Páginas

miércoles, 30 de septiembre de 2015

PALEOFICHA: Huehuecanauhtlus tiquichensis

Nombre común: No tiene. Los paleontólogos del estado lo llamamos simplemente "pico de pato de Tiquicheo" y yo le digo "Huehue".

Nombre científico: Huehuecanauhtlus tiquichensis (Hue-hue-ca-na-u-tlus / ti-qui-chen-sis).

Significado del nombre: "Pato antiguo de Tiquicheo".

Descrito por: Angel Alejandro Ramírez-Velasco y colaboradores*.

Grupo taxonómico: Se trata de un dinosaurio ornitisquio del grupo de los hadrosauroides (Superfamilia Hadrosauroidea).

Composición de los restos esqueléticos y silueta de Huhuecanauhtlus. Los restos fósiles no están a escala. Modificado de Ramírez-Velasco et al. (2012).

Rango temporal: Cretácico tardío, Santoniano (entre 86.3 y 83.6 millones de años).

Encontrado en: Barranca de los Bonetes, Tuzantla, Michoacán de Ocampo, México.

Conocido a partir de: dos individuos fragmentarios. El mayor es el IGM 6253, un esqueleto axial fragmentario (casi todo lo de la figura anterior) y el menor es el IGM 6254 que incluye restos mandibulares y un fragmento vertebral.

Arriba, reconstrucción en vida de Huehuecanauhtlus tiquichensis por Joaquín Eng Ponce, asesorada por un servidor. Abajo, escala del holotipo, silueta modificada de Ramírez-Velasco y colaboradores.

Curiosidades: En la zona donde se descubrió a este dinosaurio también se han descubierto restos de terópodo (dinosaurio carnívoro) y una tibia de un posible pico de pato (quizá sea de Huehue o de otro dinosaurio, no lo sabemos con seguridad). Algunas personas le dicen hadrosáurido, lo que implica que es un miembro de la familia Hadrosauridae, pero el estudio de Ramírez-Velasco del 2012 (donde se describió la especie) muestra que Huehue es mucho más primitivo y que está más cercanamente emparentado a dinosaurios asiáticos como Gilmoreosaurus mongoliensisJintasaurus meniscus y al italiano Tethyshadros insularis. Su existencia en el Santoniano y a una latitud tan baja en Norteamérica indica una rápida radiación y evolución autóctona de grupos procedentes de Asia. Cabe mencionar dos cosas mexicanísimamente importantes, Huehue es el dinosaurio más sureño de México y también de Norteamérica (que no son sólo huellas y tampoco está representado por otros miembros más norteños como Richardoestesia isosceles de Chiapas que también tiene parientes en Alberta, Canadá). A pesar de que se llama "tiquichensis" en realidad el bicho no es de Tiquicheo, sino del municipio michoacano vecino, Tuzantla. Le pusieron ese epíteto específico por la hospitalidad de la gente de Tiquicheo, donde se quedaron los que excavaron los restos. Finalmente, la zona de México donde se encontraron los restos es una zona de conflicto social y relativamente peligrosa, pero parece ser una zona interesante para investigar.

Descripción original:

Ramírez-Velasco, A. A., Benammi, M., Prieto-Márquez, A., Ortega, J. A., & Hernández-Rivera, R. (2012). Huehuecanauhtlus tiquichensis, a new hadrosauroid dinosaur (Ornithischia: Ornithopoda) from the Santonian (Late Cretaceous) of Michoacán, Mexico. Canadian Journal of Earth Sciences, 49(2), 379-395.

PALEOFICHAS ANTERIORES:

1. - Tyrannosaurus rex
2. - Diplodocus spp.
3. - Lystrosaurus spp.
4. - Protorosaurus speneri

Literatura consultada:

Tolson, G., Gámez, M. M., Hérnandez, E. M., García, E. C., Benammi, M., & Fucugauchi, J. U. (2005). Presencia de dinosaurios en la Barranca Los Bonetes en el sur de México (Región de Tiquicheo, Estado de Michoacán) y sus implicaciones cronoestratigráficas. Revista Mexicana de Ciencias Geológicas, 22(3), 429-435.

Ramírez-Velasco, A. A., Hernández-Rivera, R., & Servin-Pichardo, R. (2014). The Hadrosaurian Record from Mexico. Hadrosaurs. Indiana University Press, Bloomington, Indiana, 340-360.

- ACTUALIZACIÓN 12-Septiembre-2016

Recientemente se acaba de publicar un nuevo artículo donde los paleontólogos que describieron a esta especie describen también osteopatologías halladas en el holotipo. Si bien, el origen de las heridas es desconocido, éstas se encuentran presentes en dos costillas dorsales y una vértebra dorsal. Este es el primer caso reportado de una osteopatología en un dinosaurio mexicano y uno de los pocos reportes de estas afecciones en hadrosauroides basales. Los autores del estudio indican que este dinosaurio sufrió en vida, pues las lesiones causaban presión en el cordón nervioso central. Algo sin duda, interesantísimo.

Lesiones en Huehuecanauhtlus tiquichensis. Tomado de Ramírez-Velasco et al. 2016.

Fuente:
Ramírez-Velasco, A. A., Morales-Salinas, E., Hernández-Rivera, R., & Tanke, D. H. (2016). Spinal and rib osteopathy in Huehuecanauhtlus tiquichensis (Ornithopoda: Hadrosauroidea) from the Late Cretaceous in Mexico. Historical Biology, 1-15.

martes, 22 de septiembre de 2015

PALEOFICHA: Cryolophosaurus ellioti

Nombre común: "Criolofosaurio".

Nombre científicoCryolophosaurus ellioti.

Significado del nombre: "Reptil de Cresta congelada de D. Elliot".

Descrito por: William R. Hammer y William J. Hickerson en 1994*.

Grupo taxonómico: El criolofosaurio es un dinosaurio terópodo del grupo de los tetanuros (clado Tetanurae), un grupo más avanzado que los ceratosaurios. Particularmente, los análisis muestran que el criolofosaurio es el tetanuro más primitivo de todos, junto con Sinosaurus triassicus.

Holotipo (FMNH PR 1821) de Cryolophosaurus ellioti, exhibido en el Museo Field de Chicago. Fotografía de James St. John.

Rango temporal: Jurásico temprano, entre el Sinemuriano y el Pliensbachiano (ca. 190.8 Ma).

Encontrado en: La Antártida, específicamente en el monte Kirkpatrick, cerca del glaciar Beardmore, en las montañas transantárticas, a 4,000 metros sobre el nivel del mar y en sedimentos de la Formación geológica Falla.

Conocido a partir de: un cráneo casi completo y un esqueleto parcial asociado, el holotipo es el FMNH PR1821.

Reconstrucción de Cryolophosaurus ellioti basada en lo que sabemos de su parentesco y su anatomía. Reconstrucción asesorada por un servidor y obra de Oscar Calva.


Curiosidades: Don criolofosaurio es una estrella de los documentales, ha aparecido en "Dinosaur Revolution" (Reino de dinosaurios en hispanoamérica y Dinosaurios a todo gas El reino de los dinosaurios en España), puedes ver la escena de "batalla" haciendo clic en este enlace. La posición filogenética del reptil de cresta congelada fue muy incierta durante algunos años. El pobre fue un tiempo miembro de los ceratosaurios, otro tanto de los alosáuridos y brevemente de los dilofosáuridos, hasta que en 2012 volvió a su lugar de origen, como un tetanuro basal. Cryolophosaurus es el único dinosaurio conocido con una cresta de ese tipo, formada por una prolongación de los huesos lacrimales que rematan en esa forma aplanada de adelante hacia atrás. Se estima la talla de Cryolophosaurus ellioti en aproximadamente 6.5 m y también se le estima una masa de unos 465 Kg (poco menos que una vaca no muy grande). Algo bastante interesante es que es uno de los pocos dinosaurios conocidos de la Antártida, pero no vivió en un clima polar como podríamos pensar, sino que en su lugar vivió en un clima templado, uno como el que se presenta en las zonas por debajo de los 60° de latitud norte y sur en lugares con amplia cobertura de bosques decíduos de hojas anchas y coníferas. A pesar de que se le suele presentar con plumas, éstas son hipotéticas y altamente dudosas (según la evidencia actual), dado que las plumas parecen estar restringidas a terópodos más avanzados (clado Coelurosauria). Quizá esto cambie en el futuro (y es bastante probable), pero de momento, presentarle con plumas es especulativo. Y para terminar esta paleoficha, en algunos documentales viejos le decían el "Elvis Presley" de los dinosaurios por su "copete".

Descripción original:
Hammer, W. R., & Hickerson, W. J. (1994). A crested theropod dinosaur from Antarctica. Science-AAAS-Weekly Paper Edition-including Guide to Scientific Information, 264(5160), 828-829.

PALEOFICHAS ANTERIORES:

1. - Tyrannosaurus rex.
2. - Diplodocus spp.
3. - Lystrosaurus spp.
4. - Protorosaurus speneri.
5. Paraceratherium spp.



Literatura consultada:

Carrano, M. T., Benson, R. B., & Sampson, S. D. (2012). The phylogeny of Tetanurae (Dinosauria: Theropoda). Journal of Systematic Palaeontology, 10(2), 211-300.

Smith, N. D., Makovicky, P. J., Hammer, W. R., & Currie, P. J. (2007). Osteology of Cryolophosaurus ellioti (Dinosauria: Theropoda) from the Early Jurassic of Antarctica and implications for early theropod evolution. Zoological Journal of the Linnean Society, 151(2), 377-421.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

F.A.Q. Homo naledi

Recientemente se publicó el artículo científico de la descripción de una nueva especie de homínino. Los medios de comunicación casi explotan luego del hallazgo y en este blog les presento la información más importante al respecto de esta nueva especie, vuelven los F.A.Q. (preguntas frecuentes y sus respuestas).

Entrada de la Cueva Estrella Ascendiente, Sudáfrica. Foto de la National Geographic Society.


1. ¿Cómo se llama la nueva especie y por qué lleva ese nombre?

R= Se llama Homo naledi (se pronuncia "o-mo" "na-le-di"). El género viene del latín y significa "hombre"; el nombre de la especie viene del idioma sesotho y significa "estrella", pero hace referencia a la cámara Dinaledi, de la Cueva Estrella Ascendiente, lugar donde se encontraron sus fósiles.

Reconstrucción del aspecto de Homo naledi en vida. Imagen propiedad de la National Geographic Society.


2. ¿Dónde se descubrió?

R= Los restos de H. naledi se encontraron en el fondo de la cámara Dinaledi ("la cámara de las estrellas"), que corresponde a una sección de la Cueva Estrella Ascendiente (Rising Star Cave), ubicada en el Valle del río Bloubank, en el sitio patrimonio de la humanidad conocido como "Cuna de la Humanidad", que se encuentra en la provincia Gauteng de Sudáfrica.

Ubicación de la cueva de donde proceden los restos de H. naledi. Imagen base original de The New York Times. Si gustan pueden colocar estas coordenadas en google maps {26°1'13'' S 27°42'43'' E} para ver la zona con fotos de satélite y street view desde la carretera.


3. ¿Qué restos fósiles se descubrieron?

R= ¡Montones! A diferencia de otras especies humanas que no corrieron con suerte y sólo están representadas por un puñado de restos, H. naledi cuenta con ¡1,550 especímenes! Y si se preguntan de qué partes del cuerpo existen fósiles... Bueno, prácticamente de todo el esqueleto. Estos restos representan aproximadamente 15 individuos diferentes entre los que habían mujeres y hombre de distintas edades.

Restos fósiles de H. naledi. Fotografía de Berger et al. (2015). Imagen en HD aquí.


4. ¿Quién lo descubrió?

R= Fue descubierto en 2013 por un equipo liderado por el paleoantropólogo Lee Rogers Berger del Instituto de Estudios Evolutivos y Centro de Excelencia en Paleociencias de la Universidad de Witwatersrand, Johannesburg, Sudáfrica y de la Escuela de Geociencias de la misma universidad. 

El Dr. Berger sosteniendo el cráneo reconstruido de H. naledi. Crédito de la fotografía: University of Witwatersrand.


Pero el Dr. Berger no excavó todos los restos, esa hazaña se la debemos a un equipo de seis mujeres valientes que se deslizaron por la estrecha entrada de la cueva y pudieron recuperar los restos fósiles.

Las seis heroínas que excavaron los restos de H. naledi. Estas mujeres fueron seleccionadas por sus aptitudes, preparación y su tamaño, pues no cualquiera puede entrar en la cueva de la cámara de las estrellas. De izquierda a derecha: Becca Peixotto, Alia Gurtov, Elen Feuerriegel, Marina Elliott, K. Lindsay (Eaves) Hunter y Hannah Morris. Crédito de la fotografía: University of Witwatersrand.


5. ¿Cómo lucía?

R= El hombre de la cueva de las estrellas tenía una morfología (y consecuentemente una apariencia) peculiar, pues por una parte mostraba partes del esqueleto muy similares a nosotros, los humanos modernos y por otra parte, tenía regiones esqueléticas bastante primitivas. Vayamos por partes... Eran unos humanos menudos, pesaban entre 39.7 y 55.8 Kg y medían entre 1.44 y 1.47 m de altura.

Reconstrucción de H. naledi del artista John Gurche. Modificada de National Geographic Society.

Su capacidad cerebral era de un volumen similar al de los primeros miembros del género Homo (unos 465 cm3). La caja torácica, hombros y pelvis eran más similares a las de los australopitecinos que a las de los miembros del género Homo. Un dato destacable de la cadera es que aunque tenía una forma primitiva, poseía grandes zonas de inserción para el músculo gluteus maximus (lo que hacía de H. naledi un pequeño nalgón corredor). Las manos de H. naledi son sorprendentemente avanzadas, pues se asemejan mucho a las manos de los humanos modernos, salvo por el detalle de ser más ganchudas. Sus piernas eran relativamente largas y sus pies bastante similares a los de los humanos modernos.

Infografía de Homo naledi con las características esqueléticas más importantes. Esqueleto de Stefan Fichtel, composición de National Geographic Society, crédito original de Lee Berger y Peter Schmid. Imagen en HD aquí.


6. ¿Es cierto que H. naledi enterraba a sus muertos?

R= No. A pesar de que los medios han querido explotar esta idea, en realidad se basa en conjeturas y no en el estudio formal de los fósiles. En la descripción original de H. naledi no se dice algo sobre si los restos llegaron al fondo de la cueva por accidente o si fueron sepultados intencionalmente. Para saber cómo llegaron los restos  de H. naledi a ese lugar tan profundo tenemos que revisar un segundo artículo publicado por el equipo que describió a H. naledi.

Representación visual de la idea acerca de que H. naledi se deshacía de sus muertos en una forma bastante avanzada.

En este estudio (dirigido por el Dr. Paul HGM Dirks) podemos leer que los restos están acomodados de tal forma que no es probable el entierro intencional. En su lugar, los paleoantropólogos y tafónomos señalan que es más probable un enterramiento que involucró corrientes de agua bastante dinámicas y que además, no sucedió todo en un único momento, por lo que no tenemos representado un entierro, sino el acarreo de cadáveres al fondo de una cueva durante un lapso considerable (¿cuánto? no se sabe, pero estudios tafonómicos sugieren que el lapso puede ser tan grande como de 10,000 años).

Caricatura de cómo es el interior de la cámara Dinaledi. Como pueden ver, no hay cadáveres alineados, sepultados o siquiera algo que sugiera un fenómeno distinto de la acumulación gradual. Original de Dirks et al. (2015), traducida por mi.

Quizá la gente se confundió al ver la palabra "burial" ("entierro"), pensando que se refiere a un sepulcro intencional, pero no, entierro es la palabra técnica para describir cómo un fósil llega a quedar cubierto por sedimentos. Por otra parte, el Dr. Berger asegura que "pareciera que no hay otra opción para el porqué los huesos están ahí" pero no es así. En realidad hay varias opciones y la más plausible es que los H. naledi murieran en las cuevas ya sea por vivir ahí o por refugiarse ahí. Después, el agua se haría cargo de sus cadáveres tal y como muestra la tafonomía. Es muy arriesgado andarse inventando cosas sin evidencias, pues los medios abrazan con gusto cualquier declaración amarillista sin consideración racional alguna.

Para enterrar muertos se requiere de un pensamiento simbólico sin paralelo en la tierra y con esa capacidad craneana, es poco probable que H. naledi haya desarrollado tal comportamiento. Crédito de la fotografía: University of Witwatersrand.


7. ¿Existe evidencia de elementos culturales como herramientas de piedra, arte o canibalismo?

R= No. El yacimiento de Dinaledi no cuenta con evidencias de elaboración alguna de elementos culturales y los huesos de H. naledi no presentan evidencias de canibalismo. Aunque los autores de su descripción hipotetizan que sus complejas manos le pudieron haber ayudado a crear herramientas de piedra, pero no deja de ser sólo una idea posible, no hay evidencia de ello.

Si bien, las manos de H. naledi son avanzadas con respecto a otros homíninos, no son tan avanzadas como las nuestras. ¿Pudo construir herramientas? Puede ser, puede ser. Foto de Justine Alford.


8. ¿Cómo encaja H. naledi en el árbol evolutivo humano?

R= No lo sabemos. A pesar de la gran cobertura mediática y del gran anuncio de su descubrimiento, no tenemos información al respecto del lugar de H. naledi en nuestras hipótesis de relaciones de parentesco. Y es que, para nuestro infortunio, los autores de su descripción no efectuaron análisis filogenético alguno. Esta ha sido una de las cosas más criticadas por los científicos. Y es que no podemos dejar de destacar la TREMENDA importancia que tiene un estudio de sistemática filogenética en estos casos, pero al parecer es la norma en paleoantropología obviar este tipo de estudios. Espero que con el gran criticismo que se ha levantado por no haber hecho un estudio de este tipo, los autores del trabajo se pongan manos a la obra y hagan uno pues sin él, no podemos saber qué tan primitivo o avanzado era Homo naledi.

"¡PAUP*, paleoantropólogo! ¿Lo hablas? ¡Describe cómo luce el árbol más parsimonioso!" Meme de Jeffrey W Martz que muestra el disgusto de algunos paleontólogos por la carencia de un análisis cladístico a pesar de la gran cantidad de información en los múltiples restos de H. naledi. *PAUP es un programa que efectúa análisis cladísticos.

Por otra parte, hay una tremenda confusión en los medios de comunicación gracias a unos "expertos" que abrieron la boca antes de pensar con detenimiento en las implicaciones de sus actos. Y es que, dijeron que H. naledi era un simple H. erectus, aunque claro sin evidencia alguna y con una notoria falta de lectura del artículo de su descripción (donde se evidencian las diferencias anatómicas de H. naledi con H. erectus). Y no estoy diciendo que sea imposible que este sea el caso, puede ser. Pero no es correcto afirmarlo sólo con "me parecismos" con tal de llamar la atención.

9. ¿Qué antigüedad tiene H. naledi?

R= Dejé esto casi al final debido a que es quizá lo más importante en cuanto a esta nueva especie. Desgraciadamente, no sabemos qué antigüedad tiene. Por más que queramos colocar a H. naledi "a ojo" (ver punto anterior) en el árbol familiar humano, la realidad es que no podemos saberlo y eso nos limita mucho. Existen especies humanas que nos han mostrado que con una morfología primitiva se puede vivir durante muchísimo tiempo y en un área geográfica monstruosa (e.g. Homo erectus) o bien, lucir como si hubiera vivido hace mucho tiempo y ser mucho más reciente (e.g. Homo floresiensis). Solemos decir en paleontología que si no conocemos la antigüedad de un fósil, dicho fósil es virtualmente inútil. Suena muy extremo, pero es la realidad ya que en paleontología, la cronología es la base de las interpretaciones (evolutivas, biogeográficas, morfológicas, de parentesco, ecológicas, etc.).

Posibles relaciones de parentesco de H. naledi. Esquema basado en el diagrama original de Jason Treat y el personal del NGM.


10. ¿Es cierto que H. naledi revoluciona nuestro entendimiento de la evolución humana?

R= No. Al menos, no de momento. Y es que como vieron en los dos últimos puntos, no sabemos casi nada de esta especie. Así que Homo naledi es prácticamente una estrella decorativa, al menos hasta no saber tanto su ubicación temporal así como sus relaciones de parentesco con otras especies humanas. Y no me malentiendan, el descubrimiento de esta especie es muy importante, pero nos faltan datos para realmente realzar su estatus como una especie clave para el entendimiento de nuestro origen.


Descripción de H. naledi (Open Access):

Berger, L. R., Hawks, J., de Ruiter, D. J., Churchill, S. E., Schmid, P., Delezene, L. K., ... & Zipfel, B. (2015). Homo naledi, a new species of the genus Homo from the Dinaledi Chamber, South Africa. eLife, 4, e09560.

Estudio de la geología y tafonomía del yacimiento donde se descubrió H. naledi (Open Access):

Dirks, P. H., Berger, L. R., Roberts, E. M., Kramers, J. D., Hawks, J., Randolph-Quinney, P. S., ... & Tucker, S. (2015). Geological and taphonomic context for the new hominin species Homo naledi from the Dinaledi Chamber, South Africa. eLife, 4, e09561.


viernes, 11 de septiembre de 2015

Siete paleonoticias explicadas

Hace tiempo que no coloco noticias en el blog y se debe a que les doy una cobertura más amplia en los álbumes de "Noticias", "Noticias 2" y "Noticias 3" de la página de Facebook "Paleontología de Vertebrados", de la cual soy creador y administrador. Pero he decidido no dejar al público del blog sin sus noticias así que comencemos.

"Colorsaurios al ataque (de nuevo)"


Resulta que hace tiempo se comenzó a dudar de la naturaleza de esas "bolitas" que hacían que pudiéramos saber el color que tuvieron las plumas de los dinosaurios. Hubieron estudios que dijeron que esas estructuras (eumelanosomas y feomelanosomas) eran en realidad bacterias y que por lo tanto, no podíamos saber el color de las plumas de los dinosaurios. El nuevo estudio resultó decirnos que nope, en realidad esas bolitas sí son melanosomas y no son bacterias. Esto valida a los estudios previos que nos mostraron el color de los dinosaurios. Cabe destacar que este estudio se condujo con la especie Anchiornis huxleyi y no con todas las conocidas, pero es una grandiosa primera aproximación.

Fósil de Anchiornis y las 14 muestras que se sacaron para corroborar que las "bolitas" no estaban en la superficie (formando una película, como se esperaría de crecimiento bacteriano) y que en su lugar, se encontraban embebidas en la estructura tridimensional de la pluma.

PAPER: Lindgren, J., Sjövall, P., Carney, R. M., Cincotta, A., Uvdal, P., Hutcheson, S. W., ... & Godefroit, P. (2015). Molecular composition and ultrastructure of Jurassic paravian feathers. Scientific reports, 5.
____________________________________________________________


"De ladito dino, de ladito..."


A continuación un estudio que nos sugiere algo bastante novedoso: los dinosaurios cuadrúpedos no caminaban con las patas delanteras pronadas (de manitas caídas como de raptor de JP). Para entender esto debemos entender primero que "pronado" hace referencia a un tipo de postura en la que el eje de la muñeca es perpendicular al eje de la columna vertebral (imagina una "L" donde la parte larga de la letra es la columna del animal y la parte corta es el eje de las manos). O dicho de otra forma: los dinosaurios cuadrúpedos no caminaban con las patas en la misma postura que sus análogos los mamíferos. Según el estudio, estos dinosaurios caminaban con las manos en una postura ligeramente aviana, con las manos supinadas, orientadas "de ladito". Esto curiosamente es respaldado por las huellas y es hasta curioso que no lo hayamos notado hasta ahora. 

Caricatura que muestra la diferencia entre los miembros delanteros de un cuadrúpedo obligado: Triceratops. A) muestra la antigua visión de manos pronadas y B) muestra la nueva visión. Imagen hecha por mi y basada en el esqueleto de BrantWorks. Por cierto, el autor del estudio también concluyó que los miembros delanteros no participaban en la tracción y eran más bien como timones durante la locomoción.

PAPER: Hutson, J. D. Quadrupedal dinosaurs did not evolve fully pronated forearms: new evidence from the ulna. Acta Palaeontol. Pol.(Online DOI: 10.4202/app. 00063.2014).
____________________________________________________________


"Colombiasaurio..."


Bueno, en realidad no hubo tanto ego metido en esto y no le pusieron a este nuevo dinosaurio el nombre del país donde se descubrió; en realidad se llama Padillasaurus leivaensis. El nombre hace honor al Dr. Carlos Bernardo Padilla Bernal y a la localidad donde se encontró: Villa de Leyva, en la provincia de Ricaurte. Se trata de un dinosaurio descrito a partir de un conjunto de vértebras del sacro y la cola que se encontraron articuladas. Luego los análisis de relaciones de parentesco, los autores de su descripción concluyeron que lo más probable es que sea un un titanosauriforme de la familia Brachiosauridae. Este nuevo dinosaurio viene a decirnos "hey, los braquiosáuridos si llegaron al sur". Además es el primer dinosaurio colombiano, así que ¡enhorabuena por nuestros hermanos de Colombia! Ya tienen su primer dino y que vengan más, muchos más.

Holotipo y reconstrucción de Padillasaurus leivaensis. La reconstrucción es de mi amigo colombiano Julián Bayona Becerra. Cabe mencionar que este braquiosáurido no es del Jurásico como el resto de sus parientes, sino que es del Cretácico, indicando que Sudamérica pudo haber sido un refugio de los últimos titanes jurásicos.

PAPER: Carballido, J. L., Pol, D., Parra Ruge, M. L., Padilla Bernal, S., Páramo-Fonseca, M. E., & Etayo-Serna, F. (2015). A new Early Cretaceous brachiosaurid (Dinosauria, Neosauropoda) from northwestern Gondwana (Villa de Leiva, Colombia). Journal of Vertebrate Paleontology, (ahead-of-print), e980505. ISO 690
____________________________________________________________


"Tortuga lagarto... casi literalmente"


¿Recuerdan esos bellos momentos en los que las tortugas eran el último linaje de antiquísimos 'reptiles' anápsidos? Esas lindas tardes viendo una tortuga al atardecer pensando "caramba, eres de tiempos más antiguos que los dinosaurios...". Pues esos tiempos se acabaron cuando la evidencia molecular señaló que las tortugas eran en realidad diápsidos modificados... Pero no cualquier tipo de diápsido no... Eran además parientas ultracercanas de los cocodrilos. ¡Pero qué demonios! Luego apareció el pequeño Eunotosaurus y dijo "hey amigos, en realidad si somos de un linaje antiguo". Entonces todos perdimos la cabeza porque la anatomía decía una cosa y el ADN otra. Pues resulta que ya no. Un análisis detallado de Eunotosaurus demostró que este lagarto panzón en realidad es un diápsido modificado, brindando soporte a la idea de que las tortugas son en realidad diápsidos y que los pobres anápsidos no tienen herederos reales en la modernidad.

Filogenia generalizada de los amniotas y la transición del cráneo hacia la "tortugalidad". En el número 1 aparece la condición ancestral de ausencia de fenestras o anápsida, en el punto 2 y 3 aparece la condición diápsida por primera vez; el punto 4 muestra la pérdida de la barra temporal inferior reduciendo la fenestra temporal inferior a un arco; el punto 5 muestra a Eunotosaurus, la reducción y posterior pérdida de la fenestra temporal superior y la presencia aún del arco temporal inferior. Finalmente, el punto 6 muestra la pérdida total de las fenestras y el surgimiento de la morfología tortugezca.

PAPER: Bever, G. S., Lyson, T. R., Field, D. J., & Bhullar, B. A. S. (2015). Evolutionary origin of the turtle skull. Nature. 525: 239-242.
____________________________________________________________


"Colombia y tortugas parte 2"


¿De nuevo Colombia y las tortugas? Si. Pues esta vez llegó una nueva tortuga colombiana, se llama Desmatochelys padillai (en honor al mismo Dr. Carlos Bernardo Padilla Bernal). Esta tortuga es la tortuga marina más antigua (hasta hoy) en el registro fósil. Fue hallada en la misma Villa de Leyva de donde viene el braquiosáurido y también es del Cretácico, de hace unos 120 millones de años. Entre las cosas importantes que tiene para destacar es que su hallazgo postula el recalibrar los relojes moleculares para la aparición de las tortugas en al menos 25 millones de años más. El análisis filogenético es de lo más interesante y nos muestra que desmatoquelis pertenece a la familia Protostegidae, las tortugas dominantes del Cretácico marino. Además nos revela que las laúd son las parientes más cercanas de las protostégidas y que junto con éstas, son las tortugas marinas más avanzadas, haciendo que por lo tanto, las tortugas marinas modernas (de la familia Cheloniidae) sean los fósiles vivientes en vez de la laúd, cuyas primas cercanas se extinguieron completamente.

Holotipo (FCG–CBP 01) de Desmatochelys padillai a escala. ¿No es hermoso?

Y ahora una ilustración que nos deja el artista Jorge Blanco como parte de su legado artístico y a quien debo una gran disculpa por haberle confundido con otro personaje con el que no hay parecido alguno (ni de cerca). Que esto quede de testamento de que todos nos podemos equivocar y esta vez, fue mi turno.


PAPER: Cadena, E.A. and J.F. Parham. 2015. Oldest known marine turtle? A new protostegid from the Lower Cretaceous of Colombia. PaleoBios 32. ucmp_paleobios_28615.
____________________________________________________________


"Megaraptor australiano, parte 2"


Se describió un esqueleto parcial de megaraptórido, un grupo de terópodos con grandes garras manuales y una configuración ligera. Pero a los paleofrikis nos trajo sentimientos mezclados, pues es interesante saber de nuevos descubrimientos, pero no está tan genial que el nuevo no tenga nombre (aunque se entiende por la escasez de restos) y que nos dejen en ascuas esperando a saber ¿qué rayos son los megaraptóridos? ¿Son tiranosauroides del sur? ¿son alosauroides? Y de momento sólo sabemos que el nuevo es diferente de Australovenator wintonensis, el otro megaraptórido de Australia y que es cercano a dinosaurios como Aerosteon, Australovenator, Orkoraptor y Megaraptor. Pero hey, lo bueno en esto es que Julius Csotonyi ilustró al animal de forma sublime, aunque sublime y Julius Csotonyi son casi sinónimos.

El dinosaurio sin nombre de la Formación Griman Creek, del Cretácico temprano (ca. 105 Ma) es un megaraptórido que podría ser pariente de T. rex o de Carcharodontosaurus, el tiempo lo dirá (y esperemos que lo diga pronto).

____________________________________________________________


"Bocón inofensivo"


Esta nueva noticia me gustó mucho en parte porque es sobre animales que no son dinosaurios y en parte por sus implicaciones. Resulta que hace tiempo se describieron dos especies de tiburón, Eorhincodon casei de Russia y Megachasma comanchensis de EUA, lo interesante es que se dijo que podrían haber sido tiburones filtradores pero al poco tiempo se concluyó que no eran mas que dientes desgastados de Johnlongia, un tiburón de la familia Odontaspididae (que incluye a los actuales tiburones de arena). Pero este nuevo estudio reexamina no sólo los holotipos de aquellos tiburones, sino que además toda una colección de dientes de estos dos. Resulta que no eran dientes desgastados de Johnlongia, sino un taxón válido, el género nuevo Pseudomegachasma (con dos especies válidas, P. casei y P. comanchensis). Pero ¿me puse feliz por un lío taxonómico? ¡Que va! Resulta que no sólo no eran dientes gastados, sino que esa es su forma natural y eran parte de la boca de dos especies de tiburones filtradores, similares en función al acutal tiburón boquiancho, Megachasma pelagios.

Distribución temporal de los diferentes grupos de elasmobranquios filtradores. Muajaja, precisamente eso es lo que más me gustó, que ahora hay al menos cinco grupos de elasmobranquios planctófagos y tres de ellos son lamniformes (tiburones propiamente dichos). Y sólo uno de esos grupos es Cretácico, el resto son cenozoicos. Imagen tomada de Shimada et al. (2015).

PAPER: Shimada, K., Popov, E. V., Siversson, M., Welton, B. J., & Long, D. J. (2015). A new clade of putative plankton-feeding sharks from the Upper Cretaceous of Russia and the United States. Journal of Vertebrate Paleontology, (ahead-of-print), e981335.

Y bueno, de momento nos quedaremos con los siete de la suerte. Espero les hayan gustado estas noticias y recuerden que siempre hay cosas nuevas en el mundo de la paleontología. Hasta pronto.
______________________________________________________


COMENTARIOS PERDIDOS (por el error garrafal, quedaron comentarios borrados, aquí la respuesta):
Wi waxia: es muy bueno, gracias por compartir.

Ouroboros: Si, si lo es y yo me he equivocado al confundirle.

Listo, si hay algo más, te espero en los comentarios Juan Camilo.

Jorge: ya casi empiezo a escribir al respecto.

Y con esta terminamos. Gracias a todos por comentar. 

martes, 8 de septiembre de 2015

¡Vuela Dumbo!

En el tema pasado hablé un poco de las orejas del paraceraterio y cómo es que se propuso que podrían haber sido más grandes. A muchos les resultará una idea rara y he de decirles, no se preocupen, claro que lo es. Pero no por ser rara es mala o ridícula, al contrario, al ser rara la idea demanda que le prestemos más atención. Desechar la idea como ridícula es simplemente tonto y digno de un perezoso mental.

Clásico "argumento" de un perezoso mental, acusar de ridículas las ideas sin previa consideración racional.

El Dr. Prothero en su libro "The Paleobiology of Indricotheres" propuso algo interesante y digno de consideración, veamos. Literalmente el libro dice "los indricoterios eran mucho mayores en masa corporal que cualquier elefante viviente y casi es seguro que tuvieron problemas regulando su calor corporal a esas grandes tallas. Los elefantes deben hacer todo lo posible para incrementar el área de superficie de sus cuerpos para liberar tanto exceso de calor como sea posible, lo que les ha dado grandes orejas en forma de ventilador llenas de vasos sanguíneos, que son en esencia radiadores gigantes. Dado el gran tamaño de los indricoterios, parece probable que hayan tenido orejas de tipo elefante, o al menos grandes orejas de alguna forma, mucho más grandes de lo que se suele dibujar. La mayoría de las reconstrucciones tratan de representar indricoterios como rinocerontes escalados con orejas relativamente pequeñas, pero debemos mirar a los elefantes para tener un modelo diferente. Aunque el tejido blando de las orejas (la "pinna") casi nunca se fosiliza (y sólo se conoce de mamutes, bisontes y rinocerontes lanudos del Pleistoceno), los huesos robustos cerca de la apertura auditiva (los procesos paraoccipital y mastoideo) son muy parecidos a los de los elefantes y mastodontes, sugiriendo que los indricoterios deberían ser dibujados con orejas mucho más grandes (como en nuestra reconstrucción de portada, obra de Carl Buell)".

Ilustración a la que refiere el Dr. Prothero, obra de Carl Buell.

El razonamiento del Dr. Prothero es intrigante, pues es un argumento que no descansa sobre evidencias sólidas (estudios científicos publicados), pero no por ello es una locura. Veamos, supuestamente los paraceraterios tendrían un gran proceso mastoideo y paraoccipital. ¿Será cierto?

En estas imágenes comparativas coloreé los procesos mastoideo y paraoccipital para comparar entre el mastodonte (arriba, izquierda), el elefante asiático (arriba, al centro), el elefante africano (arriba, derecha) y Paraceratherium transouralicum (abajo). A primera vista pareciera que existe cierta similitud entre los proboscídeos y el paraceraterio ¿verdad? Pues en la siguiente imagen veremos que en realidad, no tanta. Modelos 3D e ilustraciones de (en orden) Museo de Paleontología de la Universidad de Michigan, la Universidad de Columbia, la Universidad de Pretoria (Sudáfrica) y Osborn (1923).

Ya de lado, la cosa cambia y mucho. Si observan, Paraceratherium tiene una sinvergüenzada de proceso paraoccipital/mastoideo, mientras que los orejones proboscídeos tienen los mismos procesos de una talla, modesta. La fuente de las imágenes es igual que en la figura anterior, excepto por Loxodonta africana, que parte de una foto de "A Step Ahead”, de Justin Bell y Gillian Lyons.

Entonces, si el argumento de las orejotas se centra en el supuesto de que Paraceratherium tiene procesos paraoccipital y mastoideo enormes, tenemos que se nos acaba de desplomar completamente. Ya que en realidad, no hay mucha similitud en esta estructura. Pero no nos vamos a quedar así, veamos entonces a qué se parece la zona auditiva de Paraceratherium, busquemos entre sus parientes cercanos.

Vista lateral de cráneos de tapir indio (arriba, izquierda), rinoceronte blanco (arriba, derecha) y paraceraterio (abajo). Imágenes (en orden) tomadas de Institute for Live Fossils (MCPA2), Groves et al. (2009) y Osborn (1923).

Los perisodáctilos se agrupan en los subórdenes Hippomorpha (que hoy sólo contiene a los équidos) y Tapiromorpha (o Ceratomorpha). A su vez, los tapiromorfos incluyen a las superfamilias Tapiroidea (donde se incluyen los tapires) y Rhinocerotoidea, donde se incluyen los rinocerontes y los hyracodóntidos (familia a la que pertenece Paraceratherium). Viéndolo así, se supone que los rinocerontes son más afines evolutivamente a los paraceraterios pero cuando vemos los cráneos de arriba, podemos apreciar que al menos en la configuración del proceso paraoccipital/mastoideo (resaltado en rojo), los más similares son los tapires. Entonces ¿tomamos un modelo de orejas de tapir para los paraceraterios?

Diferentes propuestas de reconstrucción de orejas de paraceraterio. A) Orejas tradicionales de rinoceronte (ligeramente agrandadas), B) orejas de elefante (sugeridas por el Dr. Prothero), C) orejas de tapir agrandadas (una posible alternativa por afinidad de huesos relacionados al oído) y D) orejas gigantes de rinoceronte (otra posibilidad). Ilustraciones de Joaquín Eng Ponce para Palaeos.

Al final del día no podemos asegurar o rechazar que los paraceraterios tuvieron tal o cual tipo de oreja, lo mejor que podemos hacer es conjeturar. Pero algo es seguro, los huesos a los que refiere el Dr. Prothero no son ni de cerca similares a los de los proboscídeos, sino que son más similares a los de los tapires (incluso el proceso postglenoideo del arco cigomático se parece bastante). Pero eso no quiere decir que hayan tenido orejas de tapir, es una posibilidad únicamente (o quizá esa anatomía nos sugiera una movilidad y anclaje similar, pero de la forma, mejor ni hablamos).

¿Pudieron los paraceraterios tener orejas tapiroides? Quizá nunca lo sabremos.

Antes de decir que las orejas deben ser el único medio de termoregulación debemos considerar algunos aspectos. Primero, los paraceraterios eran más pesados que los elefantes si, pero no tenían la misma forma corporal. Los paraceraterios eran más altos y tenían patas bastante delgadas, así como un torso más compacto y un largo cuello. Eso hace que la relación entre el volumen y la superficie corporal sea mucho más baja que con los elefantes, lo que implica una mejor termoregulación. Segundo, podemos desconocer mecanismos además de las orejas que ayudaran a disipar el calor del cuerpo de los paraceraterios. Quizá las patas estaban bien vascularizadas o bien, tenían mecanismos conductuales para lidiar con el calor (lamerse las patas, orinarse encima, embarrarse de lodo, etc.). Incluso, podemos estar pasando por alto alguna estructura desconocida o una fisiología por siempre perdida. Y lo más importante: hacen falta aún muchos estudios formales para poder responder a estas y otras preguntas, después de todo la paleontología no busca y nunca ha buscado quedarse sin preguntas qué plantear.


Literatura consultada:

Todd, N. E. (2010). Qualitative Comparison of the Cranio‐Dental Osteology of the Extant Elephants, Elephas maximus (Asian Elephant) and Loxodonta africana (African Elephant). The anatomical record, 293(1), 62-73. VER

Prothero, D. R. (2013). Rhinoceros Giants: The Paleobiology of Indricotheres. Indiana University Press. 141pp.

Osborn, H. F. (1923) Baluchitherium grangeri, a giant hornless rhinoceros from Mongolia. American Museum Novitates. 78: 1-15. VER

Groves, C. P., Fernando, P., & Robovský, J. (2009). The sixth rhino: a taxonomic re-assessment of the critically endangered northern white rhinoceros. PloS one, 5(4), e9703-e9703. VER

Deng, T., Wang, S., & Hou, S. (2013). A bizarre tandem-horned elasmothere rhino from the Late Miocene of northwestern China and origin of the true elasmothere. Chinese Science Bulletin, 58(15), 1811-1817. VER

Deng, T., Hanta, R., & Jintasakul, P. (2013). A new species of Aceratherium (Rhinocerotidae, Perissodactyla) from the late Miocene of Nakhon Ratchasima, northeastern Thailand. Journal of Vertebrate Paleontology, 33(4), 977-985. VER


sábado, 5 de septiembre de 2015

PALEOFICHA: Paraceratherium spp.

Nombre común: Paraceraterios, baluquiterios, indricoterios, araloterios, pristinoterios, caucasoterios, etc.

Especies reconocidas: Es complicado, pero los expertos suponen que sólo son válidas Paraceratherium bugtiense, P. transouralicum, P. (?) orgosensis y P. prohorovi.

Significado del género: Del griego παρά (pará), "al lado de, cercano a" + κέρας (céras), "cuernos" + θηρίον (theríon), "bestia salvaje". "Cercano a las bestias con cuernos".

Género descrito por: Clive Forster-Cooper en 1911.

Grupo taxonómico: Los paraceraterios pertenecen a la familia Hyracodontidae, misma que está dentro de la superfamilia Rhinocerotoidea. Por lo tanto, son hiracodóntidos y no rinocerótidos como se suele decir.

Esqueleto de P. transouralicum en el Museo Nacional de Naturaleza y Ciencia de Tokio, Japón.  Fotografía de Momotarou2012.

Rango temporal: Desde el Eoceno tardío y hasta el Oligoceno medio (o tardío si es que Dzungariotherium es sinónimo de Paraceratherium). O desde hace 37.2 a  23.03 millones de años.

Encontrado en: Asia, en países como China, Mongolia, Kazajistán, Pakistán y Turquía.

Conocidos a partir de: Esqueletos incompletos, cráneos casi completos e incompletos, restos aislados y principalmente dientes aislados.

Reconstrucción de P. transouralicum, basada la monta esquelética de Mongolia (figurada en el libro del Dr. Prothero, y compuesta de especímenes colectados en los 20's que proceden de Kazajistán), con cuello reconstruido a partir de Juxia (del esqueleto montado en Beijing) y con el cráneo descrito y figurado por Osborn en 1923. Imagen realizada expresamente para el blog por Joaquín Eng Ponce, con la asesoría de un servidor.


Curiosidades: Paraceratherium tiene más fans que Justin Bieber y por lo tanto es uno de los animales prehistóricos más famosos de todos. Estelarizó un capítulo de la aclamada serie documental "Caminando con Bestias Prehistóricas" de la BBC titulado "Tierra de gigantes" (Land of Giants). Casi siempre se dice que es un rinoceronte sin cuernos, pero en realidad forma parte de una familia distinta, con miembros de apariencias más equinas que rinocerontoideas. Es uno de los géneros de mamíferos con el mayor lío en cuanto a nombres de género y se debe a que muchas especies fueron erigidas con dientes aislados, cuya forma varía dependiendo del desgaste. El pobre paraceraterio es uno de los animales más godzileados y liliputeados del mundo, pocos están interesados en su paleobiología y muchos están obsesionados en hacerlo más grande o "destronarlo" de su puesto como uno de los animales más grandes que hayan vivido. A propósito de esto último, nosotros tomamos para sus dimensiones un poco más de 4 m de altura a la cruz, partiendo de los especímenes más completos en la literatura científica, seguramente existieron individuos que midieron más que esto (en el libro del Dr. Prothero se lee que hay estimaciones de hasta 6 m de altura a la cruz) e individuos que midieron menos. Se ha hipotetizado que los indricoterios tendrían grandes orejas (similares a las de los elefantes) para poder perder el calor que retendrían sus grandes cuerpos, aunque no hay evidencias de esto y pudieran existir otros mecanismos como patas muy vascularizadas, amplias zonas de piel, etc. Los estudios de isótopos estables de carbono y oxígeno indican que estos grandes mamíferos se alimentaban consumiendo preferentemente hojas de árboles, lo que viene a confirmar lo que se propuso hace décadas sobre el modo de vida de estos animales. Finalmente, Paraceratherium y StarWars están vinculados, pues el creador de efectos especiales Phil Tippett se basó en este animal prehistórico para diseñar los vehículos AT-AT de la cinta "Star Wars: Episodio V - El Imperio contraataca". 

Descripción original: Forster-Cooper, C. (1913). XLIV.—Thaumastotherium osborni, a new genus of perissodactyles from the Upper Oligocene deposits of the Bugti hills of Baluchistan.—Preliminary notice. Journal of Natural History, 12(70), 376-381.

PALEOFICHAS ANTERIORES:

2. - Diplodocus spp.


Literatura consultada:

Prothero, D. R. (2013). Rhinoceros Giants: The Paleobiology of Indricotheres. Indiana University Press. 141pp.

Forster-Cooper, C. (1913). XLIV.—Thaumastotherium osborni, a new genus of perissodactyles from the Upper Oligocene deposits of the Bugti hills of Baluchistan.—Preliminary notice. Journal of Natural History, 12(70), 376-381.

Osborn, H. F. (1923) Baluchitherium grangeri, a giant hornless rhinoceros from Mongolia. American Museum Novitates. 78: 1-15.

Fortelius, M., & Kappelman, J. (1993). The largest land mammal ever imagined. Zoological Journal of the Linnean Society, 108(1), 85-101.

Sen, S., Antoine, P. O., Varol, B., Ayyildiz, T., & Sözeri, K. (2011). Giant rhinoceros Paraceratherium and other vertebrates from Oligocene and middle Miocene deposits of the Kağızman-Tuzluca Basin, Eastern Turkey. Naturwissenschaften, 98(5), 407-423.

Martin, C., Bentaleb, I., & Antoine, P. O. (2011). Pakistan mammal tooth stable isotopes show paleoclimatic and paleoenvironmental changes since the early Oligocene. Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, 311(1), 19-29.