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miércoles, 28 de diciembre de 2016

Palaeos cierra sus puertas

Todo cuanto inicia debe terminar. Es un principio físico y desde luego, la naturalidad de la vida humana. Bajo esta premisa simple, pero poderosa es que administro y publico en esta página. Es algo inevitable, especialmente cuando uno toma en cuenta todo lo que ha pasado recientemente. El blog lleva poco más de 7 años y en todo ese tiempo, no les había dicho esto. Principalmente, porque lo consideraba innecesario, pero creo que ya va siendo hora.

Gracias a todos por su apoyo.

Muchos de ustedes habrán notado la baja en las publicaciones y es que, había estado retrasando lo inevitable. Había estado practicando para este momento. Estimados lectores, amigos, incluso (por qué no), haters. Por medio de este post les quiero informar que Palaeos, la historia de la vida cierra sus puertas. Como dije, todo cuanto inicia debe terminar. Cuando uno abre una puerta, ésta debe cerrarse y hoy me toca aprender a hacerlo, pues aunque suene ególatra, yo soy Palaeos. Cerrar las puertas en estas fechas es especialmente importante para mí, ya que es justamente en diciembre cuando hace más frío y yo, soy muy friolento. Así que por ello, he decidido que de hoy en adelante, cerraré todas las puertas de la casa, caramba ¡qué frío hace!

Y ustedes ¿cierran sus puertas? Yo les recomiendo que lo hagan. Se meten muchos mosquitos y a veces, ladrones. Cuidado.

Feliz día de los inocentes.

domingo, 6 de noviembre de 2016

Algunos nombres comunes

Los nombres comunes son muy útiles para las personas que los usan, sin embargo son distintos a los nombres científicos en varios aspectos. Las principales diferencias estriban en que no hay reglas de establecimiento ni de aplicabilidad de estos nombres. Es decir, no hay reglas para prevenir que un nombre común ya usado se emplee para designar a otras especies. Tampoco hay reglas que nos digan a qué organismos aplicar el nombre y a cuáles no. Lo único que tenemos a la mano es la "nomenclatura democrática" una regla un tanto falaz que nos indica que el nombre más empleado será el que se deba usar. Así por ejemplo tenemos que el bisonte norteamericano es llamado por muchísimas personas como "búfalo", pero casi nadie le dice por ejemplo, "cíbolo" (el primer nombre común que tuvo la criatura).

Un bonito cíbolo... ¿O era un búfalo? 

Recientemente vi un meme espectacular que me llamó poderosamente la atención. Lo replico aquí con el crédito correspondiente y su traducción.

"Por favor, no me coma señor alígator"
"¡¿Alígator?! ¡Soy un cocodrilo estúpida rana!"
"¡¿Rana?! ¡Soy un sapo, bufón!"
"¡Por favor, ustedes dos, dejen de pelear!"
"Lo sentimos señor tortuga"
"¡¿Tortuga?! ¡Soy una galápago malditos idiotas!"
Caricatura obra de MrLovenstein.

En esta situación ficticia, los animales pelean por razones bastante tontas para aquellos que no pertenecemos a sus grupos biológicos: su identidad nomenclatural. Y es que, al estar hablando en términos comunes, se arma el lío, siempre. En este caso ocurre algo interesante que tiene algo de replicabilidad al pasar de inglés a español. Por ejemplo:

Alígator
Palabra usada para describir generalmente a la especie Alligator mississippiensis. Generalmente también se usa para la especie Alligator sinensis. En otras situaciones puede ser empleada para designar a cualquier miembro del género Alligator. Y en ocasiones más raras, se emplea para toda la familia de estos reptiles (Alligatoridae), aunque en este caso se prefiere la castellanización de dicho rango taxonómico (aligatóridos).

Un alígator... americano por favor.

Cocodrilo
Palabra usada para designar a los miembros del género Crocodylus. En otras ocasiones se usa para toda la familia (Crocodylidae), aunque también se prefiere usar la castellanización del rango (cocodrílidos). De forma problemática, se usa para cualquier miembro del orden Crocodilia y aún más, para cualquier arcosauriforme remotamente similar. Una discusión más completa del uso de esta palabra se puede encontrar en esta entrada: "Pobres cocodrilos".

Un bonito cocodrilo.

Los problemas del uso indiscriminado de la palabra cocodrilo se ven reflejados en la viñeta que inspiró este tema. ¿Qué se debería hacer? La recomendación es tratar de castellanizar los nombres de los grupos, tal y como se sugiere en la entrada de "pobres cocodrilos". ¿Es esto una ley? No, para nada, es sólo una sugerencia. Y otra sugerencia de uso es que cuando usemos la palabra en un sentido amplio (para designar a cualquier crocodiliforme ¡o peor! cualquier arcosauriforme con forma de cocodrilo), tratemos de especificar a qué nos referimos. Esto evitará que una tortuga entre a separarnos... El asunto no termina aquí, veamos.

Este cocodrilo... o alígator... o caimán... En fin, está indiferente a cómo los humanos lo llamemos.

Es casi un paradigma inquebrantable en el saber popular que existen ranas y sapos y que la línea que los divide es tan amplia que seguramente se extiende hasta la biología. Pues les tengo malas noticias, no es así. Ranas y sapos son nombres comunes dados a una multitud de anfibios anuros (sin colas) que no guardan relación con su ubicación filogenética dentro del árbol de estos animales.


Rana
Es un nombre común dado a cualquier anuro que presente una piel más o menos lisa y libre de verrugas. Aunque en la práctica, hay algunos grupos de ranas con pieles arrugadas.

La rana de agua marmolada (Telmatobius marmoratus) es una rana con piel arrugada. Fotografía tomada de Arkive.org

Sapo
El término sapo se usa para varias familias de anuros, generalmente de pieles arrugadas y de hábitos terrestres. Algunos biólogos arguyen que los únicos sapos verdaderos son los miembros de la familia Bufonidae, aunque en realidad "sapo" es un término tan laxo como "rana". Hay una familia de anuros (Alytidae) que entre sus filas posee presuntos sapos y ranas. Esta familia ejemplifica cómo esos términos son subjetivos y no refieren a nada en particular.

Hembra de sapo común (Bufo bufo). Fotografía tomada de Arkive.org

En el siguiente gráfico se ejemplifica mejor cómo ni "sapo", ni "rana" son términos que designen algún grupo natural concreto.

Resumen de relaciones filogenéticas de anuros. En azul, las "ranas", en rojo los "sapos" y en verde la desdichada familia que tiene tanto ranas como sapos. Modificado de Bossuyt y Roelants (2009).

En síntesis, rana y sapo son palabras que no expresan grupos taxonómicos válidos (naturales, es decir, descendientes del mismo [y único] ancestro común inmediato), por lo que son palabras "inútiles" si uno quiere referirse a un grupo biológico particular. Por pura probabilidad, uno casi siempre podrá "atinar" a las ranas (pues casi todas las familias de anuros son reconocidas como tales) y a los sapos comunes de las ciudades (pues casi todos ellos serán bufónidos)... Pero ¡no vaya usted a sitios remotos a hablar de ranas y sapos que se nos viene encima el telón!

Dato curioso... ¿sabías que la familia de "sapos verdaderos" es hermana a la familia de las ranas flecha venenosa? Dicha familia se llama Dendrobatidae y posee a algunas de las criaturas más tóxicas del planeta. Fotografía tomada de Arkive.org

Finalmente, el meme que inspiró esta entrada hace mención a una tortuga (o galápago) ofendida porque la confundieron con una tortuga. Esto quizá no tenga sentido en español, porque usamos la palabra tortuga para cualquier miembro del grupo biológico llamado Testudines. Pero en inglés la cosa es distinta. Las tortugas terrestres son llamadas "tortoise" y aquellas con adaptaciones acuáticas son llamadas "turtle", generalmente sólo las marinas, pues las tortugas acuáticas de agua dulce son llamadas "terrapin".

Pobres angloparlantes, la tienen liada con sus términos... Imagen tomada de Wikipedia en inglés.

En inglés, una "tortoise" tiene patas de elefante como en a. Un "terrapin" tiene patas con membranas y garras como en b. Y una "turtle" tendrá aletas, como en c. El problema viene con algunas tortugas que se salen de estos parámetros. Ilustración de Jacqueline Mahannah.

En español carecemos de este problema, pero algunos han decidido que nos lo creemos y copiando a los amigos angloparlantes, algunos dicen que "galápago" es un término que aplica a algunas tortugas acuáticas de forma similar a las "terrapin". Básicamente en este gremio se incluyen a los miembros de las familias Emydidae y Geoemydidae.

Galápago europea (Emys orbicularis). Fotografía tomada de Arkive.org

Galápago de Florida (Trachemys scripta), o como la conocen en México "tortuga japonesa" (sic). Fotografía tomada de Arkive.org

Curiosamente el término "galápago" no aplica a las tortugas de las famosas islas Galápagos (a pesar de que algunos les llamen así). En realidad las islas recibieron el nombre de una silla de montar famosa en la época, la silla galápago que a su vez tomaba el nombre de las tortugas galápagos mencionadas anteriormente. Y esto porque el caparazón de algunas tortugas en las islas Galápagos tenían la forma de una silla de montar. ¡Que locura!

Silla de montar modelo Galápago... De estas sillas reciben el nombre las tortugas y consecuentemente, las islas donde habitan. Imagen tomada de Talabartería Plinio Ortiz.

Diego, la tortuga más jariosa famosa de las Galápagos (Chelonoidis nigra) tiene un caparazón en forma de silla de montar que le dio el nombre a las tortugas y a su vez a las islas. Fotografía tomada de imaginative-traveller.com/destinations/South-America/Galapagos-Islands

En resumidas cuentas, el cartón es gracioso si se habla inglés (o se sabe). En español tiene algo de gracia, pero no es lo mismo. Los nombres comunes son bastante falibles y por ende, son difíciles de incorporar a la ciencia. Es por ello y mucho más, que los nombres científicos son preferibles. Y si va uno a castellanizarlos, hay que procurar que sea una castellanización similar al nombre de los clados. Así tendremos nombres comunes un pelín más duraderos.

Hasta la próxima.

Fuente del clado de los anuros:
Bossuyt, F., & Roelants, K. (2009). Frogs and toads (Anura). The Timetree of Life. Oxford University Press, New York, 357-364.

lunes, 19 de septiembre de 2016

¿Qué tanto alboroto con Psittacosaurus?

Recientemente ha habido mucho alboroto con una escultura de Psittacosaurus sp. que hace poco ha comenzado a inundar la red. Pero ¿qué tiene de raro? Acompáñenme a ver esta triste historia...

La famosa escultura en cuestión, elaborada por Robert Nicholls.

En distintos medios, este hermoso trabajo artístico ha sido 'vendido' como "...most accurate depiction of a dinosaur ever created" (la representación más exacta jamás creada de un dinosaurio). Y que quede claro, la escultura me parece una preciosura y verdaderamente digna de admiración. Pero ¿es el dinosaurio más fiel jamás creado? Muchos lo dudamos.

A gusto personal y considerando muchas cosas, esta escultura de Anchiornis huxleyi del Museo de Ciencia de Hong Kong es más fiel que el Psittacosaurus.

Jaime A. Headden y yo hemos sido de los pocos "herejes" que no creemos que esta sea la representación más fiel que pudo haber sido. Principalmente porque a Psittacosaurus le han puesto "cachetes", carrillos, mejillas y por más que rebusquemos argumentos, simplemente no hay evidencia de carrillos musculares en dinosaurios. Podríamos pasar horas y horas discutiendo y siempre llegaremos a lo mismo: no hay evidencia. Los carrillos o mejillas musculosas son exclusivas de los mamíferos y en dinosaurios se extrapolaron sin pensarse demasiado. La anatomía simplemente no respalda esas estructuras en dinosaurios.

Escultura de Heterodontosaurus tucki por Tyler Keillor. En ella podemos ver el meme de las mejillas de nuevo y sin embargo, no hay evidencia que las sustente. Prometo hablar de mejillas en dinosaurios en otro tema, con más tiempo.

Otros medios simplemente se pasaron de ignorantes y declararon que este dinosaurio es el primero conocido con sus colores originales... ¡Palmazo en la cara! Aunque es cierto que el color de este bicho procede en gran medida del estudio de los melanosomas (pequeños cuerpos con pigmentos en la piel clic aquí para saber más al respecto), Psittacosaurus NO es el primer dinosaurio no aviano con coloración conocida. Hay muchos más que ya conocíamos desde antes, como Sinosauropteryx, Anchiornis (que por cierto aparece arriba en la imagen 2 de este post con dichos colores) y Microraptor.

El encabezado de esta noticia dice "Sabemos de qué color eran los dinosaurios. el Psittacosaurus es el primer paso que hemos tomado para saber la coloración de los dinosaurios"... Menuda patraña.

Dejando de lado todo eso ¿qué más ofrece el modelo de Psittacosaurus? Muchas cosas buenas, pero antes de pasar a ellas, debo señalar una gran, gran frustración: el "uropatagio" (la membrana de piel que se extiende desde el tobillo y prosigue hasta la cola del animal). Ningún otro dinosaurio no aviano ha mostrado esa estructura en sus fósiles. Esto prendió el hype en muchos, yo incluido de esperar a que saliera el artículo científico para leer al respecto de dicha membrana. Llegó tan aclamado día y tras leer el artículo y darle vueltas y vueltas, buscar palabras clave y leer con calma, resultó una de las mayores decepciones de la vida (ok, no, pero casi). El artículo tan esperado que hablaba de la escultura de Psittacosaurus no decía nada, absolutamente nada de la membrana. Aún tengo fe en que próximamente salga un artículo donde se discuta esta membrana, pues sus implicaciones son varias, desde cómo reconstruir dinosaurios, hasta cómo se movían... Esperemos.

Portada del artículo donde aparece nuestra pequeña inspiración para memes de "horror"... El artículo es gratuito y se puede descargar desde este enlace.

En fin, ¿qué más se puede rescatar del artículo? Mucho. Pues al parecer el foco del artículo no es discutir lo que acabo de mencionar en párrafos pasados, sino discutir el patrón de coloración y su implicación. Pues resulta que los autores analizaron el espécimen SMF R 4970 y Bob Nicholls procedió a realizar una de las esculturas más precisas que incluyen pigmentación. Posteriormente, los autores llevaron varias réplicas de la escultura en grises a distintos ambientes naturales con distintas iluminaciones. A continuación un video oficial donde se detalla el proceso (el video está en inglés, aunque se pueden generar subtítulos y traducirlos).


Al comparar los patrones de sombras que se generaron en las réplicas con el del modelo realizado por Nicholls, los autores notaron que el patrón de sombras reconstruidos en el Psittacosaurus a partir de la evidencia fósil es consistente con un animal de hábitat cerrado. En otras palabras, al observar el patrón de sombras deducidas a partir del fósil, se puede saber el tipo de hábitat donde dicho patrón es más eficiente biológicamente hablando.

En la figura número 4 del artículo vemos en los paneles A, B y C el experimento, procesado y resultado de las sombras predichas para un entorno cerrado, como un bosque. En los paneles D, E y F los resultados de un hábitat abierto como una sabana o una llanura aluvial. Y en los páneles G y H la escultura con la coloración inferida de los fósiles con unas líneas sobrepuestas. La línea amarilla predice las zonas más obscuras en el dorso si el animal fuera de hábitat abierto y la línea azul, si fuera de habitat cerrado. Como vemos, la predicción azul es la mejor para la maqueta.

Este es el punto fuerte del artículo y de hecho, los autores sugieren extender este método a otros dinosaurios para poder inferir la coloración. Es decir, hacer el proceso en el sentido contrario a Psittacosaurus; primero hacer el modelo, luego ver dónde caen las sombras y proceder a rellenar el resto con imaginación artística. Para los puristas del arte, esto no será novedoso al extremo y será visto con buenos ojos. Pero para los que hacemos ciencia, nos puede resultar un poco ambivalente. Es cierto que estos patrones de color serían mejor que los que se han inferido basándose únicamente en el poder de la imaginación, en vez de algo meramente artístico, invulnerable a la crítica sesuda, el patrón de coloración se convierte en una hipótesis científica, sujeta de ser puesta a prueba.

Como si viéramos uno de estos vivo... La escultura de Bob Nicholls paseando por un anacrónico bosque.

Sin lugar a dudas, el artículo de Psittacosaurus es novedoso e importante, algo a tomarse en cuenta cuando hablemos de dinosaurios con los amigos. Y a ti ¿qué te pareció el descubrimiento?

"It's Johnny..."

Fuente:
Vinther, J., Nicholls, R., Lautenschlager, S., Pittman, M., Kaye, T. G., Rayfield, E., ... & Cuthill, I. C. (2016). 3D Camouflage in an Ornithischian Dinosaur. Current Biology.


ADENDO:
Los autores en la información suplementaria sí hablan de la membrana... Aunque sigue la decepción, pues no mencionan nada sobre procesos tafonómicos y la asumen ipso facto. Veamos, literalmente dicen:

A particularly unique soft tissue feature of SMF R 4970 is a patagium along the back of each hind limb, running from ankle to the tail. The full extent of the patagium is somewhat obscured by matrix and the overlay of abdominal soft tissue. However, by following the curvature of the exposed posterior margin, it was estimated that the patagium would connect to the tail approximately 10cm behind the illium along the contour where the M. caudofemoralis extends to the greater trochanter.
"Una característica de tejido blando particular de SMF R 4970 es un patagio que corre por la parte trasera de cada pata, va del tobillo a la cola. La extensión completa del patagio es obscurecida parcialmente por la matriz y por el tejido abdominal sobreyaciente. Sin embargo, siguiendo la curvatura del margen posterior, se estima que el patagio conectaría la cola aproximadamente a 10 cm por detrás del íleon a lo largo del contorno, donde el músculo caudofemoralis se extiende hacia el gran trócanter (del fémur)".

Plop...

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Paleoguerra

La guerra, la guerra no cambia nunca. Desde los albores de la humanidad, cuando nuestros antepasados descubrieron que podían matar con rocas y huesos, se ha derramado sangre...

El homicidio es una de esas cosas que caracteriza a nuestra especie y que nos da vergüenza y es, hasta cierto punto un tabú. Aseverar un homicidio a partir de evidencia arqueológica y paleontológica es difícil. Desde la parte conceptual ¿qué es un homicidio? ¿Aplica sólo a Homo sapiens o al resto de los homíninos? Vaya lío. Pero algo es casi seguro (como todo en ciencia), nuestra especie no inventó el homicidio. Tenemos evidencias de esta acción en otras especies humanas y concretamente, la evidencia más antigua e incontrovertible procede de hace 430,000 años en España, donde a un probable Homo heidelbergensis (o individuo muy cercano al linaje neandertal) se le asesinó cuando menos con dos golpazos contundentes a la cabeza.

Espécimen de Homo heidelbergensis(?) con dos golpes contundentes a la cabeza que se hicieron en vida y no muestran signos de haber sanado. Tomado de Gómez-Olivencia et al. 2015.

Este año se publicó en la revista Nature un nuevo estudio que presenta las evidencias más antiguas de homicidios colectivos... Una guerra. El hallazgo se produjo en Nataruk, al oeste del lago Turkana, Kenya y data de hace al menos 9,500 a 10,500 años antes del presente. Los restos incluyen al menos 27 individuos de antiguos cazadores-recolectores con claras evidencias de haber sido masacrados. 

Distribución de los restos humanos de este hallazgo. Tomado de Lahr et al. 2016.

Las osamentas se disponen en un espacio de al menos unos 200 metros cuadrados y todos muestran signos de violencia. Algunos de ellos aún se encuentran en posiciones que recuerdan escenas del crimen modernas y presentan heridas contundentes hacia las zonas de la cabeza, cuello tórax y a veces, heridas defensivas como en brazos, manos y piernas. Las heridas parecen haber sido causadas con armas de piedra y algunas, con vidrio volcánico (obsidiana que aún estaba inserta en el parietal de uno de los individuos). Todo un horror prehistórico. 

Posiciones de los cadáveres y descripción de su estado (en inglés). Tomado de Lahr et al. 2016.

Aunque los científicos no están seguros de las causas de la masacre, lo más probable es que se haya tratado de una disputa territorial, aunque quizá nunca lo sepamos con claridad. Pero algo es seguro, esta es la primer evidencia de "guerra" (sensu lato) en nuestra especie, una que con todo casi no ha tenido momentos de paz duraderos en todo lo que llevamos de historia. 

Fuentes:
Lahr, M. M., Rivera, F., Power, R. K., Mounier, A., Copsey, B., Crivellaro, F., ... & Leakey, A. (2016). Inter-group violence among early Holocene hunter-gatherers of West Turkana, Kenya. Nature, 529(7586), 394-398.
Sala, N., Arsuaga, J. L., Pantoja-Pérez, A., Pablos, A., Martínez, I., Quam, R. M., ... & Carbonell, E. (2015). Lethal interpersonal violence in the Middle Pleistocene. PloS one, 10(5), e0126589.


lunes, 12 de septiembre de 2016

Tirano lento

Gracias a los medios populares como documentales, películas, novelas y demás; la imagen del Tyrannosaurus rex ha sido casi siempre la de un Usain Bolt de los dinosaurios: un animal muy veloz que podía correr. Ya anteriormente en este blog y en otros lados les he comentado que no había evidencia directa de ella y que de hecho, se sospechaba que este animal no podía correr (entendiendo el correr como la acción biológica de levantar todas las extremidades del suelo durante la marcha).

La ahora clásica ilustración del gran Luis V. Rey donde muestra un Tyrannosaurus "galopando" contra un pollo...

Aunque han habido muchos modelos biomecánicos que trataban de estimar la velocidad del "rey" de los dinosaurios, un modelo es eso: una posibilidad y no es evidencia directa. No es que sean malos, por el contrario, son excelentes, pero lo mejor sería tener huellas del proceso de andar de un tiranosaurio rex ¿no? Pues este año se descubrió precisamente eso: un rastro de huellas de un juvenil de T. rex. El hallazgo se produjo en la Formación Lance, del Cretácico tardío (68-66 Ma), en el estado de Wyoming, EUA.

Las huellas del hallazgo. Tomadas de Smith et al. 2016.

Aunque el paper nos indica que el dueño de las huellas era un juvenil y que podría ser de Tyrannosaurus rex o de Nanotyrannus lancensis, hoy estamos casi seguros que el segundo taxón no existe y que es de hecho, erigido a partir de un joven T. rex. Gracias al tamaño de las huellas y a su distancia, los investigadores pudieron estimar la velocidad del animal que dejó las huellas. Sorprendentemente el cálculo arroja velocidades de entre 4.4 Km/h y 8 Km/h... Y esto es notablemente lento cuando se compara con otros terópodos de talla similar.

La bestia del imaginario popular comienza a desaparecer para dar paso a un nuevo paradigma de cómo era y cómo vivía el Tyrannosaurus rex.

¿Significa esto que mi amado tiranosaurio recs azezhino no era un velocista? Probablemente, pero hay que tener en cuenta que esto es sólo una pieza de evidencia y que las cosas en ciencia suelen mejorarse y afinar resultados.

Referencia:
Sean D. Smith, W. Scott Persons, Lida Xing. A tyrannosaur trackway at Glenrock, Lance Formation (Maastrichtian), Wyoming. Cretaceous Research, 2016; 61: 1 DOI: 10.1016/j.cretres.2015.12.020

viernes, 9 de septiembre de 2016

Algunas noticias

Hola que tal estimados lectores, luego de abandonar la página de FB de "Paleontología de vertebrados", avocaré mis esfuerzos en el blog. Llegar a muchos no siempre es productivo, resultó lo evidente: FB está lleno de gente tóxica que sólo busca engrandecer su ego. Y es por ello que mejor, retomo este espacio (que aunque menos leído, tiene lectores de calidad).


Y les traigo algunas noticias atrasadas. Atrasadas en el sentido que se publicaron hace tiempo, pero se les dio poca cobertura mediática. Ya saben, no es el tirrecs y no merecen líneas en los noticieros... Al menos no muchas que digamos.

La primera es un pez fósil que preserva un intestino en espiral. Fue descubierto en Suiza y data del Triásico... Y en realidad no es un pez, sino al menos tres especímenes de tres especies del género Saurichthys.

Reconstrucción artística de Sauricthys (el pez "lagarto"). Ilustración de Alexey Katz.

¿Qué tiene de especial un intestino espiral? Pues que su presencia se desconocía en linajes basales de peces actinopterigios (peces óseos de "aletas radiadas") y no se podía inferir fácilmente por ser una característica que evolucionó varias veces. Estos ejemplos son los más antiguos en el registro fósil de actinopterigios y curiosamente son los intestinos más enroscados conocidos en peces, una anomalía. Los autores del estudio no tienen claro si esto es evidencia de un alto metabolismo y/o de una gran actividad depredadora por parte de este género de peces. Para saberlo se necesita más información. Pero sin duda, es algo bastante notorio y que nos acerca más a la paleobiología del inicio del Mesozoico de los peces.

Izquierda, diagrama de relaciones de parentesco considerando el número de giros del intestino de los actinopterigios basales. Nota: los peces teleósteos no tienen estos giros. Derecha, fotografías de los Saurichthys. En azul el intestino. Tomado de Argyriou et al. 2016.

¡El Antropoceno ataca de nuevo! Para quienes no lo sepan, el Antropoceno es una época propuesta para la escala del tiempo geológico y la colosal mayoría de los paleontólogos y otros científicos del área de las ciencias de la tierra, no es válido. Las razones sobran, pero la más loable es que no tiene evidencia sólida sobre la cuál fundarse. Y aunque ya han habido intentos de definirlo (ver Barnosky et al. 2014), no ha sido aceptado, con el la excusa argumento de que no había evidencia suficiente para fundarlo. Y resulta que un artículo recién publicado presenta esa evidencia "elusiva".

Bienvenido al Antropoceno... Imagen de autor desconocido.

En un artículo publicado en Science, se presenta el compendio de evidencias que soportan al Antropoceno. Van desde los "tecnofósiles" (fósiles de tecnología) hasta la abundancia de esférulas de carbono de origen humano (o mejor dicho, de nuestras actividades), pasando por alteraciones a la geoquímica isotópica de la atmósfera y rematando con alteraciones profundas de los ciclos biogeoquímicos y sedimentarios. Y para muestra un botón.

Cambio en la estructura sedimentaria inducida por humanos. Debajo vemos un sedimento glacial normal y arriba un anómalo sedimento orgánico de vida que no debería estar ahí. ¿Por qué? Pues porque gracias a nuestras alteraciones ahora hay ingreso de materia orgánica antrópica y se genera este nuevo sedimento que además incorpora partículas de carbón, plástico y una firma isotópica anómala; todo ello producto de nuestras actividades. Ergo, el antropoceno sí es detectable.

La cosa es que ahora los científicos debatan sobre esto y se pongan de acuerdo si validar o no este lapso que inicia a mediados de siglo 20 según esta propuesta, por ahí de 1950 para que calce con el "año 0" de la ciencia. A nosotros, los espectadores, no nos queda más que esperar.

¡SLOWPOKE BONUS!
Garantía de lentitud... Se lo entregamos tarde o le devolvemos su dinero... Como en el 2150.


Para no dejar de lado cosas taquilleras y que ya tiene rato que pasaron, pero igual y no se han enterado, le daremos cobertura a esto. Resulta que la evidencia de comportamiento se fosiliza rara, rarísima vez (contrario a lo que los niños pavo quisieran) y en la mayoría de las ocasiones, la evidencia es ambigua. Por fortuna, este no es el caso con este descubrimiento. ¿Pero qué se halló? Huellas niños, huellas. Un nuevo icnogénero (un género dado a huellas fósiles) que se llama Ostendichnus ("huellas ostentosas"). Y es que estas huellas delatan algo que no se había visto: un despliegue sexual; específicamente, un paleo lek... O en términos profanos: una pista de baile de dinosaurios cortejando. Si observamos aves modernas, veremos que algunas de ellas hacen despliegues en arenas (leks) dando patadas al suelo, intentando demostrar que son el macho que deben elegir las avimuchachonas... Ya saben, al carecer de órganos prénsiles para el apareamiento, las aves deben convencer a las hembras de su valía, no como los violadores esos de los mamíferos.

Ejemplo de un lek aviano.

Y en sedimentos del Cretácico de Colorado se encontró evidencia de una de éstas arenas de despliegue. Las huellas son claramente de terópodo (el grupo de dinosaurios al que pertenecen las aves) por aquello de las marcas de las garras, pero son enormes, hasta de 2 metros de largo. ¿Y qué lleva a pensar que son huellas de danza? Pues que por lo general, las huellas sólo marcan los dedos una vez (cuando el animal deja la huella) y éstas tienen la peculiaridad de tener marcados los dedos múltiples ocasiones. ¿Para qué si no para danzar un terópodo pisaría el mismo sitio en repetidas ocasiones, en cada pata? Mi explicación alternativa: tenían lodo en las patas y se las quisieron quitar y vieron que se seguían llenando de lodo y seguían y seguían... Ok, no, mi explicación es basura, quedémonos con la de los científicos expertos mejor.

Reconstrucción artística de las huellas encontradas. Ilustración de Xing Lida. Tomada del artículo original (cita 3).

Fuentes:

- Argyriou, T., Clauss, M., Maxwell, E. E., Furrer, H., & Sánchez-Villagra, M. R. (2016). Exceptional preservation reveals gastrointestinal anatomy and evolution in early actinopterygian fishes. Scientific reports, 6.

- Waters, C. N., Zalasiewicz, J., Summerhayes, C., Barnosky, A. D., Poirier, C., Gałuszka, A., ... & Jeandel, C. (2016). The Anthropocene is functionally and stratigraphically distinct from the Holocene. Science, 351(6269), aad2622.

- (cita 3) Lockley, M. G., McCrea, R. T., Buckley, L. G., Lim, J. D., Matthews, N. A., Breithaupt, B. H., ... & Xing, L. (2016). Theropod courtship: large scale physical evidence of display arenas and avian-like scrape ceremony behaviour by Cretaceous dinosaurs. Scientific reports, 6.


viernes, 29 de julio de 2016

Historia de un thagomizer

Hola que tal estimados lectores, tiempo sin leernos... Últimamente he estado muy ocupado con mi proyecto de tesis doctoral y no he tenido tiempo de casi nada divulgativo. Pero hoy, hoy es distinto. Les quiero contar la historia de un thagomizer. Pero primero ¿qué rayos es un thagomizer? Se pronuncia "tha-go-mai-ser" y es un término anatómico que se usa para designar cierta estructura que quizá todos ustedes conocen.

Esto damas y caballeros, es un thagomizer.

Así es, un thagomizer es la cola con púas de los estegosáuridos. Esta cola puede tener cuatro púas dispuestas en filas de dos o bien, como en el caso de Kentrosaurus, no estar bien delimitada. Y la historia que les quiero contar (por ahora) es la historia del origen de la palabra, pues es bastante curiosa. Resulta que en 1982 el caricaturista Gary Larson publicaba una tira cómica en serie llamada "The far side" (el lado lejano). En este año, Larson publicó la siguiente tira cómica:

En esta tira cómica un cavernícola le enseña en una presentación a sus congéneres la cola de un estegosaurio y procede a decir que "Ahora este extremo es llamado el thagomizer... En honor al fallecido Thag Simmons".

Y así fue como surgió la palabra thagomizer. Una especie de broma haciendo referencia a que esa estructura había matado a un tal Thag Simmons. En inglés el sufijo "izer" deriva del francés -iser (a su vez derivado del latín -izāre y del griego -izein) y se usa para formar sustantivos donde un algo es afectado. En este caso el pobre Thag fue afectado por la cola. En español podríamos decir que alguien es "thagomizado" cuando sufre el mismo destino que el buen Simmons. Sin embargo, dada nuestra creciente fascinación con los anglicismos, decidimos no traducir (castellanizar) el nombre y dejarle como thagomizer (con todo y su pronunciación).

Y ahora un ejemplo del potencial uso del thagomizer. Un Stegosaurus apuñala en el pubis (no, eso no es estructura sexual alguna) a un ThagAllosaurus. Ilustración de Robert T. Bakker.

Así que ahora lo saben. Gracias a Gary Larson, quien en 1982 hiciera una tira cómica es que tenemos un bonito término anatómico útil en paleontología.

miércoles, 20 de julio de 2016

¿Respeto a las ideas y creencias?

Sigo de "vacaciones" chicos. Pues me encuentro elaborando dos papers sobre rumiantes del Pleistoceno y también estoy completando unos reportes con nuevas investigaciones de mi tesis doctoral... Pero prometo estar de vuelta lo antes posible y también, responder comentarios y retomar la página de Paleontología de Vertebrados en Facebook. De momento, les dejo estas reflexiones salidas de una lectura a un comentario que llamó poderosamente mi atención, espero que les resulte útil la información.

Recién me topé con una publicación que decía que no se deben respetar las creencias, usando como ejemplo creencias que en la historia humana han llevado a cometer a sus creyentes atrocidades horribles.

La imagen en cuestión, de autor desconocido.

Y me dije "tienen razón", pero veamos qué nuevas bobadas tiene la linda caja de comentarios. Y resulta que un curioso personaje argumentaba: "si, si debes (respetar las creencias), ya lo dijo Benito Juarez (sic): el respeto al derecho ajeno es la paz..." (fin de la cita).

Benito Pablo Juárez García, un conocido personaje de la historia de México. Imagen libre de derechos de autor.

Tras asombrarme de la cantidad de personas que apoyaban tal comentario decidí dejarle un comentario. No lo reproduciré aquí, pero si hay cosas importantes que destacar, pues son útiles no sólo en debates religiosos, sino que también para entender mejor cómo funciona la ciencia.

Debates, esas lindas cosas que por alguna extraña razón, hoy en día se piensa que se ganan con "likes"... No señores, un debate se gana con buenos argumentos. Son ejercicios de la capacidad de raciocinio, no concursos de belleza.

Por experiencia propia me han salido con ideas del mismo tipo cuando examino de forma crítica un artículo científico. Desde joyas imperdibles como "pues ya se publicó, ¿quién eres tú para criticar un paper? ¿apoco crees que sabes más que los revisores?" (falacia ad baculum), "pues llegar a esto me costó mucho dinero y tiempo por lo que sé que es irrefutable" (falacia del alegato especial), "tu no lo puedes entender porque no viste los fósiles" (falacia del alegato especial, de nuevo) hasta exquisiteces como: "seguro eres fan del T. rex, por eso odias a Spinosaurus y dices cosas malas de él" (falacia del hombre de paja). Éstas y otras delicias del mundo de la retórica y las falacias (donde el plato principal es ad hominem) sólo buscan una cosa: dogmatizar una idea científica. Es decir, pretenden mancillar la ciencia y reducirla a una secta con fanáticos religiosos que atacarán a cualquiera que se oponga a sus dogmas (esto desgraciadamente, parece estar funcionando muy, pero muy bien).

Cada vez es más frecuente encontrar a populares opinadores de Facebook que hacen de la paleontología su chiste de mal gusto en transformar una ciencia en una doctrina dogmática. Ilustración de autor desconocido.

Pero ¿qué es un dogma? Es una proposición cuya validez no requiere de evidencias, ni se cuestiona. Las religiones y doctrinas son por definición dogmáticas. Pero la ciencia no. La Ciencia (con C mayúscula por favor) no opera con dogmas, por el contrario, opera con principios, que son por definición sujetos de ser demostrados. Y más aún, pues resulta que todo conocimiento científico es cuestionable y sujeto de ser debatido. Algo que no saben los "defensores de la verdad" que tanto detestan la crítica racional.

Dogmas, se ven lindos en religiones e ideologías basadas en la autoridad, pero apestan en ciencia.

Pero volvamos un poco a Benito Juárez (con tilde). El benemérito dijo que el DERECHO al respeto ajeno es la paz. Y claro, para garantizar una sociedad civilizada, se debe de respetar, procurar e incluso, garantizar que todo individuo tenga el derecho a pensar lo que quiera. Pero cuidado con la lectura. Lo que se procura es el "derecho a", no la idea. Don Benito no defendía las ideas, defendía el derecho a tenerlas. Claro, cualquiera tiene el derecho a pensar que Dimetrodon tenía una vela desnuda, que Spinosaurus tenía "doble postura" (lo que sea que signifique eso), que Tyrannosaurus rex era una bestia calva y otras cosas. Pero cuidado, cualquiera tiene derecho de rebatir esas ideas y ponerlas en duda. Amar tanto las ideas científicas al punto de considerarlas dogmas es un error garrafal.

Dudas y no certezas son el signo de alguien que no es crítico y por ende, que no sirve mucho que digamos para la ciencia. Duda de aquellos llenos de certezas paleontológicas, pues generalmente bañan con sus ideas preconcebidas esas "certezas" e indoctrinan a los incautos a pensar que la ciencia es así: un mar de certezas.

¿De qué sirve procurar el derecho a las ideas? O parafraseado distinto: ¿no es lo mismo procurar las ideas mismas? No, no es lo mismo. También recordemos que la libertad de unos termina donde empieza la de otros (eso incluye desde luego, el derecho a la libre expresión). Si una idea implica dañar los derechos fundamentales de otros, se debe procurar impedir que esas ideas se materialicen en el mundo. De lo contrario, nos enfrentaremos a nuevos holocaustos, segregaciones raciales, genocidios religiosos y otras monstruosidades. Las personas tienen derecho a criticar las ideas, pero no a rebajar, difamar y humillar públicamente a los que tratan de defender esas ideas, sin importar las circunstancias.

Grupos de Facebook rebosan en gente bully, personas que intimidan, agreden, humillan, discriminan, difaman y demás a otros, sólo porque piensan diferente de ellos o peor: porque "les quitan fama".

Si nos encontramos frente a alguien que se dice científico, que dice amar la ciencia y sus productos, pero paradójicamente transforma sus ideas en dogmas y trata de indoctrinar a otros para practicar libertinaje, ¡cuidado! Estás frente a alguien que no ama la ciencia, ama el fanatismo y es un sectario de su propia 'religión'.

Cuidado con los fanáticos sectarios disfrazados de científico o de amante de las ciencias. Reconocerlos es fácil, son bullys.

En Ciencia (pese a quién le pese), se nos enseña a ser críticos, a juzgar las ideas. En Ciencia, las ideas son culpables, hasta que se demuestre lo contrario. Las ideas no son personas, no tienen derechos y definitivamente no se escudan al escrutinio. Al menos no, aquellas ideas que pretendemos formen parte de cuerpos de conocimiento no dogmáticos como la Ciencia.

El sentido crítico es lo que mueve a la ciencia real. En las redes sociales abundan los que tienen miedo a ser criticados, a ser exhibidos como los charlatanes que son. Ese tipo de personas responderá como bully y aseverará muchas cosas con pretextos como "no recuerdo en qué artículo lo leí".

Aquellos que fuimos formados en Ciencias tenemos el deber moral de inculcar en otros el pensamiento crítico y racional, no el fanatismo y el dogmatismo. Si hacemos esto, haremos de la sociedad, un mejor lugar para vivir, uno donde tienes derecho a creer y ser respetado como persona, pero tus ideas son sujeto de la crítica y el escrutinio.

Los maestros de verdad enseñan a sus alumnos a pensar, no sólo vomitan hechos y sus preconcepciones. Los verdaderos maestros tratan de que sus alumnos les superen y no ven amenazados sus pequeños egos cuando otros los superan.

Si te gusta la Paleontología, no la deformes en una secta. Ensalza su estatus como Ciencia, enamórate de criticar y verás que a la larga, será útil en la vida cotidiana. Cambio y fuera.