas adecuadas, cualquier persona sobre la faz de la tierra puede acceder a casi cualquier tipo de conocimiento, desde una receta de cocina tradicional mongola, hasta los fundamentos de la teoría de cuerdas. Ahora ya ni el lenguaje resulta ser una barrera infranqueable, pues los traductores nos ofrecen la posibilidad de entender un texto en cantonés o en inglés.

"Pequeño" esquema representativo de Internet basado en la información obtenida del sitio opte.org. Imagen propiedad de The Opte Project.

Y sin embargo, somos los seres humanos más perezosos vivos. La mayoría de nosotros no tomará un libro ni por accidente o no leerá más allá de lo que los profesores nos "obliguen" a leer. Afortunada o desafortunadamente, leer está de moda. Eres un chico o chica cool si te has recetado los libros que engendraron varias franquicias cinematográficas o de TV.

Algunos libros que está de moda leer. Portada del Señor de los Anillos de Editorial Minotauro. Portada de Harry Potter de Editorial Salamandra. Portada de Canción de Hielo y fuego de Editorial Gigamesh. Usados con fines educativos, derechos de autor reservados de cada casa editorial.

Cualquier visitante del pasado (y ni siquiera tan remoto) quedaría impactado al ver que cualquier persona puede expresar lo que le de la gana en casi cualquier parte del mundo (e incluso fuera de él) por medio del internet. Y aquí destacan las redes sociales. Podemos encontrar de todo, YOLOs en FaceBook, poderosas reflexiones intelectuales en Twitter, impactantes fotos de comida y café en Instagram, videos de personas cuasimatándose en YouTube, cosas relacionadas al trabajo de nerds y empleados en LinkedIn, obesos pensamientos frikis en Blogger, fotos del rancho más recóndito de la tierra en Flickr, estados de empleados de Google en Google+, etc. Y es que estas redes sociales son tan buenas o malas como sus usuarios. La información que por ellas fluye puede resultar realmente importante o ser simple y llana basura, pues igual se comparten avances para la especie que mentadas de madre. Pero centrándonos en el tema paleofriki (que de eso es este blog). ¿Qué es lo que lee y comparte el paleofriki ordinario?

Algunas redes sociales populares. Crédito de la imagen de culturiarte.com

La mayoría de nosotros comparte, da like, twitea (o cualquier término equivalente) información que resulta del agrado propio, una imagen, un artículo de divulgación, una frase, etc. En el caso del paleofriki, lo hacemos con información de este campo o similares. Pero debemos tener cuidado. La inmensa mayoría de esos contenidos no son generados por las personas que los comparten sino que, son interpretaciones de fuentes primarias (en el mejor de los casos). Todos somos humanos (hasta ahora) y como tales, metemos la pata. Ahora imagine que esa metida de pata se perpetúa una y otra vez porque es compartida sin el menor reparo. Suena fantástico, pero es la triste realidad.

Palaeos, la historia de la vida en la tierra es uno de esos "cochinos" sitios que son hechos por un gordo friki. Y ni se diga de su filial en FaceBook "Paleontología de Vertebrados".

¿Qué tiene de malo informarse de fuentes secundarias, terciarias, cuaternarias, etcétera? Casi nada, sólo tres salvos detalles. El primero es que tal cual funciona el juego del teléfono descompuesto (escarrachado, rotomalogrado o como se llame en tu país), la información se va alterando más y más. ¿Confiaría usted en el testigo de un crimen que en realidad no vio nada, sino que le contó el amigo de un amigo? No se preocupe, las cortes tampoco confían en él. Entre más baja la información y se altera, menos fiel nos llega y en esta línea de transmisión pueden producirse errores muy serios. Consideremos un ejemplo. Una cadena de noticias se informa del hallazgo de un nuevo dinosaurio, entrevista al paleontólogo y éste dice que "de cariño le pusimos la gallina del infierno, pero no es que fuera una gallina, sino que tiene un pico sin dientes que nos recuerda a una y dado que la formación geológica donde se descubrió el animal lleva por nombre Hell Creek, el apodo cuadra". Al poco tiempo, otros medios se percatan que la noticia es importante y "pegajosa", pero ya no pueden (o no quieren) entrevistar al paleontólogo, por ello y por razones de espacio deciden acortar a "El Dr. Fulanito dice que se descubrió a la gallina del infierno, un dinosaurio emparentado con las aves". Otros medios de información deciden propagar la interesante noticia y anuncian "Científicos descubren al ancestro de las gallinas, la gallina del infierno". El científico jamás dijo que era una gallina o un ancestro, pero (y como decimos en México) se corrió el chisme. Este burdo ejemplo es real y sólo uno de millares que pululan la red.

El pobre Anzu wyliei ni era una gallina, ni vivió en el infierno. Paleoarte de Elijah Shandsheight.

Otro problema de obtener información no de la fuente principal es la interpretación y el sesgo del difusor. Este problema nace cuando quien difunde no tiene el entrenamiento requerido o la mentalidad crítica suficiente como para delinear un perfil claro y no sesgado de la información. Y no estoy diciendo que hay que ser experto en mecánica cuántica o en el Gran Colisionador de Hadrones como para darse cuenta que la "partícula de Dios" lleva un nombre alegórico y que no crea nada, sino que hace que la materia interaccione con el Campo de Higgs para ganar una pequeña parte de su masa. Los prejuicios afectan a la ciencia, sólo vaya a una página de biología en un contexto creacionista, a una de vacunas donde se dice que causan autismo, a una de astronomía y física planetaria bajo la premisa de "la tierra es inmóvil y el centro del universo", etc. El prejuicio es malvado y nos regresa a una era precientífica (unos polvosos 300 años o más, al obscurantismo).

Modelo de la colisión entre dos protones que resulta en el "nacimiento" del Bosón de Higgs (así es, no se llama partícula de Dios. Crédito de la imagen: Lucas Taylor.

El factor final es la ignorancia. Esta temible palabra es motivo de trifulcas a muerte cuando se saca a colación en un debate, pero no debiera de ser así. Todos somos ignorantes, en mayor o menor medida, pero más ignorante es el que no sabe que es ignorante y peor es el sujeto que sabe que es ignorante pero pretende y aparenta no serlo. ¿Cómo afecta la ignorancia? Simple, propaga datos erróneos o se entromete en una línea argumental, haciendo del discurso algo vano, fútil y vacío. Nadie debería argumentar sin elementos. Pero como el monito desnudo y peleonero que somos, nos encanta "debatir" por "debatir" (entrecomillo debatir, porque eso no es un debate, es una pelea de vecinas). Mi hábitat es FaceBook (y Blogger) y le sorprendería ver la cantidad de páginas que siembran ignorancia disfrazada de ciencia y específicamente de Paleontología, como si ponerle a una página así, la convirtiera mágicamente en ciencia. 

"Paleontología de vertebrados", nuestra filial, NO es una página de ciencia (y para el caso tampoco esta). Es una página de DIVULGACIÓN de la ciencia, que es muy diferente. Sólo si se compartieran puros artículos científicos, informes técnicos y libros con arbitraje sería tal cosa.

Dentro del paleofrikismo hay muchas cosas de moda y una de esas es ser un "científico", que significa tener opiniones dentro de asuntos científicos. Lamentablemente, eso no es ser un científico, eso es ser un fanboy de la ciencia. Un científico tampoco lo es en automático porque estudió una carrera científica. Un Científico (con C capital) es aquel individuo cuya filosofía es la científica y que se hace preguntas científicas. ¿Qué tipo de filosofía? Para no hacer otro tema, las nombro: realismo (las cosas y fenómenos existen independientemente del observador), empirismo (sólo lo que se demuestra y no lo que se piensa forma el conocimiento), materialismo (el universo existe y da origen a sus elementos [i.e. las ideas no generan al universo]), naturalismo (la naturaleza es todo lo que existe [i.e. lo sobrenatural no existe]), escepticismo (dudar de aquello que no dispone de evidencias), etc. No es necesario publicar artículos científicos para ser científico (aunque ayuda muchísimo y culmina la labor científica), ni hacer descubrimientos o inventos (la mayoría de estos elementos fueron encontrados y fabricados por no científicos y aún lo hacen).

Científico no es aquel que usa batas y mira a través de microscopios. Imagen de uso libre y de autor desconocido.

¡Maldito elitista! Me podrán decir, pero nada más lejos de la realidad. Si presta atención, no estoy diciendo que sólo alguien con título universitario y publicaciones o reconocimiento internacional es un científico. Vaya, muchos niños lo son hasta que los transformamos. Pero ¿de qué sirve ser científico? De mucho, pues estamos entrenados para ver errores en el proceso de generación de la ciencia (Método Científico), tenemos cualidades y aptitudes que nos permiten ver más allá del velo, de tal forma que somos capaces de distinguir una conjetura u opinión de un hecho. Y es este el punto al que quería llegar. Si usted puede hacer esto, sostiene las filosofías que mencioné como propias y es capaz de hacerse preguntas capaces de ser respondidas por la ciencia, entonces FELICIDADES, es usted un científico.

Método científico explicado de forma simple. Imagen de autor desconocido, fuente original: https://www.facebook.com/hiperciencia

Si usted anda buscando ciencia, búsquela de manos de aquellos que tienen formación científica. ¿Dejaría que un amante de la cirugía le operara del corazón si no es un médico entrenado? Yo tampoco. Ahora que si lo que busca son opiniones, la red tiene de sobra y más las redes sociales. Pero lo importante es no perder el foco. Por más "experiencia" que tenga alguien que no es paleontólogo, difícilmente le podrá resolver dudas paleontológicas serias. Distingamos pues entre el "yo creo que..." y el "yo sé que..." (o su gemelo más modesto "se sabe que..."). En este blog se hace la distinción entre opinión y hechos (pues el autor vive con eso presente), por ello los artículos que son de opinión, tienen dicha etiqueta (como este).

Y no estoy diciendo que lo demás no sirva NO. Sino que es altamente probable que usted esté recibiendo información con alguno de estos elementos perjudiciales a la transmisión de información fiel (teléfono descompuesto, sesgo, ignorancia, conjeturas, opiniones).

Espero que este tema no los orille a dejarme en los comentarios amenazas de muerte, sino que los haga cuestionarse la información que reciben. Porque recuerden que:

La ciencia no se basa en las certezas absolutas, sino en las dudas, pues todo conocimiento es temporal y el motor de la ciencia son las preguntas.




ANEXO.
¿Cómo saber si el sitio donde me informo es malo?

1. Se llama algología (paleontología, zoología, cosmología, etc.), pero contiene errores básicos (sobre hechos científicos) u opiniones (un sitio con opiniones del orden "yo creo que los dinosaurios eran...", no es un sitio de ciencia, aunque su creador/administrador clame lo contrario o trate de disfrazar sus opiniones con palabrería científica).

2. Su creador y autor de los artículos (sean textos, imágenes, videos, etc.) no tiene formación científica y es un fanboy (no dije título universitario, dije formación; muchos popularizadores de la ciencia no son científicos o son científicos de otros campos.). Desconfíe si quién publica es un fanático, el fanatismo no tiene cabida en la ciencia.

3. Se desechan las críticas o peor, se ignoran aún cuando se acompañan de evidencia procedente del mundo de la ciencia (como artículos científicos, libros arbitrados, etc.). ¿Qué caso tiene un sitio de ciencia que no está abierto a más ciencia y a evidencias contrarias a lo que se informa? La negación de los hechos no tiene cabida en la ciencia, no se escogen los "hechos bonitos".

4. Los contenidos tienen discursos políticos ocultos. La ciencia no es una empresa de unos cuantos, es un esfuerzo planetario de millones de hombres y mujeres a lo largo de la historia, cuya única intención es conocer un poco más del Universo en el que vivimos. Desconfíe plenamente si el sitio contiene algoismos (nacionalismo, creacionismo, geocentrismo, etc.).

5. Los contenidos no tienen referencias y fuentes que se puedan verificar. Este es quizá el asunto más delicado, pues si un documento no tiene fuentes, la información contenida en él puede ser falsa (de forma total o parcial). ¿Cómo saber qué partes son verdaderas y cuáles falsas si uno no es científico? No se puede.

6. El sitio está cargado de certezas. La ciencia no funciona a base de certezas, sino de dudas. Ésta es el motor de la ciencia, pues plantea nuevas preguntas. No confunda el consenso científico (que es temporal, uno tiene que darlo por hecho si está leyendo ciencia) con la certeza inamobible de las "leyes" (que dicho sea de paso, los autores de estos sitios no entienden y creen que una ley es superior a una teoría [ver punto 1, errores básicos]).


domingo, 11 de mayo de 2014

El misterio del Paleodictyon

Este tema nace por solicitud de uno de nuestros lectores, a quién por cierto, le pido una disculpa por la enorme tardanza en la presentación de este tema.

Paleodictyon significa literalmente "red antigua" y es que este género de cosa existe desde el Cámbrico, por lo que su nombre es bien merecido. Y cuando digo existe desde es porque ¡aún hoy está presente en los océanos profundos del mundo! La evidencia popular más famosa de esta estructura la encontramos en el documental de IMAX "Volcanes del mar profundo" que fue proyectado en 2003. En dicho documental se usó al vehículo tripulado DSV Alvin para ver si se podía observar al hacedor de Paleodictyon. La misión falló en ese respecto, pero logró colectar muestras de la estructura a más de 3,500 m de profunidad de la dorsal Mesoatlántica.

Paleodictyon moderno. Fotografía de The Stephen Low Company.

Pero antes de entrar en otras cosas, ¿qué es Paleodictyon? Se trata de una estructura en forma de red o de 'panal' que se forma en el fondo marino. Existen diferentes especies, de las cuales las más conocidas son P. carpathecum y P. nodosum. Y se diferencian por la arquitectura de la red. Las celdas de la red van de milímetros a centímetros y se pueden extender en áreas mayores a un metro cuadrado.

Fósiles de P. carpathecum (izquierda) y P. nodosum (derecha). Fotografía de la izquierda tomada de Hexnet.org. Fotografía de la derecha de Peter Rona y Adolf Seilacher.

Pero la cuestión es ¿qué son o qué las produce? Y ese es un completo misterio. El prominente paleontólogo e icnólogo (estudioso de las huellas y rastros fósiles) finado Adolf Seilacher sugirió en 1977 que posiblemente eran trampas para capturar comida, pero ¿qué las hizo? En 1982 el paleontólogo David D. Swinbanks propuso que estos fósiles y algunos similares fueron producidos por xenofiróforos, un tipo especial de protista, un grupo de foraminíferos gigantes. Sin embargo (y para desgracia de los amantes de los titanes) ,esta propuesta no ha sido corroborada.

Xenofiróforo gigante de las Galápagos.

Al no saber quién los hizo, quedaba la pregunta ¿entonces son inorgánicos? En 1993 un par de investigadores había comprobado que de hecho, se requería muy poco para poder crear un Paleodictyon y en 2003, el investigador Roy Plotnick comprobó que lo que hacía la estructura la llevaba a cabo repitiendo patrones simples, descubrimiento que podría interpretarse en dos sentidos según su origen: era orgánico simple o inorgánico complejo. Finalmente, en 2005 se publicó un trabajo donde se sugiere de forma muy convincente que esta estructura no es producida mediante excavación, pero no se resuelve si es producida de forma biótica o abiótica.

Las columnas de basalto son prismáticas y parecen haber sido construidas por alguien, pero en realidad son producto de la naturaleza. Éstas se localizan en la Calzada del Gigante, en Irlanda del Norte. Fotografía por Patrice78500.

Por ahora nadie sabe con seguridad qué es lo que produce a Paleodictyon o si este taxón es en realidad producido por algo vivo. Aunque su complejidad apunta a que posiblemente éste es el caso, no se puede descartar un origen geológico. Estas estructuras están con nosotros desde el origen de la vida animal compleja representan un misterio de 500 millones de años de antigüedad, esperemos que nuevos hallazgos e investigaciones arrojen algo de luz al respecto.


FUENTES PRINCIPALES:

Seilacher, A. (1977). Pattern analysis of Paleodictyon and related trace fossils. Trace fossils, 2, 289-334.

Swinbanks, D. D. (1982). Piaeodicton: the traces of infaunal xenophyophores?. Science, 218(4567), 47-49.

Garlick, G. D., & Miller, W. C. (1993). Simulations of burrowing strategies and construction of Paleodictyon. Journal of Geological Education, 41, 159-159.

Plotnick, R. E. (2003). Ecological and L-system based simulations of trace fossils. Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, 192(1), 45-58.

Honeycutt, C. E., & Plotnick, R. (2005). Mathematical analysis of Paleodictyon: a graph theory approach. Lethaia, 38(4), 345-350.